Mi palabra

¡Nicolasito!

"La desesperación es el dolor

de los débiles y derrotados"

Jean Dolent

El concierto en busca del récord Guinness del mundo, al poner en escena más de 12 mil músicos, produjo una extraña reacción en la oposición en vista que, no han podido acabar con el objetivo trazado: destruir la personalidad del presidente Nicolás Maduro. Ahora la agarraron con el hijo, y al no poder nombrarlo de otra manera para hacer la distinción entre él y el progenitor a cada momento repiten: ¡Nicolasito! por supuesto nada de benevolencia, al contrario la firme misión de atacar a su padre, y para esto han utilizado los distintos medios, empezando por las redes sociales, para presentarlo, como si fuese la única persona presente en ese inolvidable espectáculo, y para este han sacado tantas bascosidades, pero al final queda demostrado que, el tal Nicolasito, es tan sano, como el mismo concierto presentado la tarde del sábado.

El que habla paja, con el único objetivo: destruir, siempre termina rumiándose sus propias mentiras. El ejemplo más vivo lo conseguimos en la periodista Ibéyise Pacheco, quien para inventar mentiras, es firma candidata a un récord Guinness, porque es más falsa que, un galanteador pasado de tragos, y se salvó de ir presa, al reconocer el disparate fantaseado en pleno paro petrolero, en contra del fallecido Alí Rodríguez Araque, y para esta burda maniobra utilizó a su hijo, quien tenía varios años de muerto, y solamente la benevolencia de Araque, dejó el problema en manos de los tribunales, y a la buscadora de entuertos en una vulgar opositora a los pies de la oligarquía y el imperialismo.

La oposición siempre anda buscando el árbol que da sombra y frutos en plena temporada, pero termina, como malo consejero: se sube, pero después no se puede bajar y al tirarse desesperadamente se golpean tan fuerte, para quedar desvariando y no precisamente por efectos de la pandemia. Si, el tal Nicolasito, simplemente lo conocían por ser el único hijo del presidente Nicolás Maduro, ahora un sector de la oposición en sus arrebatos de odio y desesperación lo han dado a conocer, y de ser candidato por el estado la Guaira, se puede pasear libremente con la certeza que, tiene el camino expedito para salir electo, pero tiene que cuidar algo tan importante, como la propia vida: la dignidad, el cual se mantiene incólume, al no ser vulnerada, ni siquiera por los arrebatos enfermizos y gruñones de la oposición. Han dicho de todo, menos de calificarlo de traficante, drogadicto o corrupto, y por algo será. ¿Qué irán hacer con la flauta?



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Narciso Torrealba


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