Vamos Juntos a la Nueva Asamblea Nacional

Ni Maduro ni Guaidó: Venezuela Exige un Cambio

En Venezuela, el contrato social está roto, la nefasta gestión del gobierno del presidente Nicolás Maduro y su equipo conforma hoy un cuadro dantesco para la sociedad venezolana,  la corrupción, la cabalgante y lacerante desigualdad social, la quiebra de PDVSA y las  Industrias Básicas, el deterioro de las condiciones de vida, la destrucción del salario, el colapso de los servicios públicos, la corrupción de los aparatos de seguridad del estado, la ruptura de la institucionalidad del Estado venezolano y la violación permanente de la Constitución,  han ido erosionando y estrechando gran parte de los contenidos democráticos y sociales del pacto constitucional de 1999,  sustituyéndolo por una suma de decisiones coyunturales de corte autoritario bajo la excusa de una supuesta lucha permanente contra el imperialismo. Sin negar los terrifles efectos del asedio norteamenricano, Maduro y su equipo claudican al achacar toda su responsabilidad de la crisis a causas externas, rehuyendo así de sus propias responsabilidades, dando muestras claras de  no poder gestionar los problemas nacionales e internacionales. Constatar esto no es cargar contra la institucionalidad sino precisamente llamar a recuperarla y defender la Patria. Tenemos el reto de impulsar la conformación de una nueva Asamblea Nacional que exprese genuinamente la pluralidad de la sociedad venezolana que hoy no se siente representada por la polarización de dos élites. Por ello hacemos un llamado al pueblo de Venezuela, vayamos juntos a la CONSTRUCCIÓN UN NUEVO PACTO SOCIAL.

DIEZ RAZONES PARA VOTAR JUNTOS:

1.- La superación de los problemas que arrastramos pasa irreductiblemente por darle fin a la gestión administrativa del gobierno del Presidente Nicolás Maduro y su equipo.  Para esto proponemos salir de Maduro a través  de un camino de diálogo nacional, de máxima unidad democrática, constitucional y electoral que nos lleve a la realización del Referendo Revocatorio del 2022. Entre todos REVOQUEMOS EL MANDATO DE NICOLAS MADURO.

2.- Una democracia sana implica el acatamiento por parte de todos los actores de los preceptos constitucionales. La Constitución Bolivariana es el único instrumento legítimo para nuestro accionar político. Por eso invocamos los Art. 5 -la soberanía reside en el pueblo- y 70, 71 y 72 sobre el referendo revocatorio como procedimiento democrático y participativo.

3.- La cuestión hoy en Venezuela no es girar un poco a la derecha o un poco a la izquierda, sino rehacer las normas comunes, restablecer el acuerdo como país que permita apuntalar las energías colectivas en una misma dirección y al mismo tiempo, proveer de seguridad y oportunidades a la gran mayoría social que hoy exige un cambio y una nueva esperanza para la nación.  Por ello es necesario que votemos juntos para hacer, que a través del poder legislativo, se lleve a cabo una reforma constitucional que permita establecer un nuevo pacto social, a través del mecanismo constitucional existente.

4.- Debemos votar por una Asamblea Nacional que debata desde la pluralidad de esta sociedad los principales problemas del país, no los que hoy ocupan a la élite política dominante en su disputa por el poder. Un espacio para recuperar la política que ha sido aplastada por la lógica de la guerra y la polarización en estos años. Un terreno de confrontación democrática de ideas y propuestas, de procesamiento de diferencias, para buscar acuerdos, de reconocimiento de los otros y las otras, en el que construyamos soluciones entre los y las venezolanas, sin injerencias o amenazas extranjeras. Un ámbito para la recuperación de la democracia, de la soberanía, de la Constitución que ha sido sistemáticamente pisoteada y para iniciar el proceso de reinstitucionalización del país, desde el cual podamos todos y todas contribuir a pensar/decidir sobre la reconstrucción de Venezuela y superar el modelo económico rentístico extractivista petrodependiente-primario exportador. Un espacio para combatir sin tregua la corrupción y el clientelismo. Una Asamblea popular para construir un consenso alrededor de un programa y un plan de acción inmediata que enfrente la emergencia social compleja y le dé respuesta a las necesidades que demanda urgentemente la sociedad venezolana en materia de alimentación, salud, servicios básicos, educación y seguridad.

