Maduro firme duélale a quién le duela

"La firmeza es el ejercicio de la bravura espiritual"

Voltaire

En días pasados me llegó un correo de un lector, preguntándome de manera irónica. sí a mí me pagaban por defender al gobierno, y a sus funcionarios. Más equivocado imposible. No percibo, ni medio por escribir lo que les incomoda a muchos, pero trato de resaltar las cosas buenas del gobierno, y no puede dejar pasar la valentía, el coraje y la firmeza del presidente Nicolás Maduro, antes el constante ataque del imperialismo, la oposición venezolana y una cantidad de corruptos infiltrados en el gobierno, quienes al verse descubiertos, con fortunas que, en ningún momento pueden justificar, empiezan a cruzar la calle, porque están plenamente convencidos, en la acera de enfrente los reciben, como novias en las puertas de las iglesias.

Sí, el desprestigio del imperialismo se encuentra por el suelo; la oposición venezolana está al mismo nivel, y por eso recurren a las miles patrañas para tratar de agarrarse, después de la aplastante derrota infligida por parte del comandante Chávez, y la barrera de contención presentada por Nicolás Maduro, en los años que, le ha tocado batallar contra una tempestad, el cual han terminado de agitar enemigos internos, mucho más peligrosos que la misma oposición y el imperialismo, porque se han convertido en un punto de referencia, antes el mal ejemplo, para que muchas personas, esperanzadas en el proceso bolivariano, empiecen a decepcionarse, amilanarse, a declinar hasta perder la confianza. De esto se encarga el imperialismo al maximizarlo, con el poderoso aparato mediático, tocando la debilidad de las personas, al no saber discernir lo falso de la verdad.

El trabajo del imperialismo ha sido permanente día y noche, desde el mismo momento del triunfo del proceso bolivariano. Los cuatro últimos presidentes estadounidenses se han paseado por las más macabras acciones, tratando de acabar con un gobierno que, no da marcha atrás en defensa de los intereses y riquezas naturales del país, pero a la par de esto, en la propia casa del imperialismo la descomposición social y los problemas económicos se han agravado y por mucho que, traten de proyectarlos en Venezuela, cada día se les hace imposible, aún, cuando los títeres y vendepatria siempre están a la orden del día. Son tantos los guaidó que, el original lo único que tiene demás, es la cantidad de millones de dólares robados, compartidos con el gobierno estadounidense.

Es tanto el odio de un grupo de connacionales, contra Nicolás Maduro que, inventaron el tal madurismo, queriendo ser más revolucionarios que, el mismo "Che" Guevara, y creo que, los sobresaltos temblorosos son imposibles de medir por el mismo aparato utilizado –sismógrafo– para estos menesteres. El hecho que una persona se dedique única y exclusivamente en atacar al presidente en todos sus escritos, no creo, que sea algo normal en el pensamiento. ¿Es o no es, el mismo trabajo del imperialismo? En los últimos meses, he seguido con mucha atención los escritos de dos o tres personas en particular, y la conclusión por demás clara, es que, pretenden pasar por encima de la casa matriz de la desinformación, utilizando métodos muy viejos, tan parecidos a los youtuberos ejemplo ¡La revolución llega a su final! En todos estos mensajes tienen la mirada puesta en Nicolás Maduro.

Todo lo que está pasando en el país, así, sean creados por la naturaleza o por el gran poder mediático del imperialismo para descomponer todo aquello que no les sirve a sus intereses tienen un solo culpable: ¡Maduro! o el madurismo, como folklóricamente han dado en llamar. Esperan que, ese taladrar constante en la conciencia del pueblo al final pase factura, y por eso la desesperación, hasta hacerse eco de cuanta falsedad se les ocurre. Es tanto el veneno utilizado para marear que, a la hora de regarlo han perjudicado a su propia gente; en días pasados me conseguí a un comerciante tan opositor que, hasta hace poco, cuando hablaba parecía que su familia era Trump, Guaidó y otros personajes del cual nadie se acuerda; en esta oportunidad estaba maldiciéndolos a todos por igual, porque de la quiebra lo salva un milagro; hacía hincapié que, todos sus males empezaron, cuando apareció el dólar por capricho de los pitiyanquis y ni siquiera vuelto puede dar, y de paso una señora lo mandó a callar, porque no le quiso recibir un billete muy deteriorado, al gritarle ¡Si, es tan delicado va tener que irse para Estados Unidos, allá, es donde los fabrican!



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Narciso Torrealba


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