Socialismo hoy en día, esta palabra ha sido tan "sacudida" que casi ha perdido todo su significado. En un principio, sin embargo, hacía referencia al conjunto de doctrinas y movimientos que tienden a una transformación radical de la sociedad, que pretenda la igualdad de sus miembros no sólo bajo un punto de vista legal, sino también económico, a través de la supresión de las clases y privilegios de clase. Dado que el estado soviético se retiró completamente de la idea del socialismo de Marx - hacia el comunismo totalitario de Lenin - el término se ha transformado más veces, y ahora se utiliza para indicar todo lo que está en el medio entre "fascismo" y "progresismo". Fin de la cita. Anónimo.
Ya en el primer semestre de este año 2020, se cumple el primer año y medio, del ‘gobierno’ de Maduro y Juan Guaidó en Venezuela, seis meses es la diferencia entre uno y otro, quedando en evidencia más que nunca, una estela de destrucción de la democracia, ingobernabilidad, violencia militar, y policial, crimen organizado de una nueva mafia de comerciantes especuladores de árabes y chinos, y el más rotundo fracaso económico en nuestra historia contemporánea.
No se ha cumplido ni una sola de las promesas del presidente auto proclamado, y tampoco ha funcionado ninguno de sus actos y proyectos, ni los programas, y acciones de ayudas humanitarias de gobierno contra la represión, la hiperinflación, dolarización de hecho, y destrucción del Bolívar como moneda de circulación nacional. Se dolarizó el precio de la gasolina, y se empeoró los niveles de vida de la población venezolana.
En cambio, con la terrorífica cuarentena del gobierno de Maduro la economía es arrastrada a la peor recesión, el desempleo es de espanto y brinco, sobre todo en el sector hotelero, y del turismo, el número de víctimas mortales por los altos precios de los alimentos y medicinas es igual al de una guerra civil o convencional. Además, los dos grupos en el poder el real, y el virtual, son víctimas de una espantosa, y escandalosa derrota ética, y moral con las actuaciones del TSJ, frente a las dos Asamblea Nacional, con lo de la designación de los nuevos rectores del CNE, presentando ante la opinión pública nacional e internacional, como victorias, la violación flagrante de la Constitución, y las leyes de la Republica.
¿Qué le pasa a los venezolanos; qué aguantan callados esta pela, como si les hubieran inyectados vía intravenosa ‘güevociclina’ por estos dos presidentes? Porque están bien ‘agüevoneados’, cuando marchamos detrás de fracasos, derrotas, y escándalos en pleno siglo XXI.
El mayor de los fracasos, fue la gran promesa de enero del 2019, de controlar la hiperinflación, y el hambre. El primer año y medio de Guaidó terminará con miles de víctimas por el hambre, y las enfermedades; cifra peor a la del virus chino, y de una guerra. Apenas desde marzo pasado, Venezuela entera es escenario de esa guerra, cuando la escasez, y ahora la dolarización de facto de la gasolina nos muestra una nueva masacre, cuando el pueblo trabajador cobra en bolívares devaluados.
Al fracaso de la lucha contra la hiperinflación criminal sigue el fracaso económico. Venezuela continúa con cero crecimientos del PIB, lo que arrastra otros fracasos paralelos como el empobrecimiento, y una mayor represión, y delincuencia militar, y policial, con los aborrecibles puntos de control militar en carreteras, calles y avenidas.
Según estimaciones, en sólo 4 meses del virus chino se perdieron el 50% de los empleos creados por Chávez.
La violenta represión contra la población que proteste, y contra los políticos que disientan, y la estulticia mostrada al derribar el Estado de Derecho, provocaron que se perdiera por completo la confianza de invertir en Venezuela.
Luego de la miopía al tirar la seguridad jurídica por la borda, se promovieron tres fracasos potenciales; quiebra de pdvsa, el Metro de Caracas, y su ampliación hacia Guarenas y Guatire, y la paralización de las Refinerías del País. Estos han sido los últimos clavos en el ataúd de la economía venezolana.
Las venganzas políticas en contra de alcaldes, y gobernadores opositores al despojarlos de sus competencias llevaron a Maduro a destruir el Sistema de Salud Pública, hoy colapsado. En cuestión de meses expertos pronostican un colapso total con miles de muertos, entre los más pobres, no por el covid-19, sino por el hambre, y las enfermedades.
Igual revancha lleva a Maduro, a colapsar el sistema educativo, amparado en la pandemia, y Guaidó no dice nada. ¿Por qué? Porque todo padre o madre, con dos dedos de frente, buscan que sus hijos se eduquen, que es el mejor antídoto para salir de la pobreza. Sin educación no hay progreso
La corrupción, y la caída de la calidad educativa también alcanzan a las universidades públicas, condenadas a la miseria económica, se quiera o no, ya que esto se traducirá en miseria educativa.
La parálisis económica apenas empieza a ver la devastación del aparato productivo nacional; La inversión pública desapareció; la inversión privada poco más del 5%, en tanto que la inversión extranjera directa se esfumó. Fracaso total; pobreza, desempleo, hambre, enfermedades, y más uniforme verde oliva parasitario controlando la alicaída economía.
El consumo cayó en un 75%, por primera vez en décadas, otro signo del desempleo, y empobrecimiento social. Las principales industrias que impulsaban el desarrollo económico se paralizaron; la industria automotriz, el sector turismo, y la industria de la construcción con 20 años paralizada. Sólo por nombrar tres casos emblemáticos.
Los dos gobiernos el de hecho, y el virtual, no sólo fracasaron en contener la hiperinflación, y la descomposición social; no solo destruyeron la economía, la salud, y la educación sino que, sobre todo, destruyen la democracia. Se acabó con la división de poderes enterrando a Montesquieu, donde Maduro hoy tiene en sus Manos los Cinco Poderes; Ejecutivo,’ Legislativo-ANC’, Judicial, Electoral y Ciudadano.
Además, de manera ilegal, el gobierno de hecho, colonizó la AN con Luis La Perra, y va por el control total del CNE.
En sólo un año y medio, la dupla Maduro-Guaidó han destruido más instituciones que ningún otro gobierno de la IV Republica; se desmontaron las partes fundamentales de la democracia venezolana, y se avanza, con pasos agigantados, a instaurar el poder de un solo hombre, como en la Cuba de los hermanos Castro.
Esto sin contar con la derrota moral de Guaidó, y su gobierno virtual. Y es que sin pudor, desde los dos gobiernos el real y el paralelo, sus funcionarios de todo pelaje, y legisladores, violan todos los días la Constitución, y las leyes sin contrapeso alguno.
Pero ninguno de los dos presidentes, tampoco cumplen una sola de sus promesas; se aumentó el precio de los combustibles, se raciona las ventas de gas domestico, y ahora de la leña para cocinar, se cierran universidades y escuelas, se pierden millones de empleos, y no crece la economía.
A un año y medio aproximado de los dos gobiernos, ya no hay duda que el de Maduro y Guaidó, son los gobiernos del fracaso; de lo peor de la historia, y que no sólo nos llevan a la ruina económica sino a la barbarie de la violencia represiva militar, y policial por acción, y omisión, sobre todo, a la ruina moral, y al de los gobiernos autoritarios de un solo hombre, cada uno con su estilo diferente. Y esto se conoce en los bajos fondos de la politiquería, con el remoquete de dictadura.