Las cosas por su nombre y sin ambages. Pero, también necesitamos reflexionar, para actuar sobre la base del análisis concreto de la realidad concreta y no desde una mera consigna vacía y sin contenido. Todos los venezolanos de a pie, los que estuvimos en la República Bolivariana de Venezuela y que votamos en las elecciones presidenciales, del pasado domingo 28/07/2024, sabemos qué pasó:
1. Nicolás Maduro Moros perdió estrepitosamente las elecciones presidenciales, en todos los centros electorales del país, apenas llegando, escasamente, a un 30% de votos válidos, como producto del rechazo, no sólo de los tradicionales opositores, sino también y, peor aún, de la base chavista, que siempre fue mayoría y que decidió no hacerle el mandado con la abstención, sino votando por la opción ganadora que representó el hoy, presidente electo, Edmundo González Urrutia;
2. Hubo un fraude electoral, cuyo brazo ejecutor fue el Rector del Consejo Nacional Electoral (CNE), Elvis Amoroso, en complicidad con el resto de poderes constituidos, pasando por encima la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), de las leyes de la República y reprimiendo, entre muertos (ya van más de 11 asesinados), cientos de presos, violaciones del debido proceso y todo tipo de abusos gubernamentales y brutalidad policíaco militar, que configuran una dictadura y terrorismo de Estado.
Dicho en directo: Nicolás Maduro y sus cómplices dieron un autogolpe de Estado, mientras pretenden convencer al concierto internacional de que venía fraguándose un golpe de Estado, chantajeando y apelando a los conflictos internacionales, atenidos al permanente interés del gobierno de EEUU por domeñar Venezuela y pretendiendo victimizarse como revolucionarios y personas de izquierda, pese que él y su camarilla delincuencial nunca lo han sido, pero que agarrados del prestigio del Comandante Hugo Chávez, les ha resultado en un gran negocio lucrativo.
Desde esa noche del fraude se nos plantea a los venezolanos un conjunto de interrogantes, que en lo inmediato, parecieran no resolver la principal determinación que priva en cada venezolano, trabajador, estudiante, jubilado, pensionado, enfermo, emprendedor y empresario.
Esa determinación es la económica, en una economía dolarizada que nos impuso el supuesto revolucionario antiimperialista, Nicolás Maduro. Y, seguidas a la determinación económica están las políticas y sociales, con todas las taras, cargas y frustraciones que genera un gobierno corrupto, como el de Nicolás Maduro.
Él ha abusado de la confianza, de la tolerancia y de la humildad de un pueblo, suponiendo una subordinación eterna y sin medir las consecuencias de sus desmanes, así como no está midiendo las consecuencias de este fraude electoral y autogolpe.
Todo lo contrario, al aferrarse al poder y a la fuerza, la causa principal de la desgracia, es decir, el causante de la crisis económica y política al frente del gobierno venezolano, los problemas e inequidades de los trabajadores honestos, se agravan.
Esto sucede porque entramos en una profunda crisis de gobernabilidad, en la que los gobernados (opositores, chavistas y socialistas), no estamos dispuestos a seguir gobernados por Nicolás Maduro y sus camarilla de corruptos, tal y como se demostró pacífica y electoralmente, de manera masiva y contundente; y Nicolás Maduro con su camarilla que controlan los demás poderes constituidos no están en condiciones de seguir gobernando, porque han violado todos los principios, valores constitucionales y demás leyes, apelando a la violencia o terrorismo de Estado, perdiendo todo sentido de democracia, tal y cómo lo observamos en conductas como la del Fiscal General de la República (FGR), Tarek William Saab, quien "a confesión de parte, relevo de pruebas", anuncia que Freddy Superlano "está a resguardo y cantando bien", cuando todo el país supo de la operación de secuestro del activista político opositor y a quien tienen preso sin el debido proceso, irregularidades que se han multiplicado en caravanas conjuntas de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), la Policía Nacional Bolivariana (PNB), organismos de inteligencia y cuerpos paramilitares llamados "colectivos", los que imponen "toques de queda" a la población en ciertos sectores, allanan viviendas familiares y sacan de sus casas sin orden de captura de ningún tribunal, a personas que salen a protestar, a dirigentes o activistas políticos, agreden brutalmente a la vista de todos, deliberadamente, llenando las cárceles de presos a los que no se les permite la debida defensa de su abogado, sino que les asignan abogados de oficio, como en cualquier dictadura bananera y confiados en que estas formas de terror los atornillarán al poder.
