La revolución en el papel no sirve

 

La revolución es la coyuntura donde todo da un giro y se transforma, desde la tecnología hasta las situaciones más complejas. Sabiamente el comandante Fidel decía que la revolución es cambiar todo lo que debe ser cambiado. Todas las revoluciones que se han suscitado en este plano han sido fundamentales y de trascendencia para la humanidad. Muchas han sido las guerras, revueltas, conflictos, revoluciones, que se han suscitado a lo largo de la historia, derivadas de unas determinadas condiciones y consecuencias, suscitadas en su momento justo. Fue así como la humanidad tuvo que esperar hasta mediados del siglo XVIII para experimentar el mayor conjunto de transformaciones sociales, económicas, tecnológicas y culturales, originada en Inglaterra y extendida al resto del mundo mediante la Revolución Industrial, que transformó de manera drástica los modos de vida hasta entonces conocidos, como la incorporación de las máquinas, nuevos medios de transporte, ritmos de trabajo que ya no estaban marcados por la naturaleza o una sociedad eminentemente agrícola, sino por las máquinas y el empresario, generando así una lucha de clase que impulsarían la aparición de nuevas ideologías y con ella otras revoluciones. Mientras en Inglaterra esto ocurría, en Francia el pueblo se levantaba contra la clase dirigente en una serie de hechos revolucionarios que abrió camino a nuevos tiempos de debates políticos. La Revolución Francesa marcó el paso para las siguientes en el resto del mundo, por ello es considerada la más importante. El poder pasó de las manos de la nobleza a la burguesía, una nueva clase social. Al mismo tiempo fue democrática popular, cuando la masa del pueblo, marcadas por la esclavitud y la explotación, se levantó espontáneamente e impuso el sentir de sus demandas para construir una nueva sociedad en lugar de la antigua que destruían. Estas dos revoluciones fueron fundamentales para dar paso a otras. Todo cambió gracias a ellas y surgieron otras revoluciones también importantes en el mundo, como las Revoluciones Haitiana (el primer movimiento revolucionario de América Latina), de Octubre o Rusa, China, Cubana, entre otras que marcaron la historia de esos pueblos y de la humanidad.

Una nueva rebelión llamada Revolución Bolivariana Socialista del siglo XXI nace en América, procurando dar la mayor suma de felicidad y bienestar posible, a fin de abolir las relaciones capitalistas condenadas, mediante el empoderamiento de la clase popular, trabajadora, campesina, estudiantil, cultural y amas de casa. El pueblo venezolano ha venido de una constante insurgencia, resistiendo ante las injusticias para exigir los derechos que durante siglos fueron pisoteados, desde la época de la Colonia (la Revolución de Abril, 19/04/1810) donde nuestros ancestros combatieron la opresión ejercida por el imperio español hasta nuestros días. El Comandante Chávez partió la historia de este país en un antes y un después, padre de esta revolución, encaminó esta lucha de manera pacífica reivindicando y difundiendo las gestas emancipadoras de la consciencia, del espíritu libertario y defensa de la patria, emprendidas por nuestros libertadores. Una revolución que marcó a este país, un continente y al mundo. Fue un gran estratega y visionario, pensador y seguidor bolivariano, que fue capaz de abortar el TLC propuesto por el peor imperio del mundo contra los pueblos originarios, que refundó la OPEP, con su verbo altisonante defendió el papel de la revolución ante la ONU, la OEA y en cualquier parte del mundo. Creó la UNASUR, el ALBA, PETROCARIBE, TELESUR, como alternativas de integración entre los pueblos del Sur y del Caribe. La primera revolución pacífica en la que pocos creyeron pero que fue posible gracias a su aptitud pacifista y al apoyo de Fidel Castro. Sin embargo, aun la Ley del Plan de la Patria (escrito por Chávez) de transformar el país en un Estado Socialista no se cumple, aun hoy estamos sumergidos en un sistema capitalista que no termina de morir para dar paso a un modo de vida social más humanista porque, como dice Juan Escalona, hay personajes del gobierno infiltrados en desestabilizar el proceso. El cambio revolucionario puede y debe venir solo desde dentro, no hay otra salida. Mao Tse Tung decía que levantar una piedra para dejarla caer sobre los propios pies es el comportamiento de ciertos estúpidos. Levantar la piedra de la Revolución Bolivariana impulsada por nuestro Comandante Chávez requirió de grandes sacrificios que costó hasta vidas humanas, hoy se puede derrumbar porque la están dejando caer sobre nuestros propios sedimentos como unos insulsos y majaderos.

