Justicia tardía, verdades falseadas y mentiras agotadas

Guardando toda la carga semántica de cada palabra y del sentido de lo que se quiere expresar, habremos de afirmar que con la asunción al poder político del Comandante Hugo Chávez todos los sueños de emancipación, de justicia y, sobre todo, de un mejor vivir para los pobres, cobraron fuerza y tuvieron perspectivas de realización, junto con el sueño de una revolución político-social, llamada hermosamente "socialismo bolivariano", en nada desligada de la revolución económica, que con la muerte del Comandante Chávez en el año 2013, se fueron a la mismísima mierda, quedando así, esa efímera etapa, como una fantasía, un sueño irrealizado para entrar en una pesadilla, sustentada en tres grandes actores: el imperio estadounidense y sus lacayos, con sus boicots, bloqueos y todo tipo de agresiones contra los venezolanos; una supuesta dirigencia opositora, corrupta, criminal y que ha amasado fabulosas fortunas en el negocio político, la conspiradera tarifada y la entrega de bienes económicos y materiales de la nación; y una cúpula de gobierno y del principal partido de la revolución, cundida de neorricos corruptos e ineptos, que amparados en el prestigio de Chávez y en un discurso socialista de palabras, pero capitalista, neoliberal y anárquico, han sobrevivido políticamente para ellos, a costas del Pueblo.

Estos tres actores han gravitado entre tres constantes: en una justicia tardía, que cuando se aplica extemporáneamente es todo un acto de injusticia; unas verdades falseadas, para construir epopeyas de mentira, que den la sensación de una lucha que no es lucha, como circo sin pan, que engañe al Pueblo noble y el no tan noble de chulos clientelares; y, mentiras agotadas, que se repiten y se repiten, sin importar ya, que las crean o no, dentro del territorio nacional o en el mismísimo seno de la ONU, porque lo que de fondo pervive es una casta que se niega a entregar el poder y lo ha logrado preservar, gracias a la voluntad del noble Pueblo y a la lealtad de jerarcas militares que cohabitan y se benefician enormemente del poder que les ha brindado grandes fortunas y un vivir ostentoso, junto con la otra casta, la opositora, igual o peor que la hegemónica, pero con el discurso antisocialista, anticomunista y anticastrochavista.

Es decir, que estas castas nos han vendido la idea de que la tierra es plana y que "si nos suelta el chingo, nos agarra el sin nariz". Y, como tramando e hilando fino, entre mentiras agotadas y verdades falseadas, hay otro lote que está labrando el camino de una supuesta "tercera vía", mentirosa, comeflor, reconciliadora con los de arriba, que a fin de cuentas es el producto mejor elaborado de las complicidades para seguir medrando del Estado y de los venezolanos. Y de paso, esta pandemia de la COVID-19 ha servido como la mejor excusa para paliar la escasez de gasolina, la insuficiencia de salarios dignos y la preservación de salarios simbólicos, la dependencia clientelar, el chantaje, la desmovilización y la activación de formas de lucha callejeras, violentas y pacíficas.

Así se nos ha ido la vida a la mayoría de los venezolanos, con una anarquía económica en beneficio de los ricos, lo que trajo como consecuencia que hoy los ricos son más ricos, híperpluscuammillonarios, ha emergido una neoburguesía de corruptos opositores asociados con funcionarios del gobierno o en el gobierno y ambos, mientras que todos los empleados públicos están a merced del hambre, de la limosna a cuentagotas de los llamados Bonos de la Patria, mientras que el resto vende su fuerza de trabajo al sector privado, que al menos, les paga en dólares para que sobrevivan con menos indignidad, mientras los revienta y sobreexplota, en un proceso de maximización de la ganancia, como sucede en todo Estado social de injusticias y pérdida de derechos elementales, tal y como lo estamos padeciendo la mayoría nacional.

He ahí el menú de mensajes y discursos que se difuminan entre la justicia tardía, las verdades falseadas y las mentiras agotadas.

