Venezuela ganó el primer round al imperio

El enfrentamiento entre Venezuela y el Imperio del pasado fin de
semana finalizó con una humillante derrota para Elliott Abrams,
supuesto diseñador de la operación.

Quizás nunca se pueda saber lo qué planearon inicialmente los
neoconservadores, pero lo que sí se conoce es que no pudieron culminar
con una invasión u otra operación de falsa bandera.

La faceta más notable del enfrentamiento, según los expertos y
observadores internacionales más objetivos, ha sido el escaso efecto
que tuvo la propaganda anglo-sionista dentro de Venezuela.

Aunque ciertamente unos pocos oficiales superiores y soldados
venezolanos traicionaron uniéndose con el enemigo, la abrumadora
mayoría de los militares venezolanos se mantuvieron fieles a la
Constitución y a su patria.

El Presidente Maduro y su gobierno lograron materializar con éxito una
estrategia que combinaba los bloqueos de carreteras, un concierto
musical del lado venezolano y el uso mínimo -pero efectivo- de la
policía antidisturbios para mantener la frontera cerrada y el orden en
toda la Patria Lo más notable es que los "francotiradores no
identificados" no parecían disparar a ambos lados (táctica favorita
del Imperio para justificar sus intervenciones).

Fuera del territorio nacional venezolano también este primer
enfrentamiento resultó una derrota para el Imperio. No sólo porque la
mayoría de los países del mundo se negó a reconocer al títere de
Washington, sino porque el nivel de rechazo a una posible invasión
demostró ser notablemente intenso, y la Internet y la blogosfera se
opusieron abrumadoramente a una intervención de Estados Unidos.
Esta situación creó muchas tensiones políticas internas en varios
países latinoamericanos cuya opinión pública se opone firmemente a
cualquier forma de intromisión estadounidense en la América Latina,
aunque no sea así con la oligarquía histórica.

Los líderes del Imperio y sus títeres no ocultan que su objetivo es
derrocar al gobierno constitucional y reemplazarlo con el tipo de
régimen que Washington parece haber sido capaz de imponer en
Colombia. Los Pompeo, Abrams, Pence, Elliot Abrams y Marco Rubio
fueron particularmente histéricos en sus amenazas, aunque las
oligarquías (no así los pueblos) de los países del "Grupo de Lima" les
acataron sumisamente.

Ciertos políticos estadounidenses recurrieron a su lenguaje infantil
habitual para sus amenazas en situaciones de gravedad en muestra
evidente de desprecio a su propia población. Para aquellos
desconcertados porque políticos adultos utilizaran el lenguaje que uno
podría encontrar en una escuela primaria, sólo decían que estaban
reflejando tendencias del discurso político moderno en Estados Unidos
que ha descendido alarmantemente. Hablan de una "Troika de tiranías"
que recuerda al famoso "Eje del Mal" de los Bush para identificar sus
próximos objetivos, que serán Venezuela, Nicaragua y Cuba.
Nadie se debe sorprender cuando pretendan hacer ver que Maduro es un
"nuevo Hitler" que comete un "genocidio" contra su propio pueblo. O
que lo acusen de usar "armas químicas".

La derrota militar el pasado fin de semana del autodesignado
presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, ha sido reprochada
públicamente por el vicepresidente estadounidense Mike Pence. La Casa
Blanca ha pretendido descargar la responsabilidad por lo que no han
podido lograr sus agencias de espionaje y subversión (la adhesión de
un número insignificativo de traidores de la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana (FANB) a la acción de los pretendidos golpistas. Pence
recriminó al supuesto presidente interino de Venezuela por los
fracasos sufridos luego de su reconocimiento el pasado 23 de enero,
acciones llamadas a justificar la intervención militar diseñada por
Washington.

El principal reclamo era contra por la adhesión de las FANB al
presidente legítimo, Nicolás Maduro.
Guaidó había prometido al gobierno estadounidense que si la mayoría de
los líderes mundiales lo reconocían como presidente de Venezuela,
desertaría al menos la mitad de los oficiales de la FANB, hecho que ni
remotamente ocurrió.

El funcionario norteamericano también cuestionó la actitud poco
comprometida de los millonarios venezolanos en el exterior de quienes
"se esperaba un aporte más decidido de dinero para financiar el
soborno de policías, militares y políticos y su adhesión a la esfera
de Guaidó, que tampoco ocurrió".

Importantes centros internacionales de decisión aliados al régimen de
Trump han alertado que la oposición venezolana "podría perder el
"momentum" que supuestamente le propició EEUU con la irrupción del
títere Guaidó, quien por cierto no había encontrado aun territorio
donde gobernar y quizás tendría que hacerlo desde Colombia u otra
nación cuyo gobierno no se avergüence por cederle un pedazo de su
soberanía a Estados Unidos.



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Manuel Yepe

Abogado, economista y politólogo. Profesor del Instituto Superior de Relaciones Internacionales de La Habana, Cuba.

 manuelyepe@gmail.com

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