Y en el contexto internacional las contradicciones no se quedan atrás, razón por al cual, desde diversos centros de poder e instancias extranjeras se han activado acciones y presiones de todo tipo, por supuesto, bajo el disfraz de "apoyar la democracia", de "la salida del castrochavista" y el "fin del comunismo".
Funcionarios del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica (EEUU), salen con su arrogancia imperial, a meter sus narices en la soberanía venezolana a sabiendas de todos, de tirios y troyanos, de que es, en gran medida, la mejor ayuda a Nicolás Maduro y sus cómplices, victimizándolos, mientras la verdad es que los más fabulosos negocios en materia petrolera los han hecho los gringos con Nicolás Maduro y su combo, en la explotación de campos petroleros y bajo contratos leoninos para la nación, pero si cae Maduro, los gringos esperan el privilegio del petróleo y demás recursos, luego del desmembramiento del Estado mínimo que con Nicolás Maduro se ha venido adelantando, con la maquila y la flexibilización laboral, la liquidación por la vía del hecho de la Ley Orgánica del Trabajo, de las Trabajadoras y de los Trabajadores (LOTTT: 30/04/2012) y la imposición de leyes inconstitucionales, como la llamada Ley Constitucional Antibloqueo para el Desarrollo Nacional y la Garantía de los Derechos Humanos (09 de octubre del 2020), que pasa por encima de la CRBV, le otorga toda la discrecionalidad al Presidente de la República y demás miembros del Ejecutivo Nacional para no rendir cuentas a nadie, y por tanto, robar a manos anchas, a cuenta del bloqueo y evasión de las "sanciones económicas".
Por otra parte, desde organismos hemisféricos como la Organización de Estados Americanos (OEA), tan cuestionada por su accionar al servicio imperial, su fracasada reunión, le ha valido, igualmente, para victimizar a Nicolás Maduro y lograr su pretensión de gobierno dictatorial a partir del fraude electoral, por cuanto se han arrogado unas facultades que no les corresponde, ni ayudan en nada con la democracia, al adelantarse a los acontecimientos y pretendiendo empujar a los venezolanos a lo que Nicolás Maduro y sus cómplices quieren que suceda, para ellos justificar su autogolpe de Estado.
Mención aparte merecen las posiciones que desde la izquierda han liderado y expresado en documento conjunto y declaraciones individuales, los presidentes y expresidentes de sus correspondientes países, como Gustavo Petro (Colombia), Andrés Manuel López Obrador (México), Lula Da Silva (Brasil) y Cristina Fernández (Argentina), quienes han solicitado -en aras de la paz y contra la violencia- el conteo y verificación de cada una de las actas que fueron refrendadas en cada mesa y centro de votación, que por cierto, es a lo que se niegan Nicolás Maduro, Elvis Amoroso y demás cómplices (hasta que ellos logren forjar algún ajiaco o sus actas postfabricadas), porque las actas originales, con la firma de sus testigos y los códigos QR están en la calle, a la vista de todos y no pueden ocultarse.
Pese a toda presión política y social, estos presidentes y expresidentes no se han adelantado a señalar lo que no les corresponde, no se han atrevido, aventureramente, a decir que ha ganado uno y otro bando (aunque sus organismos de inteligencia internos lo saben), porque eso es respetar la soberanía nacional y sin injerencia de ningún tipo, por mucho que les preocupe la situación de los venezolanos.
