En peligro la unión cívico-militar

"Llamo a la unidad de todos los venezolanos para defender nuestra patria, nuestra soberanía y darle continuidad a este proyecto de transformación profunda".

Aló Presidente N. 246, Cumaná 5 de febrero de 2006

Si bien es cierto el Estado venezolano y en especial el Gobierno Revolucionario han sufrido los ataques más despiadados por parte del imperio norteamericano y sus lacayos criollos - en los últimos meses - la respuesta no se ha hecho esperar.

Frente a estos embates el Presidente Nicolás Maduro ha hecho grandes esfuerzos para encontrar mecanismos de defensa, "para superar los obstáculos" o "compensar los daños de las sanciones", como lo representa la Ley Anti Bloqueo aprobada recientemente por la Asamblea Nacional Constituyente y ya, en manos del Primer Mandatario Nacional.

La nueva Ley ha traído un debate nacional - en las primeras de cambio - sobre todo por parte de algunos dirigentes de la propia izquierda, quienes califican a la Ley - sin conocerla a fondo - como un retroceso del proceso revolucionario iniciado por el Comandante Hugo Chávez.

A medida que pasa el tiempo el panorama se despeja y se aclaran las dudas, sobre todo por las claras explicaciones que en estos tiempos de sanciones han hecho a la opinión pública, no sólo el Presidente Nicolás Maduro sino también la Vicepresidenta Delcy Rodríguez y el presidente de la ANC Diosdado Cabello.

Los altos funcionarios han explicado a través de los medios de comunicación, los alcances de la apertura y los nuevos retos que encierra la citada Ley, con la cual se abren las puertas - por encima de las sanciones norteamericanas - a los diferentes sectores del país en todos los campos (económico, político, social, cultural, etc.)

Paralelamente a estos acontecimientos, que sirven de antesala a las próximas elecciones parlamentarias y a la venidera contienda presidencial de los Estados Unidos con Trump y Biden en la palestra, en Venezuela crecen y aumentan las expectativas.

Desde luego que no la hemos tenido fácil en estos últimos meses, donde los ataques y estrategias del imperio parecen estar calculados contra Venezuela, hasta causar estragos los cuales ya comienzan a lograr sus efectos en la población y sobre todo, en situaciones extremas que se reflejan en la vida cotidiana de la familia venezolana.

La situación que afecta los servicios públicos como la luz, el agua, el gas, la gasolina vinculada al transporte y el costo de los alimentos, ha superado los límites de la tolerancia y han representado una prueba de fuego para la paciencia del bravo pueblo venezolano, quien ya muestra señales de cansancio porque hay merma en su tolerancia que siempre lo han caracterizado.

Mientras el Alto Gobierno y sus sistemas de seguridad afinan sus estrategias, en el ambiente - que ya ronda los aires decembrinos - también comienza a desarrollarse la antesala electoral.

Se perfila una campaña muy sui generis y con unas características muy atípicas a las que estaba acostumbrada la población venezolana. Se avecina una contienda para el rescate de la Asamblea Nacional con candidatos que miden fuerzas, en un escenario no muy tradicional (en plena pandemia del Covid 19)

El panorama se perfila en el marco de una alta tensión y si bien la fidelidad y la constancia revolucionaria se han manifestado siempre - hasta el momento con un pueblo solidario con el Gobierno - existen algunos factores exógenos que parecen enturbiar el ambiente.

Tenemos condiciones que han sido creadas artificialmente y las cuales se han reforzado con el bloqueo y las sanciones norteamericanas, que comienzan a lograr su efecto en el pueblo el cual ha sido duramente castigado.

Si bien una gran parte de la población pudiera comprender el ataque y seguir siendo solidaria con el Gobierno, otra porción, se han mantenido expectante y pudiera ser manipulada por la oposición; en especial por una parte de la oposición - vandálica y terrorista - la cual ha quedado excluida de la contienda y busca sabotear el proceso electoral, aupada por el imperio.

Por su parte, la garantía y transparencia del proceso electoral en Venezuela no da espacio a la duda. La tecnificación de la cual goza y sus progresivos procesos de auditoría ya comprobados (CNE), por expertos electorales a nivel internacional así lo certifican, porque son únicos en el mundo.

Mientras el tiempo transcurre, la mecha de la cual nos hablaba el Comandante Chávez, parece encenderse y el tic tac del reloj se acelera ante la carrera electoral, única en el mundo y con más de 14 mil candidatos inscritos y más de un centenar de partidos políticos (107) en el país.