Tenemos entonces un país en el que en poder judicial es a la medida del poder que poseen los ricos y los corruptos, de acuerdo con las conveniencias y circunstancias, en lo contencioso y administrativo, en lo penal, constitucional y hasta en el derecho natural. Por ejemplo, no hemos tenido elecciones universitarias democráticas porque a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia no le dio la peregrina gana de responder y ratificar la sentencia de la Sala Electoral del año 2013, en un bufo recurso de interpretación que presentaron los rectores monarcas de las universidades emblemáticas del país. Y desde del Ministerio de Educación Universitaria han estrangulado a los estudiantes, obreros, empleados y profesores, con la excusa de que sus autoridades son corruptas, entre verdades falseadas y mentiras agotadas, que hoy ponen a semejantes rectores como a unos santos. Y ¿Para qué preguntarnos quién mandó a engavetar la sentencia sobre las elecciones universitarias?. Pues, la complicidad y circo de frases cliché para los pendejos que hemos forzado por la democratización de la vida universitaria. La respuesta la tiene el Presidente Nicolás Maduro.

Hoy, el pusilánime Juan Guaidó se pavonea por toda Venezuela, limpiándose el culo con la Constitución y las leyes, por culpa del gobierno y sus tácticas políticas, gracias a la falta de autonomía de poderes, en una cabronería con buenos modales del Poder Judicial en pleno, entre el TSJ, la Fiscalía y el Fiscal General de la República, el Contralor y la actual Asamblea Nacional. Si esto es así, en Venezuela, con semejante ejemplo, de delitos, corrupción y complicidad, no hay razón para no delinquir.

Y por el mismo camino de la cabronería institucionalizada se ha hecho justicia a la medida de Julio Borges, Antonio Ledezma, Leopoldo López y Luisa Ortega Díaz. En Venezuela podemos tener una policía y cuerpos de inteligencia corruptos, pero no bobos.

A ellos los ayudaron a fugarse, además de los otros pillos que están gozando una esférica a nombre de la oposición. ¿Y quién del gobierno chavista dio la orden de dejarlos irse tranquilitos de Venezuela?

Y si nos vamos a lo económico y financiero: tenemos una dolarización por la vía del hecho y del derecho, los clamores de unos pendejos como el de quien escribe ésta, su sentencia de muerte, para que indexen los salarios, pero primero que los reestructuren con montos que valgan la pena, porque con prestaciones chucutas, la farsa de los ahora llamados "salarios integrales", salarios simbólicos sin valor real de uso y de cambio, es como "llover sobre mojado".

Es falso que el gobierno nacional no sabe que desde la SUNACRIP se torpedea y no se le da USABILIDAD al Petro, porque el gran negocio es el de la dependencia del US Dollar y del Euro.

Es ridículo, cínico y ruin, el aumento simbólico salarial decretado el pasado primero de mayo, a los trabajadores de la administración pública, médicos, enfermeros, maestros, profesores universitarios, secretarias, técnicos y trabajadores en general. Eso no representó, ni representa, ningún esfuerzo ni sacrificio por parte del Estado. Esa ofensa e indignidad es un insulto al Pueblo. Eso no es protegerlo.

Y lo peor es que no hay gremio laboral, ni chavista, ni opositor, que haya enfrentado está agresión en defensa de los trabajadores, porque las calles han sido sustituidas por el Twitter, lleno de mensajes aduladores al "conductor de victorias" y de tarifados de los gringos que venden la Patria por un plato de lentejas, pero que no les interesan los trabajadores. Pero, sí hay muchos dirigentes gremiales con el termómetro que mide entre traidores a quiénes rechacen esa miseria salarial.

Es falso que la única fuente de ingreso sea la del petróleo, porque tenemos ingresos por oro, hierro, coltán, bauxita, plata, litio, madera, gas, etcétera. Desde Venezuela están saliendo hasta mangos. ¿Y quiénes controlan las exportaciones e importaciones?

También gravitan entre las mentiras agotadas y verdades falseadas, aquellas perogrulladas, expresiones que se leen en la entrada de los cuarteles, de que "Aquí no se habla mal de Chávez". Por supuesto, en ningún cuartel de Venezuela se habla mal del Comandante Hugo Chávez, así como nunca se ha hablado mal del traidor a la causa de Bolívar, el Gral José Antonio Páez, ni de Juan Vicente Gómez, López Contreras, Medina Angarita, ni de Pérez Jiménez o del asesinado por su cuñado, el Gral Chalbaud, simple y llanamente, por la tradición militarista y el culto a la personalidad de los militares y porque son la casta mejor beneficiada en este gobierno compartido.