Así como estos pocos gobernantes con sentido democrático y sin injerencismo en la soberanía nacional, están otros gobiernos que como potencias mundiales influyen en la geopolítica global, como los de Rusia y China, a quienes Nicolás Maduro ha pretendido engañar o adular en beneficio propio.
Los gobernantes y sus pueblos de estás potencias saben que Nicolás Maduro y su entorno gubernamental son corruptos, verbigratia, tenemos como ejemplos sucintos, los dos megarrobos de los Fondos Chinos otorgados en créditos para construcción ferroviaria a Venezuela, que funcionarios venezolanos esfumaron; así, como también, tenemos las explotaciones petroleras conjuntas fallidas, de PDVSA-Roszarubezhneft, empresa estatal que adquirió los activos de la petrolera rusa Rosneft, en la que ésta quiere comercializar el crudo y el fuel oil producidos por sus empresas mixtas en un acuerdo similar al que PDVSA alcanzó en el 2022 con la estadounidense Chevron, de manera desleal, en una madeja de corrupción que adelantó Tareck El Aissami y la red PDVSA-CRIPTO, en la que están involucrados no sólo cómplices del gobierno y un sector corrupto opositor, como Julio Borges, Leopoldo López, Carlos Vecchio y Juan Guaidó (quien destrozó CITGO, para su fortuna, entre otros robos a la nación); cada uno de éstos y los del alto gobierno han robado a la nación, en nombre de Chávez y de un socialismo inexistente, con sus putas prepago convertidas en dueñas de extravagantes empresas para el lavado de activos y de dinero sucio.
Otro chantaje está en el hecho de la razzia genocida contra nuestros hermanos palestinos, en medio de los albores de la III Guerra Mundial. Es pública y notoria la farsa de Nicolás Maduro, en la que mientras adula a Palestina y a los hermanos de la gran nación árabe, frente a los medios, dado su falso socialismo, como negocio y como simulación, mientras que por otro lado, él habla de ser un supuesto descendiente de los judíos y, su hijo, Nicolasito, en su vanidad heredada, se hace videos y encuentros con lo más conspicuo del sionismo, sinque ambos diferencien que el judaísmo es una religión y el sionismo israelí es una creación política genocida de un Estado que se está montando en territorio ajeno y ancestral de los palestinos, descendientes de los hijos de Sem, unos musulmanes, otros judíos y otros cristianos.
También, es cierto que no son pocos los procedentes de los países y reinos de la nación árabe que hacen vida de trabajo en Venezuela y que son chantajeados burdamente con el cuento de que serían deportados de Venezuela, si Edmundo González ganaba las elecciones.
Igualmente, también, se les extorsionó económicamente, haciéndoles pagar su respectiva vacuna, con la excusa de financiar la revolución bolivariana y chavista, cuando se sabe que esa coima fue a dar a bolsillos menos generosos.
Lo único que hay de cierto en esa conseja, es que los hermanos de profesión religiosa musulmana y los de origen o procedencia de cualquier país árabe, han estado conviviendo en paz en Venezuela, desde los tiempos del Libertador Simón Bolívar y con la llegada al poder del Comandante Hugo Chávez se abrieron, aún más, las puertas de Venezuela, como respuesta ante las arremetidas y campañas anti musulmanas y anti árabes que adelantaban los gobiernos de EEUU y aliados de la Unión Europea, en propagandas de medios, en el cine y cuanto espacio mediático e institucional pudieron, para imponer de moda el estigma de terrorista y pone bombas de cualquiera que tenga rasgos árabes, use un taquille o turbante.
