Dios concede la victoria a la constancia

Es verdad que vivimos una de las etapas más difíciles de la historia nuestra, no hay registro de un desastre igual, tan rápido y tan total, desde que se inventó la escritura. Esto no tiene parangón ni con las grandes guerras. Padecemos un gobierno, no sólo malo, sino astuto en destrucción moral y material, ha conseguido producir un reflujo político que amenaza a la existencia misma de la república, desmanteló la política y la sustituyó por un vacío que llena la mezquindad.

Es el momento para los revolucionarios, para los patriotas verdaderos. Cuando el viento está a favor hasta los morrocoyes vuelan, los oportunistas florecen. Cuando el viento amaina, cuando las velas caen, durante los tiempos difíciles la realidad se manifiesta sin maquillajes, surgen las verdaderas condiciones humanas, los oportunistas se deslizan a otros pagos, muchos hombres buenos se paralizan, el escepticismo prospera, muchos que eran activistas se retiran a escribir libros de poesía, otros inventan teorías: postulan, "el hombre es malo por naturaleza"; pontifican, "no hay nada que hacer". Las masas desprovistas de liderazgo se dispersan en tareas de sobrevivencia.

Es en medio de estas dificultades que aparecen las direcciones revolucionarias del futuro, es en medio de las dificultades que se evidencia a los grandes. Siempre en la historia de las revoluciones, las direcciones se han formado en las circunstancias difíciles. Éstas funcionan como un filtro seleccionador. Lo que pase después, cuando la revolución triunfa, es otro cuento.

La Junta Patriótica, la de Fabricio, que dirigió la caída de pérez jiménez, se formó en la clandestinidad dura, terrible, que precedió al 23 de Enero. Simultáneamente, en el exilio, se acordaban los representantes del capitalismo, en el pacto de New York, rómulo, jovito, caldera, dieron los pasos fundadores del pacto de punto fijo. Lamentablemente, los revolucionarios de la Junta Patriótica no entendieron la lucha interna, no fueron capaces de nuclear a la revolución, y cuando volvieron los socialcapitalistas le entregaron la dirección del movimiento popular. Con la rebelión del 4 de febrero, sucedió algo similar. Esa dirección se fraguó mucho antes en los cuarteles, en lo peor de la cuarta, después del triunfo otra es la historia, los socialburgueses, coparon posiciones, y cuando el momento les fue propicio torcieron el rumbo de la revolución bolivariana, y el resto es historia que estamos padeciendo.

Hoy el momento es importantísimo, ya el gobierno del madurismo cumplió su papel de verdugo del intento Socialista, va de salida, es un nada que será sustituido. De lo que ahora pase dependerá el futuro de la Patria. Los socialburgueses intentan, en vano hasta ahora, construir un nuevo pacto de la dominación capitalista, el nombre no importa, tienen problemas que irán resolviendo, evitan jugarse su última carta: el fusil, que hable el sable. Temen a los militares, saben que el Chavismo auténtico vive allí, no lo han podido erradicar.

Es el momento de resistir, insistir con las ideas revolucionarias, con el Chavismo auténtico, con el Socialismo. Como dijo el Libertador: "Dios concede la victoria a la constancia". Es momento de la constancia revolucionaria, las ideas están allí, el ejemplo está allí.

¡CHÁVEZ CONSTANCIA REVOLUCIONARIA!...



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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