La causa de la mujer

Quienes pensamos en absoluta libertad, no profesamos una ideología (pensamiento cerrado) o no reflexionamos a través de ella, sin prejuicios o con los prejuicios justos para no dinamitar los fundamentos de la sociedad, ni subestimamos ni despreciamos las argumentaciones de nadie aunque sólo sea por serlo, es decir, por ser razonamientos motivados. Todo el mundo pensante tiene una cuota de la razón universal. Es más, nosotros construimos nuestras ideas tratando de conciliarlas todas las más posibles por encontradas que estén. Y a ello nos debemos como pensadores sin más pretensiones que esforzarnos en ello…

Pues bien, la anterior introducción es para afirmar que está claro que en esta clase de democracias cada movimiento social denuncia y mira por su interés gremial o colectivo. Los trabajadores por sus salarios, los pensionistas por el poder adquisitivo de su pensión, quienes se sienten en situación vulnerable... por un paso a nivel desprotegido, por los recortes presupuestarios, etc. Y así sucesivamente. Así ha nacido el movimiento feminista y el tan traído y llevado concepto violencia de género asociado a una estadística y al conteo de mujeres muertas o agraviadas por un hombre...

Sin estar en absoluto alineado con el pensamiento franquista o tardo franquista de al menos dos partidos políticos españoles, uno camuflado como tal y otro prácticamente declarado en este asunto, en el territorial, en inmigración, etc, creo que la izquierda feminista lleva demasiados lejos sus quejas, sus demandas y sus políticas para no suscitar contestación. Pues ¿quiénes en los mismos términos de movilización ideológica se "preocupan" o velan por la integridad de los niños o de los ancianos? ¿quiénes se manifiestan y claman al cielo en nombre de los indigentes o de las madres desprotegidas o de quienes han de soportar la injusticia social estructural? ¿quiénes se convierten en caja de resonancia del agravio comparativo entre quienes viven opíparamente y quienes se las ven y se las desean para sobrevivir ellos, ellas y los suyos? ¿quiénes representan la causa de los miles de suicidas al año por decisiones legislativas o causas sociológicas provocaron directa o indirectamente la respuesta psíquica del suicida? ¿quiénes, más allá del intento político, miran por implantar de una vez la eutanasia activa?

La violencia del hombre sobre la mujer hunde sus raíces en causas profundas: unas biológicas, otras culturales, otras económicas y otras sociológicas. Protestar organizadamente para atajar esa violencia no es lo mismo que exigir equiparación de derechos entre el hombre y la mujer como demandaban las sufraguistas hasta que la mujer consiguió votar también... El remedio en materia de muertes de mujeres a manos de un hombre no existe más allá de un contexto general relacionado con esas causas culturales, sociológicas y económicas. Las biológicas de la mayor fuerza física no son evitables, y la protección por parte del Estado y de la sociedad por ese motivo es un brindis al sol, es como tratar de coger agua entre las manos...

Detrás del homicidio de cada mujer (que no necesariamente asesinato como se proclama sin miramiento para agravar cada hecho indiscriminadamente y con ello perder fuerza el argumento), para no incurrir en desmesura y en un egoísmo de género extremo al ceñirse exclusivamente a esa clase de tragedias, es preciso preguntarse tras cada una de ellas: antes de producirse la muerte de esa mujer ¿hubo drogas, hubo prostitución, hubo carencia de recursos para sostener a una exigua familia, hubo violencia moral sostenida que percutió la violencia del macho que causó su muerte?

En resumidas cuentas, comprendiendo y compartiendo la causa de la mujer, tras una historia de torpe discriminación, se echa de menos movimientos tumultuarios en sinergia, sincronizados, exigiendo el cambio de la ley electoral, un referéndum monarquía-república, transformarla a fondo o abolir la Constitución, exigiendo la expropiación forzosa de la tierra improductiva o viviendas adquiridas en ambos casos dios sabe cómo, en distintas regiones de España, rechazando el protagonismo de la iglesia en un Estado aconfesional, reclamando la abdicación del monarca, denunciando la tremenda desigualdad social y abusos intolerables en el siglo XXI de unos sectores de la sociedad sobre otros... Pues todas las demás movilizaciones, aparte de ser casi siempre inútiles se me antojan modos vulgares de llenar el tiempo quienes pueden perderlo, y propias de gentes a quienes sólo interesa lo suyo y les importa un comino lo que piensen y sufran los demás...

19 Enero 2019



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Jaime Richart

Antropólogo y jurista.

 richart.jaime@gmail.com      @jjaimerichart

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