El gran error estratégico de Diosdado

Comenzó el programa bastante calmado, no tenía rasgos de euforia. La sonrisita de victorioso, del que espera en la bajadita o te la gané, no se reflejó en su cara. La dinámica era igualita como otro miércoles cualquiera. Extrañaba la actitud luego del caso del diario El Nacional. De repente se puso de pie realizando una especie de resumen de lo sucedido, si se quiere a manera de justificación, explicando que se vio obligado.

Todo marchaba bien hasta que leyó un comentario de María Corina, manifestando que no tenían que meter en el problema al presidente Maduro, que el del lio era él directamente con el periódico, enseguida leyó lo escrito por Leopoldo Castillo en esa ya famosa cartelera parecida a un batallón de fusilamiento. Igual lo descalificó, entrando en su conocido doble sentido aparentando sentir tristeza por la sustitución de Castillo en la nueva Tele Sur promovida por Guaidó.

Mientras, videos iban y videos venían, nos atrevemos apostar que fue la noche en donde más se proyectaron intervenciones de Chávez. Recordábamos sus propias recomendaciones, en ese papel que ahora quiere hacer de consejero de los miembros del Psuv, cuando dijo, si se sienten algo afligidos, descontrolados, busquen los videos del comandante. Para que vean como enseguida recuperan fuerzas y entusiasmo.

Luego de críticas a la oposición, llegó la hora de darle el derecho a réplica al editor de El Nacional, claro antes tuvimos que oír varios minutos de la defensa en aquel tiempo por parte de Tania Díaz, proclamándolo héroe nacional, y a Earle Herrera, que no lo califico de palangrista por tratarse de un escritor de Anzoátegui y que no debería tener necesidad de serlo, pero no tengo dudas que leyó el libro sobre la adulancia de Edecio la Riva Araujo.

También transmitió previamente un discurso, en donde afirmaba que era incapaz de hacerle daño a la juventud venezolana. Luego de todo eso le dio menos de un minuto a Otero, demostrando de esa forma su ecuanimidad, no haciendo lo que a él, al no permitirle un derecho a réplica.

Después inteligentemente vendió la imagen del hombre familiar, hablando de las bondades de la abuela María Marcolina, allá en el Furrial, la que nunca uso zapatos, apenas una vez la vio con alpargatas, reafirmando sus orígenes humildes.

Ya en esa parte, pasa al plano de mártir, con una velocidad de esos orientales que en los desafíos de cantantes en cuestión de segundos estructuran un verso. Diciendo, "esa gente es mala, en esos días de la publicación tuve un accidente en un dedo que por poco me lo amputan por una infección que me agarró medio brazo. Hasta dijeron que me iba a morir".

Luego pasó al rol de filántropo, yo no quiero el dinero de ese señor. Si logra pagar, expresó: construiré una escuela para niños especiales en Ciudad Bolívar y el resto para comprar vacunas, sin distinción. No sabemos por qué diría eso, será por qué las pocas que han llegado han sido aplicadas a privilegiados rojos rojitos.

De no ser así, manifestó tendría que ejecutar los bienes, tomando el edificio para crear la Universidad de Comunicación Social, y los terrenos en Quinta Crespo, para donárselos a la Misión Vivienda para que construyan viviendas a los periodistas.

Fue allí cuando nos dimos cuenta porque no celebraba, Diosdado había entendido al pasar del tiempo que esta sentencia lo perjudicaría eternamente al cerrarle las puertas para una posible candidatura presidencial. Pues, al momento de plantearse esto, se encenderían las alarmas y más de una voz del Socialismo del Siglo 21 le diría, no puedes ser, tienes a todo el gremio periodístico en tu contra.

Por eso ahora quiere congraciarse con los periodistas, no debió permitir que esto llegara a ese final. Final, donde el victorioso es el madurismo, al parecer muy bien asesorado no se sabe si por Jorge Rodríguez, David De Lima o la propia primera dama, quienes han sabido limpiarle el camino interno, sacando diplomáticamente a todos aquellos que en algún momento pretendieran disputarle el liderazgo.


 



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Claudio Schiveci

Exdirigente juvenil en el Liceo Cajigal de Barcelona, Cofundador de la revista Horizonte, redactor de la revista cultural Candilejas. Columnista en los diarios El Metropolitano, La Nueva Prensa de Oriente y Diario Impacto en Anzoátegui.

 claudioschiveci@gmail.com

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