Una plaza para un banco

No son tiempos fáciles para los bancos del país, el encaje legal y la falta de efectivo hacen muy difícil su operatividad. Si a eso le sumamos el accionar de algunos empleados que con una mentalidad retrograda tratan a los clientes, no nos extraña que cada día algunas agencias permanezcan completamente solas.

Porque hay funcionarios bancarios que se quedaron en el pasado cuando los bancos tenían capacidad crediticia y te ponían miles de condiciones para abrir una cuenta, siempre recuerdo a un amigo que nos contaba una anécdota de una conversación con uno de aquellos gerente quien le dijo “aquí no estamos para hacer favores, estamos para producir dinero”.

Venden la idea que los usuarios van a pedir limosnas, afortunadamente no son todos. En el Banco Plaza de Lechería está un gerente completamente desfasado de la época en que vivimos, no tiene idea de su papel administrativo, actúa como un jefe autoritario teniendo al banco como una bodega de su propiedad.

Es triste la existencia de este tipo de personajes en estas entidades bancarias, especialmente en un banco que la mayoría de sus empleados son atentos y serviciales. Fíjense que el gerente en cuestión criticaba a una señora que en sus funciones de ejecutiva se esmeraba para que el cliente se marchara contento, bueno, decía: esa vieja pierde mucho tiempo atendiendo a los usuarios, lo único que le falta es que le saque los gases como a un niño recién nacido.

Así de desubicado es este funcionario, me cuentan que un día la cajera le pidió el favor a un cliente que fuese donde el mencionado gerente para que le diera la media firma de una solicitud, el cliente se negó y ella insistió manifestando que no tenía nada de malo, al hombre se le pusieron los ojos rojitos, firmó y salió casi corriendo a regañar a la cajera en público.

Un cavernícola tendría más educación. Tenía una constante pelea o envidia con el otro gerente, ya que por largo tiempo había dos figuras un gerente operativo y otro al parecer de finanzas, entonces él se molestaba porque la gente le decía sub gerente, despotricando siempre del otro, argumentaba la poca experiencia del ejecutivo y que llegó a ese cargo sin saber nada, exclusivamente por ser amigo del gerente regional.

Cuestión incomoda para los que lograban entrar a su oficina. Se siente orgulloso que lo califiquen de ogro, así eso cause que todo el personal se haya retirado, los que trabajan ahora son nuevos. Ese carácter es digno de tratamiento siquiátrico, o no sé qué, porque le incomoda tratar a las personas mayores, en cambio disfruta atendiendo a los muchachos. Es una lástima que un banco de tanto prestigio ubicado en una excelente zona comercial sea tan mal manejado por un señor carente de capacidad comunicacional y buenas costumbres.

De seguir así tendrán que ubicarlo dentro de una plaza de Lechería con una taquilla manejada por él mismo, porque supongo que nadie querrá trabajar con él. A lo mejor con este artículo le aumenten sueldo, ya que se siente protegido por su jefa, a los extremos que ella cuida su permanencia, porque de retirarse de acuerdo a su versión, el banco baja la santa maría.


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Claudio Schiveci

Exdirigente juvenil en el Liceo Cajigal de Barcelona, Cofundador de la revista Horizonte, redactor de la revista cultural Candilejas. Columnista en los diarios El Metropolitano, La Nueva Prensa de Oriente y Diario Impacto en Anzoátegui.

 claudioschiveci@gmail.com

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