Cuando idearon y difundieron el lema "Leales siempre, traidores nunca", no lo hicieron por lealtad, sino como camisa de fuerza, para refrenar la verdad y a sus portadores, amén de usar esta consigna para estigmatizar a quienes por lealtad osaran cuestionar este estado de cosas graves que estamos padeciendo. ¿Y quiénes han traicionado y están traicionando a los trabajadores venezolanos, al legado del Comandante Hugo Chávez y a la Patria?

Otra mentira desgastada que se diluye con la verdad falseada es la conseja de que las quejas políticas se discuten a lo interno del Partido, en la autocrítica. Nada más falso en política, que eso, pues la verdad nunca es impertinente, ni es un tabú. Y nada de lo político se corrige nunca, si esta verdad no es puesta de manera descarnada en la esfera pública, en la crítica y el reclamo, como pasos previos a la protesta generalizada, si no hay cambio de conducta de a quienes corresponde rectificar. Y no hay peor estupidez que ponerle la queja a quien precisamente es sujeto o autor de esa queja o denuncia. No se puede denunciar, por ejemplo, la corrupción, ante quienes ostentan una vida de derroches, con boato, ostentación y no tienen cómo justificar esas riquezas súbitas, pero le piden ahora, más sacrificios al pueblo y que -después del ojo afuera- le ayuden a gobernar.

No hay vaina más irrespetuosa y burlesca contra el Pueblo que decir que lo están "empoderando", cuando lo que están haciendo, es descargándole con vaselina la responsabilidad de las tareas que los funcionarios no cumplen o no han sabido cumplir, por corruptos. No se está empoderando en nada a un pueblo al que se le pone a repartir bombonas de gas, porque se están robando el gas, la gasolina y todo recurso que genere riqueza. Nunca tuvieron voluntad de liquidar los Consejos municipales y pasarle el poder a las comunas. Nunca, desde el gobierno, han querido hacer cumplir las leyes del Poder Popular del 2005. Y salen ahora con otra fantochada de distractores, como el Poder Popular, por una razón: el gobierno no creen en el Pueblo. Pero, desde el gobierno se desviven por emparentarse con la burguesía y congraciarse con los ricos. Ahora, le están quitando las tierras a los campesinos, a quienes el Comandante Chávez se las devolvió, porque el origen de tantas hectáreas de tierras en muy pocas manos, viene del robo a los campesinos. ¿Por órdenes de quién están restituyendo la terrofagia en favor de los ricos?

Esto está llegando a un punto en el que el gobernado (el Pueblo trabajador, no el lumpen) no está dispuesto a que quienes lo gobiernen sigan gobernándolo y quienes gobiernan no están en condiciones de seguir gobernando. Eso se llama "crisis de gobernabilidad".

En un país serio, la crisis de gobernabilidad no la resuelven golpistas, ni gorilas militares, ni el imperio estadounidense, ni sus lacayos. La crisis de gobernabilidad la resuelven: el pueblo trabajador y los partidos, sobre todo, el partido de gobierno y sus aliados, en aras de rescatar la gobernabilidad y satisfacer las demandas más sentidas del Pueblo.

No podemos seguir con el cuento de una verdad falseada y una mentira agotada del "bloqueo imperial" y las mal llamadas "sanciones" (represalias y agresiones), porque estas dos variantes son sólo un aspecto de entre todos los que conspiran contra la Patria. Y no podemos seguir depositando confianza ciega en quienes han defraudado al Pueblo, a los trabajadores.

Ya en los mentideros de la política se habla de chavistas más capaces, menos mentirosos y con menos responsabilidad frente a la corrupción. No es falso que dentro del PSUV se masculla, por ahora, la fantasía de que los funcionarios de este gobierno entreguen las riendas o, al menos, la posibilidad de ir a elecciones presidenciales con gente como Jorge Luis García Carneiro, Rafael Lacava y/o Julio León Heredia, de quienes, tanto chavistas como opositores consideran con capacidad de gobernar, enfrentar con tino la economía, golpear la corrupción y poner orden. Por supuesto, eso no sucederá en las filas del chavismo, por el jalabolismo institucionalizado y quienes tienen el control del PSUV en las diversas instancias nacionales y regionales. Por ahora, a los chavistas nos espera una revolcada electoral en las elecciones para gobernaciones del 2021, como paso previo a las elecciones presidenciales, en donde otros verdugos, desde la derecha, asumirán el control político, por culpa de cada uno de nosotros, como Pueblo tolerante de este desmadre. El silencio nos hace cómplices.



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Luis Alexander Pino Araque


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