5.- Para ejercer funciones de control sobre el Gobierno y la Administración Pública Nacional, es necesario la revisión y auditoria  total y sin condiciones de las deudas externas públicas, es esto una posición contundente. Hay argumentos suficientes no solo para considerarla sino para exigirla en forma categórica. Sin embargo, a pesar de ser la salida más inmediata, no es de por sí la solución del problema de la deuda, si no se hace a la vez lo necesario frente a las causas que originan el proceso de endeudamiento. La corrupción resultante de la confabulación de sectores de la burocracia y de capitales tanto nacionales como internacionales, tiene un peso determinante en la crisis económica cuantificable en el déficit fiscal, el enorme servicio de la deuda externa que se cancela sin ningún tipo de consideraciones acerca de su legitimidad y priorizado por el gobierno respecto de las importaciones esenciales, las ineficiencias de la administración, la pérdida de activos e inversiones y en los costos sociales e institucionales derivados. Los capitales fugados procedentes de la corrupción y el pago de una deuda ilegítima y corrupta, constituyen un activo fundamental, cuya recuperación por la República debe convertirse en un objetivo de primer orden. Pero ello, debe ser precedido por un proceso de investigación que revele la verdad sobre la gestión y las cuentas públicas, a través de una auditoría pública y ciudadana que conduzca al castigo de los responsables en el sector público y privado.

6.- La elaboración incluyente y democrática de un Programa de Emergencia y Recuperación Nacional requiere un auténtico esfuerzo de reconstrucción para superar las trabas que impiden la salida del laberinto:  violencia estructural que impide la satisfacción de las necesidades humanas fundamentales, violencia simbólica que se ha instalado a partir de una polarización destructiva y una guerra mediática sin fin,  violencia directa que ha generado sufrimiento, heridos, muertes y dolor en las familias venezolanas, violencia contra los trabajadores y campesinos que han destruido sus formas naturales de organización. Todos y todas tenemos que reconocer la necesidad de salir del encierro de la baja y pequeña política y avanzar hacia la Gran Política para semejante esfuerzo colectivo. Es necesario para el país un dialogo amplio, sin exclusiones, con la participación de actores sociales y políticos concentrados en la consolidación de una “sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural” que garantice los derechos de la gente y la naturaleza.

7.- Proponemos: una Ley de Defensa Integral del Trabajador y su Familia, para proteger el salario y dignificar el trabajo (Art 91 CRBV). El establecimiento del salario mínimo en dos veces y media la tasa de inflación. Un plan productivo de emergencia y creación de empleo digno. El cumplimiento de la ley que obliga al BCV a publicar mes a mes los datos económicos y la inflación acumulada. La revisión de los contratos del Arco Minero y la solicitud de estudios de factibilidad e impacto ambiental. La moratoria y reestructuración de la deuda pública interna y externa. La búsqueda internacional y repatriación de los capitales fugados por la corrupción. Una Ley de Amnistía que asegure la libertad de todos los presos políticos.

8.- La pandemia del COVID19 ha dejado claro al mundo entero la necesidad de fortalecer los servicios públicos. En nuestro país, la peligrosa degradación del sector salud, incluyendo el tema de las medicinas y del tratamiento especializado de enfermedades, así como el colapso del sistema educativo coartan de manera directa las posibilidades de un desarrollo sólido y justo para los y las venezolanas. Sobre estos temas urgentes, distintos movimientos políticos ciudadanos en los que participan trabajadores públicos y privados, obreros, campesinos, sociales y gremiales venimos dando debates de cara a los venezolanos que no deben ser postergados ni soslayados, es necesario que estas fuerzas y otros actores sean los llamados a aportar soluciones que requieren los trabajadores y el país en materia de salud y educación públicas y universales. Para ello, proponemos un amplio debate sobre las políticas fiscales del Estado con la mira puesta en un régimen tributario progresivo adecuado a nuestras capacidades productivas.

9.- La catastrófica gestión del gobierno de Nicolás Maduro ha creado una falsa ilusión de estabilidad creando pequeñas burbujas. Esto solo ha sido posible a costa de abandonar a su suerte a la mayoría de los venezolanos que no viven en Caracas. Zonas otrora pujantes se encuentran hoy sin la infraestructura básica de luz, agua, gas o comunicaciones. Por ello, los nuevos integrantes de la Asamblea Nacional deben ser legítimos representantes de sus territorios para hacer sentir con fuerza la voz de las regiones y proponer planes locales de desarrollo que reviertan la creciente desigualdad entre las distintas partes de nuestro territorio nacional.

10.- Es necesario que los actores democráticos se organicen para participar en las elecciones, debemos construir una gran alianza nacional con demócratas y otros sectores soberanistas hacia la nueva mayoría que rompa la polarización, acorrale a los extremos y pueda llamar a un referéndum revocatorio para salir del mal gobierno. Desde la nueva AN y desde  esa nueva mayoría crearemos los mecanismos legales para atacar los grandes problemas que te afectan a ti, a toda la población y degradan el territorio nacional.

 



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Movimiento REDES, fundado por Juan Barreto.

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