Letrero masticado y libro introyectado

El letreo masticado y el libro introyectado, deviene de Friedrich Salomon Perls, 1893-1970, de la Terapia Gestalt, a según el médico neuropsiquiatra psicoanalista judío: "Sólo los que trituran su alimento mental, tan completamente que captan todo su valor, serán capaces de asimilar y sacar provecho de una situación o idea. Todos lograran más para su conocimiento e inteligencia leyendo un buen libro seis veces, que leyendo seis buenos libros una vez… Una frase bien masticada y asimilada tiene más valor que todo un libo simplemente introyectado…".

Con digresión y sin digresión, el letreo masticado y el libro introyectado, casos límite contradictorios caliginosos, están inscritos en la idea de Friedrich Salomon Perls, quien no lograra barruntar el medio socrático profundo entre el exceso y el defecto de la Gran Moral Aristotélica. Pese a que, a mas y más, dijera Perls, que: "La autorrealización es posible sólo cuando ‘la conciencia espacio-temporal’ penetre en cada rincón de nuestra existencia… Toda vuelta a los niveles más profundos de nuestra existencia provocará una re-orientación del intelecto (el intelecto está siempre vinculado a las palabras, la inteligencia no) y de su representante: el lenguaje. Hay un modo de poder entrar en contacto con los niveles más profundos de nuestra existencia…y alcanzar nuestra intuición (armonía de pensamiento y ser): el silencio interior"

Con digresión y sin digresión, el letreo masticado y el libro introyectado, casos límite contradictorios caliginosos, están inscrito en la idea de Friedrich Salomon Perls. Perls, quien estableciera variadas curiosidades diferenciales distinguidas discernitivas distintivas, que conducen a la conciencia espacio-temporal esencial profunda, el silencio interior insondable, intuición armónica silenciosa interior, tanto como al interés instantáneo intelectual inspirativo bolivariano abismal, al interés intuitivo perceptivo instantáneo profundo, a la vuelta existencial profunda, a la síntesis intelectual esencial existencial hegeliana marxista abismal, de la tesis y la antítesis, a la indeterminación védica abisal, del ser y del noser. El silencio interior perlsiano insondable, similaricadente tautológico repetitivo platónico, al medio aristotélico profundo, entre el exceso y el defecto, entre el pretérito y el porvenir. El silencio interior perlsiano insondable, entre algo nuevo ante el sol ludovicosilvaiano y nada nuevo bajo el sol eclesiástico, ídem a los hechos en entera ejecución, a los acontecimientos en pleno desarrollo, a la eterna noria notoria del movimiento real histórico sinusoidal ludovicosilvaiano difícil de aprender y de aprehender. El silencio interior pearliano insondable, entre la tesis y la antítesis, entre el dicho y el hecho, entre el intelecto y la inteligencia, entre las palabras y el conjunto de palabras, entre la lengua y el habla, entre lo veraz y lo verídico, entre el ser y el saber, entre lo que es y lo que debe ser, entre natura y persona, entre letreo masticado y el libro introyectado. Todos son contenidos que contiene el continente de continentes, el ser y el no ser, de la descriptiva literatura enciclopédica védica upanishad sánscrita de la modernidad ilustrada originaria conceptual einsteiniana de la armónica armonía simultanea contradictoria heraclitoiana abismal, que no animal, y, entre el ser y el saber, en la eterna noria notoria ludovicosilvaiana, el silencio interior pearliano insondable.

Con digresión y sin digresión, Friedrich Salomon Perls, hanos despertado toda esta cantarina lata perorata paraulata llanera, con su letrero masticado y su libro introyectado. Mas y más, Perls, no tuvo la curiosidad y el discernimiento necesario para capturar el medio aristotélico profundo entre el exceso y el defecto, de la Gran Moral Aristotélica, no la tuvo para captar y aprehender el principio lógico tercio incluso estagirita, arrumbado por mas y más de 30 siglos, el contrapeso al principio lógico del tercio excluso. No tuvo la curiosidad y discernimiento, que es lo mismo de los alemanes antes de Hitler, de la consideración y la aventura, como sí la tuvo Luis Alberto Machado, cuando nos dijera que: "Lo concreto debe ser a la vez abstracto y lo abstracto a la vez concreto. "Ser o no ser". Convirtamos la duda de Hamlet en un absurdo y llegamos al arte. Para ello no es necesario cambiar sino una sola palabra la conjunción. "Ser y no ser". Ser y no ser al mismo tiempo: eso es el arte. Ser y no ser: en arte, ésta es la cuestión. Antes de ser libre; después es necesario. La verdad radical forma parte constitutiva de una obra de arte."

