El socialismo "relativo" o el gobierno de las comparaciones

En este escrito no nos referimos al consabido "socialismo en lo social" de Maduro, el cual es relativo porque el supone la coexistencia con un "capitalismo en lo económico", el problema es de un socialismo con "adjetivos". Este es un relativismo que podríamos llamar ontológico, el cual se da en su ser socialista, el relativismo que lo disuelve en una perfecta contrariedad: querer emulsionar socialismo y capitalismo a la vez, y en ese peo ¡Puf!, desaparece en una leche cortada.

Nos referimos a la voluntad de ser o no socialistas, en cómo se pierde esa voluntad cuando podemos comparar nuestra vagancia (nuestra flojera, dejadez, desidia) con lo más feo de las otras sociedades (por supuesto) c a p i t a l i s t a s. Cuando usted reclama eficiencia y justicia, por parte del gobierno, aparece Diosdado Cabello y compara a Venezuela, a la Venezuela actual, contemporánea a él, con otros países, y con otras épocas. Dice Diosdado –"y no recuerdan cómo era en la cuarta, cuando lanzaban desde los helicópteros a los guerrilleros, cuando desaparecían a todo aquel que se oponía al régimen de Leoni o las masacres de Caldera… "; o compara los excesos policiales de "casos excepcionales" de las olp (un despliegue policial iniciado el 13 de julio de 2015 por el presidente Nicolás Maduro como respuesta al incremento de delincuencia) y otro programas de control social, con los excesos de la policía en lo EEUU o con violencia de los tiradores asesinos, etc. El relativismo disculpa, podemos decir, el hecho de que el gobierno viole la Constitución y las leyes con sus métodos policiales, siempre calificados de excepciones, con los argumentos más trogloditas, como decir que un delincuente no tiene derechos, un asesino no tiene derechos, un acusado no tiene derechos; o como eso condenar a los acusados al escarnio de la sociedad, sin derecho a la defensa (aplazando las audiencias, aislando a los detenidos, censurando a sus defensores, etc.).

En el caso de la ineficiencia, de la pobreza, de la basura, de los apagones, de la infancia abandonada etc., hacen lo mismo, sus disculpas son comparaciones con lo peorcito del mundo. Se trata de un socialismo que funciona solo por efecto de la comparación, un socialismo relativo: si nos comparamos con México, Venezuela es un país socialista, si nos comparamos con Argentina Venezuela es un país socialista, porque aquí todos comen y allá no. Si nos comparamos con México Venezuela es un país libre de violencia, si nos comparamos con Colombia, Venezuela tiene un sistema judicial ideal. Se trata del gobierno de Maduro viviendo de los dividendos políticos de Chávez, de sus logros, y ya, hay que ver hasta cuándo durarán; tienen que llevar al límite la paciencia de la gente.

Según la lógica del socialismo relativo, mientras haya países capitalistas más pobres, más violentos, y más atroces que Venezuela, los niveles de violaciones a nuestra constitución (la misma que todos nos dimos, para poner un tope de felicidad; para poder decirnos con orgullo –"Hasta aquí, hasta donde establece esta Constitución, puede llegar el abuso, la devastación de la naturaleza; ¡aquí no se puede violar nuestra soberanía!…" –), decíamos que los niveles de violaciones a nuestra Constitución se pueden llevar al límite, si los comparamos con las violaciones a la ley en otros países. Es decir, diría Diosdado: -"Aquí no se viola la ley, comparado con la anarquía que existe en México, con los abusos de Colombia, con los desmanes de Trump con los negros, en el medio oriente, y sus sanciones mundiales etc…".

El caso es que aquí sí se viola la ley y la constitución, no vale mucho el parapeto de la ANC, ni hacer interpretaciones a la ley para justificar su "suspensión" y los cambios hechos a favor del capitalismo. El socialismo no puede ser relativo, debe ser una doctrina moral, una instancia moral rectora de la conducta del gobierno y de la sociedad para elevar la humanidad a niveles superiores (la conducta de los dirigentes y de toda la sociedad).

La Constitución no se puede violar nunca, así como la ley suprema: la ley de la revolución socialista, del cambio de espíritu socialista, mucho más grave y de más rigor moral que la misma Constitución, que nace de ese espíritu. Cuando se excusan las faltas, las desviaciones, las violaciones a estas leyes, basados en las comparaciones con lo peor del mundo, estamos envileciendo todos los mejores logros de nuestra revolución, a la Constitución, al entusiasmo y la conciencia del deber social; envilecemos nuestra propia ideología socialista comparándola con lo peor del mundo capitalista. ¿Por qué Diosdado nunca compara a la Venezuela de Maduro (distinta a la Venezuela de Chávez) con lo mejor de la Cuba socialista? O simple, ¿Por qué no compran a la Venezuela de Maduro con lo mejor de los países capitalista (por ejemplo, con Noruega, un país capitalista y petrolero)? No pueden hacerlo, quedarían como unos perfectos novatos subdesarrollados y salvajes, derrochadores, corruptos decadentes, improvisadores, piratas, ambiciosos, sin conciencia del deber social, sin ideología clara que defender. Más conciencia del deber social tienen los políticos noruegos que todo el "salón de la justicia" de Maduro.

Sin una idea rectora poderosa no hay socialismo. El socialismo no es relativo porque es una voluntad de ser mejor, de ser socialista, y la voluntad no es relativa, se tiene o no se tiene.



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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