La revolución en el papel no sirve. Si seguimos persistiendo en este juego no trascenderemos. Debemos estar preparados para seguir este camino sinuoso y no tratar de conseguir las cosas a bajo precio o a costa de un pueblo que cada día le exigen resistir. Desde la pérdida física del comandante Chávez la revolución Bolivariana se convirtió de un hecho histórico que tenía un rumbo cierto a una desesperanza, se está apagando y no logra avanzar hacia los objetivos planteados. Parece que ahora todo pasó de la acción al papel. Hoy los venezolanos nos sentimos más desamparados que nunca por una Asamblea Nacional Constituyente que perdió su rumbo. Hace un año que se instaló llenando de esperanzas a todo un pueblo, pero se quedaron allí. Su tiempo para hacer las reformas necesarias se fijó para dos años, luego que puede ser indefinida. El pueblo venezolano debe exigir un referéndum revocatorio a los constituyentistas porque no han hecho nada en materia económica y alimentaria, así como revocar a los diputados de la AN por propiciar los bloqueos económicos contra el país. A unos por inoperantes e inefaces y a otros por apátridas, por propiciar la hambruna en el país a través de los distintos bloqueos económicos. Los representantes de ambas asambleas no supieron aprovechar el momento histórico y el pueblo está en el deber de impulsar sus salidas por la vía democrática y convocar a una nueva Asamblea Nacional que legisle en función de las necesidades urgentes y emergentes que vive el país. Los ministros de Alimentación, de Economía, Finanzas y Banca Pública; de la PPST Comercio, de Industrias y Producción Nacional, de Servicios Básicos, de Salud y de Transporte, deben ser destituidos por su irresponsabilidad y lentitud en el manejo de la crisis alimentaria; por la poca capacidad resolutiva en el problema económico, permitir la liberación de precios de manera descarada y consensuada con el sector empresarial; en la adquisición del poder adquisitivo de los venezolanos y pactar con la burguesía de la Asociación Bancaria; por la poca defensa de un mejor salario digno para los trabajadores; por no incentivar la producción nacional, seguir con la cultura de las importaciones y descuidar las industrias básicas del país, malgastando los recursos petroleros; por no atender los servicios básicos de manera óptima, incluyendo los incrementos desajustados de la telefonía móvil; por no crear políticas efectivas en materia de salud, por no prevenir la aparición de enfermedades erradicadas, por el abandono en los centros de salud; por permitir que la mafia del sector transporte esté haciendo estragos en los venezolanos. Revocar a todos los alcaldes del país por no atender el problema de la basura, del transporte y del abandono de las comunidades. El poder conquistado pasará de las manos del pueblo a la burguesía radical y a los nuevos capitalistas que se transformaron en esta revolución, una nueva pervertida clase social que superó a aquella y son peores. No se puede seguir haciendo la revolución desde las oficinas escribiendo lo que no se cumple, lo que no se ejecuta, lo que no se transforma, lo que no le interesa y conmueve al pueblo que sufre. ¡Esto no puede ser! Hay que dar un viraje rotundo y dar soluciones inmediatas en el corto plazo, proyectar otras que sean sostenibles en el mediano y visionar las trascendentales en el largo plazo. Ningún gobierno revolucionario puede permitir que esto ocurra, porque es cómplice de estas acciones antisocialistas y lejos del sueño del Comandante Chávez. Nuestros "líderes revolucionarios" no aceptan pasar a la siguiente etapa de emancipación por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos, desafiando todas las fuerzas imperiales; defendiendo la verdad, la justicia y la libertad, sin cambiar las ideas, manteniendo los principios éticos. Todos estos funcionarios junto a los líderes de la oposición están próximos a intersectarse por su poco amor al país, ya que dejaron a un lado al pueblo que en ellos confió para sobreponer sus intereses. Camaradas demostremos que Chávez no se equivocó y asumamos el desafío histórico de devolver a su lugar el principio (el origen) de la revolución, estamos del lado correcto de la historia y cabalgamos con la razón a cuestas, aunque nos cuestionen unos por criticar y otros por defender la revolución. Solo la verdad nos hará libres.

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Esmeralda García Ramírez

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