Luis Alberto Machado, situábase en el medio aristotélico profundo, entre el exceso y el defecto, al cambiar las conjunciones, que es la verdad radical luisalbertomachadoiana profunda. En tanto que Perls, condúcenos a la conciencia espacio-temporal esencial profunda, a los niveles más profundo de nuestra existencia, al silencio interior pearliano insondable, entre el letrero masticado y el libro introyectado, pasando por debajo de la mesa lo del medio de Aristóteles. El venezolano, Luis Alberto Machado, estaba acabando en tremendo orgasmo filosófico, solo y sólo, con el pajazo eliminatorio cambiario permutado de las conjunciones. El filósofo caraqueño, estaba diciendo al mundo, en mayo de 1975, que a la dictadura del principio lógico del tercio excluso, del ser o no ser, le había tocado su fin, y, aparecía su contrapeso, el principio lógico del tercio incluso, del ser y noser, surgía la verdad radical luisalbertomachadoiana profunda, en la sombría penumbra whitmaniana del yin y del yang. Esto no lo dijo Perls. Ni mas y ni más nadie, ni el cíclope Polifemo Nadie Homérico Odiseo, ni antes ni después de mayo de 1975, aun y aún, el medio estagirita abismal, el dinosaurio augustomonterrosoiano, estaba ahí. Pues, la dictadura del principio lógico del tercio excluso escolástico del bachillerato, que carcomíanos los sesos, aun y aún, continúa en el corroer, asina asín ansí así, tanto que Albert Einstein, no pudo completar la teoría holística unificada por culpa de Aristóteles. Mas y más, ahora Luis Alberto, hásela completado en la verdad radical profunda, entre el ser y el no ser, tanto como la verdad cortazariana profunda, entre la verdad y la falsedad, tanto como la verdad cantarina peregrina golondrina ramossucreiana, entre el teorema directo y el teorema indirecto del cuadrángulo rectángulo socrático, tanto como la paraulata cantarina llanera cojedeña, entre la nube con agua y la nube sin agua.

Con digresión y sin digresión, Friedrich Salomon Perls, hanos despertado toda esta cantarina lata perorata paraulata llanera, con su letrero masticado y su libro introyectado. El letrero para este cura ignaro raro cleuasmo asno ¡que nunca, jamás de los jamases! ha leído los libros de la Gran Moral de Aristóteles, mas y más ¡sí qué el letrero!: "Entre exceso y defecto, ha de haber, necesariamente, un medio", es la expresión, la frase, el letrero, que encuéntrase en los textos en los libros del filósofo estagirita arrumbador, y, requeríalo, este cura, para complementar y completar, la teoría de los casos límite contradictorios, y, que el filósofo Luis Alberto, alborotara, a este cura, con su orgasmo filosófico crucial decisivo, y, batucara al parlamento nefando nefasto georgebushiano del derrumbe de las Torres Gemelas Neoyorquinas, el 11/09/2001, de la Virgen de la Coromoto Venezolana, con el letrero sobre la tumba del no te quiero: "O estás conmigo o estás con mi enemigo", y, batucara a la dictadura secular milenaria conjuntiva exclusiva mitológica hamletiana.

Si el letreo masticado y el libro introyectado, de Friedrich Salomon Perls, son casos límite contradictorios caliginosos, tanto como el contenido y el continente. Entonces sea dicho que hemos de aumentar el conocimiento y la inteligencia leyendo un buen libro seis veces, que leyendo seis buenos libros una vez. Ergo vergo sea dicho que una frase bien masticada y asimilada tiene más valor que todo un libo simplemente introyectado. Ergo vergo se dicho que Friedrich Salomon Perls, nunca jamás, viera el medio aristotélico profundo, tanto como Albert Einstein, que nunca jamás viéralo, por culpa de Aristóteles. Ergo vergo sea dicho que Luis Alberto Machado, pegóse a Aristóteles en la conjunción exclusiva mitológica hamletiana. Ergo vergo sea dicho que con Luis Alberto Machado, aflorara el principio lógico tercio incluso estagirita, arrumbado por mas y más de 30 siglos, o sea, el contrapeso al principio lógico del tercio excluso. Ergo vergo sea dicho que Luis Alberto Machado estaba acabando en tremendo orgasmo filosófico, solo y sólo, con el pajazo eliminatorio cambiario permutado de las conjunciones. Ergo vergo sea dicho que Luis Alberto Machado con su orgasmo filosófico crucial decisivo, batucara al parlamento nefando nefasto georgebushiano del derrumbe de las Torres Gemelas Neoyorquinas, el 11/09/2001, de la Virgen de la Coromoto Venezolana: "O estás conmigo o estás con mi enemigo". Ergo vergo sea dicho que el letreo masticado y el libro introyectado, de Friedrich Salomon Perls, son casos límite contradictorios caliginosos, que no de otra suerte que como cuando el contenido y el continente, y, por la calle de en medio el medio, el silencio interior insondable perlsiano. Ergo vergo sea dicho que este cura ignaro raro cleuasmo asno ha de manifestar a horcajadas y voz en cuello que ¡nunca jamás de los jamases! ha leído los libros de la Gran Moral de Aristóteles, sí mantúvose en sus trece en el letrero: "Entre exceso y defecto, ha de haber, necesariamente, un medio", en que apareciera el principio lógico del tercio incluso, arrumbado por mas y más de 30 siglos, el contrapeso del principio lógico del tercio excluso, y gracias al letreo masticado y el libro introyectado de Friedrich Salomon Perls.

 



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Miguel Homero Balza Lima


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