Los efectos del desgaste para el Gobierno para recuperar la Asamblea Nacional (AN) no son nada alentadores. Las amenazas se han convertido en hechos reales y han llegado directamente al pueblo, con la devaluación de la moneda, la dolarización de la economía y la especulación desatada contra los productos y alimentos de la dieta básica que exprimen el bolsillo de los venezolanos.

El descontento se expresa abiertamente en la calle y el fantasma de las colas que generó la derrota pasada, con un resultado nefasto expresado en el parlamento que parió a Guaido y a unos parlamentarios traidores a la Patria, pudiera reaparecer de nuevo y debemos evitarlo.

Uno de los escenarios donde más se aprecia el descontento de la gente es el generado por la escasez de gasolina. El fenómeno se ha acentuado en los últimos días, con sus tradicionales colas que esconden todo un mundo de corrupción y de mafias mayoritariamente en los estados del interior del país.

Si bien en algunos momentos también se hizo sentir de manera aguda en las ciudades del centro del país como Caracas, Maracay, Valencia y Barquisimeto, allí el Gobierno lo ha logrado equilibrar acertadamente con la llegada de combustible iraní, el cual también fue saboteado por el gobierno de Trump; pero hemos superado el bloqueo y se ha podido reabastecer el mayor mercado de gasolina en el centro del país.

El manejo no ha sido similar en los demás estados del interior, en especial los estados fronterizos Táchira, Zulia y Apure, donde se ha arraigado un mercado negro y un depravante "bachaquerismo" de la gasolina por el contrabando hacia la vecina Colombia.

Los nudos gordianos de mafias y narcotráfico han sembrado una conducta del soborno y de coimas que perforan muchos estamentos de la sociedad. En especial ha permeado nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) a través de su brazo ejecutor, representado por la Guardia Nacional (GNB), hechos que claman por un alerta temprana.

Con la crisis del combustible de los últimos meses el mercado del contrabando de la gasolina se ha enrarecido y sus precios se han disparado, para alimentar especialmente al narcotráfico que opera en la zona fronteriza.

En algunos momentos la crisis del combustible frenó el contrabando, pero a pesar de los controles del Estado a través de los Cuerpos de Seguridad y la GNB se activaron viejos vicios, sobre todo por la presión del narcotráfico que compra a quien se le atraviese en el camino.

No olvidemos la cita de Freddy Bernal "por cada kilo de cocaína que se produce en el mercado se necesitan 30 litros de gasolina" y el comercio de la droga no ha parado su producción en la Colombia de Uribe Vélez.

Si bien la falta de gasolina en el país no se había hecho sentir con las mismas proporciones de la frontera, con la escasez de los últimos meses, el fenómeno fronterizo se trasladó a los demás estados del país.

En los estados llaneros y orientales - por ejemplo - han surgido manejos dolosos y mafiosos en la venta de la gasolina. Allí se han creado redes para el manejo de la gasolina que han generado una especulación en dólares y una mafia que ya no oculta su descaro.

A la vista - desde las colas - se observa por ejemplo, como en las estaciones de servicio de los estados Monagas y Anzoátegui, la venta en dólares se hizo cotidiana y no por la vía autorizada por el Gobierno de los 0,5 dólares el litro, sino que llegó un "mercado negro" paralelo, con un marcador de hasta 3 dólares por litro de gasolina (¿quién conforma esta mafia?)

Ante este grotesco y denigrante negocio que empaña la conducta de el "Honor es su divisa", surge una amenaza. Y por eso uno de los aciertos de la Revolución Bolivariana y promovido por el Comandante Hugo Chávez, como lo es la Unión Cívico – Militar, lamentablemente por la vía de la corrupción hoy está siendo atacada.

La tentación y la amenaza vienen de los tentáculos del imperio. Se hacen presentes los indicadores de la corrupción, sobornos, coimas, mordidas, etc., los cuales pudieran haber permeado también las filas "verde oliva" y presuntamente, en algunos niveles, no escapan de la "mano peluda" que amenaza la Unión Cívico – Militar.

Así como los ataques a la Revolución Bolivariana no han cesado en más de veinte años - desde la llegada al poder del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías - ante la antesala de unas elecciones parlamentarias, vitales para el futuro del socialismo en Venezuela, los alertas y controles contra la corrupción no deben bajar la guardia y se hace indispensable la Unidad, lucha, batalla y victoria… ¡Venceremos!

¡Amanecerá y Veremos!

 



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Marco Tulio Arellano

Jubilado en Pdvsa

 arellanomt@hotmail.com      @Homugria

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