La esperanza patriótica es el socialismo

El socialismo es la única esperanza de vida humana frente al capitalismo. Capitalismo y socialismo son contradictorios. El capitalismo es una fuerza destructora, depredadora que actúa en función de enriquecer a unos pocos sobre el sacrificio de multitudes de seres humanos y de la naturaleza, es irracional y anárquico. Racionalizar el consumo, la explotación de los recursos naturales, distribuir la riqueza de manera igualitaria, vencer al lujo y los privilegios es objetivo del socialismo. La única esperanza que tiene Venezuela y el mundo.

El socialismo es una esperanza si luchamos juntos para construirlo, sí luchamos no llega solo, con promesas ni mentiras. No hay socialismo en las palabras vanas y en los disimulos. Todavía hoy Elías Jaua sigue adulterando a Chávez y al chavismo, confesando que "corrigieron e innovaron el rumbo trazado" por él, otro eufemismo para decir que cambiaron el Plan de la Patria original de Chávez, el cual nunca se molestaron ni siquiera en entenderlo, solo lo sustituyeron; hablando de independencia nacional al tiempo que entregan la industria petrolera y el Arco Minero a las trasnacionales; hablando de democracia revolucionaria llamando a votar a compradores de favores, chantajeando, controlando voluntades en lo que ellos llaman "democracia participativa y protagónica"; hablando de economía mixta controlada por los capitalistas y el capitalismo, Jaua no tiene vergüenza, sigue intentando calumniar a Chávez con hechos, sus palabra se las lleva el vento.

El socialismo es todo lo contrario, se fundamente en la verdad, hay que ser honestos para poder ser socialistas, es una condición de vida revolucionaria, dentro de una democracia gobernada por las mayorías, por los trabajadores y trabajadoras. Privilegiados, expropiadores y burgueses quedan fuera ella, son puestos de rodillas. Se trata de respetar el lenguaje, también hay que respetar la idea y la acción revolucionarias; carácter, coherencia.

Chávez quiso ir en contra de la lógica del capital. Una independencia verdadera basada en el socialismo; independencia de la explotación capitalista que también significa ser independientes de cualquier imperio. Un "país potencia moral", no capitalista porque era contradictorio e imposible; una economía autosostenible, otro modelo de consumo y producción; una sociedad respetuosa de la naturaleza como base de la prolongación de la vida, del sustento de la vida humana y animal; desarrollo tecnológico en función de la vida y no de la riqueza sin sentido; una sociedad planificada, educada hasta los extremos, sin niños de la calle, civilizada. Para Chávez todo debía ser hecho en un esfuerzo conjunto, social, cultivando la conciencia del deber social por sobre el egoísmo mezquino y los personalismos. Chávez quiso que fuéramos ejemplo para el mundo por nuestro arrojo, entusiasmo y espíritu de libertad, no esclavos de las necesidades, incluyendo el lujo y las insatisfacciones pequeñoburguesas.

No hay patria sin socialismo. Sin socialismo habría cuando menos dos patrias: una triste y llena de injusticias para las mayorías más pobres, y otra privilegiada, civilizada, democrática y feliz, pero para los más ricos. Si queremos una patria, paz y unidad social debemos luchar desde ahora por una sociedad socialista. Para eso debemos volver a Chávez y abandonar los despropósitos con el capitalismo que será nuestra ruina. Patria es humanidad.

La esperanza patriótica está en devolver a las mayorías trabajadoras lo que les pertenece: el fruto de su trabajo. Dignificar al pobre con el trabajo de provecho, con sentido social y con recompensas espirituales; sin explotar al individuo, sin aprovecharse de él y sin envilecerlo; empujándolo al ocio, al vicio, a lo fácil, a obtener sin esfuerzos las cosas materiales. Esto suena ingenuo y tonto para los ricos y para los aprovechadores y oportunistas, pero para nosotros y los indefensos no, tiene todo el sentido del mundo.

La patria es el hombre y el hombre el objeto de la revolución socialista, no la riqueza, la prosperidad económica de una minoría de pícaros.

No puede haber una "vida humanamente gratificante" dentro del capitalismo, ya dijimos que es contradictorio un modelo mixto de propiedad de los medios de producción y de producción, uno de los dos debe estar sobre el otro hasta que lo desaparece. En este tiempo, donde la acumulación del capital cada vez es más concentrada, también las contradicciones sociales son más acentuadas, son extremas; las diferencias, el hambre más extendidas y profundas, las necesidades y privilegios engordan por igual.

El gobierno no puede seguir mintiendo, se envilece y envilece a la población. La perversión en la política es la peor de las trasgresiones, un crimen de lesa sociedad que pagamos los pueblos.

Marcos Luna 09/09/2018



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

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