En este momento, los únicos que deben estar preocupados y ya habrán tomado sus previsiones, son aquellos árabes socios de Tareck El Aissami y de Nicolás Maduro, que vinieron a Venezuela y de la nada, montaron grandes centros de maquila y comercios, han explotado como esclavos a trabajadores venezolanos y han lavado dinero y activos para beneficio de esa banda de PDVSA-CRIPTO, entre los que hay unos presos y otros en el gobierno.
Podemos estar seguros de que, apenas se vaya Nicolás Maduro o caiga su gobierno, ellos habrán levantado vuelo, no por ser perseguidos o víctimas, sino por delincuentes cómplices, así como también lo harán los sionistas del Estado de Israel que se han dedicado a la banca de segundo piso y la usura, mientras que todos los trabajadores extranjeros, musulmanes, judíos, budistas, etc., seguirán tranquilos en esta tierra.
Aquí en Venezuela cabemos todos: los criollos, los musulmanes, los árabes y los judíos. Esa es nuestra naturaleza. Lo afirmo, sin ánimos de romantizar la realidad y sé que no somos pocos los que estamos dispuestos a defender este derecho en Venezuela.
En paráfrasis del excandidato Enrique Márquez, quien no se prestó para el ajiaco del Poder Judicial, la verdad no se ha podido ocultar, ni el fraude del CNE se ha podido esconder entre las togas de los magistrados de la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y del Recurso de Amparo írrito que interpuso Nicolás Maduro.
Ahora bien, esto que escribo y que llega para su lectura en la fecha de su publicación y divulgación, no es con el ánimo de convencer a nadie del gobierno, porque ellos saben lo qué pasó y optaron por el camino del fraude y la represión, para gobernar de manera dictatorial, disfrazados de demócratas y denunciando un Golpe de Estado que ellos mismos están dando (autogolpe).
Este escrito no tiene la ingenuidad de pretender que cese la represión y muerte que adelanta Nicolás Maduro y de la que el FGR, Tarek William Saab y cada miembro de la FANB y de los cuerpos policiales son responsables.
Por supuesto, con el temor de alcanzar la muerte a manos de ellos o la cárcel como lo están haciendo, me atrevo a dejar este testimonio, en memoria de los muertos causados por Nicolás Maduro, además del respeto y sentido democrático que debe llevar siempre cada revolucionario y cada socialista, que se ha negado al chantaje.
Tampoco creo que ningún milagro o forma de intervención externa restauren la democracia y el hilo constitucional en Venezuela.
Solo seremos nosotros los venezolanos, con nuestras maravillosas posibilidades y en la ruta democrática los que venceremos el fraude y autogolpe. Nicolás Maduro y sus cómplices no pueden gobernar, porque ya no tienen gobernados. Gobernar reprimiendo y asesinando todos los días, los agotará. Mientras ellos creen que con terrorismo de Estado, cárceles y muertes, la gente será sometida y aterrorizada, las calles, cada día, se están llenando de Pueblo.
Tampoco creo en que pedir la indulgencia y rebelión de los miembros de la FANB nos devolverá la democracia. Ellos resguardaron los centros electorales y saben lo que pasó y saben que Edmundo González Urrutia resultó electo por la mayoría de los venezolanos.
Aún así, los miembros de la FANB, desde el alto mando hasta cada soldado que ha convalidado el fraude y ha salido a reprimir, escudados en la "debida obediencia" y despreciando el Estatuto de Roma, se han atrevido a deshonrar el uniforme bolivariano, reprimiendo la verdad con las armas, ellos también, de manera individual y colectiva tienen responsabilidad y culpabilidad de este autogolpe de Estado de Nicolás Maduro.
Tengo la plena certeza de que no alcanzarán las balas para asesinar, silenciar y someter a todos los venezolanos y sé que no hay fuerza armada, ni policial en el mundo, que pueda sostener un gobierno dictatorial por tantos años. Todos han caído. Ya el Pueblo venezolano de a pie se ha reconciliado y rechaza el lenguaje pugnaz y la violencia. Nicolás Maduro y sus cómplices están solos.