Auditórium

¡Esta utopía ramplona llamada socialismo!

La fuerza bruta es el pleno derecho de los necios. Cicerón.

 

Las utopías a 18 años de este siglo XXI, no solo existen sino que nos inundan. La crisis hiperinflacionaria que vive hoy Venezuela no la hace gozar de muy buena salud. Ni la utopía revolucionaria, menos la utopía política, ya que el hambre no es utópica es real. Todas están profundamente interrelacionadas, y son dos formas obligadas de la crítica diaria, entendiendo como crítica un horizonte de expectativas por resolver. la utopía es la resultante de un estado de la imaginación colectiva que se produce hacia el interior de las poblaciones, y que tiene sus orígenes : cuando existe un estado general de opresión (hambre pareja) caracterizada por una brutal dictadura del: "no te pongas cómico, esto es lo que hay" que obliga, a la supervivencia, desplazando las imaginaciones hacia la desesperanza: el sueño de la libertad, o por la presencia de un estado de ánimo cargado de ilusiones, cuando se vislumbre una luz al final del túnel, que nos señale la construcción de nuevas, y favorables convivencias sociales. Donde el imaginar colectivo, presienta que la ideología dominante carcomida por el deterioro de la calidad de vida, perdió la ruta de la ilusión hacia la utopía, dirigiéndose hacia la distopía de lo catastrófico, siendo este último camino donde parece haberse encaminado de modo preferente la revolución bolivariana. Sin duda el deterioro de los paradigmas del socialismo del siglo XXI con esta hambruna es brutal, el cuestionamiento sin retorno de la involución hacia el progreso, la amenaza creciente de los vectores de insostenibilidad en la calidad de vida del pueblo venezolano que opta por huir, y la propia crisis económica, han facilitado este triunfo de las muy liberales ideologías de la economía social de mercado, ante el egoísmo "de los bachaqueros, comerciantes especuladores y ladrones" que en forma mafiosa han aplicado una ley de la selva hamponcilla, en las que el sálvese quien pueda se ha establecido como único, y cínico ‘socialismo’ posible.

Este socialismo que vemos hoy en Venezuela escoltado por el hambre es utopía pura. Por ser un estado de fantasía, en el más sentido ramplón de lo inalcanzable. Cuando entendemos por utopía la disposición humana de proyectar ideales con el fin de ejercer transformaciones sobre la realidad.

Este socialismo es la ideología que intenta ir más allá de lo dado, con el fin de destruir, la lógica y el orden de cosas predominante en las sociedades regidas racionalmente por las economías de mercado, como era Venezuela hace 20 años atrás.

En ese orden es que hay que leer a Karl Marx cuando escribió: "en la sociedades comunistas, es donde cada individuo no tiene acotado un círculo exclusivo de actividades, sino que puede desarrollar sus aptitudes en la rama que mejor le parezca, donde el individuo pueda dedicarse hoy a esto, y mañana a aquello, que pueda por la mañana cazar, por la tarde pescar, y por la noche parranda, y después dedicarse a criticar, sin necesidad de ser cazador, pescador, cantante o crítico".

Pues bien para muchos , dura será esta batalla, duró el combate, dura la tarea, y el empeño: la organización de los hambrientos, la organización de quienes para vivir huyen de la patria que los vio nacer, la organización de los humillados, y ofendidos en las colas, la organización de los que soportan, y padecen las mil, y unas calamidades al no conseguir sus medicamentos por la escasez y los elevados costos, por el derecho de tener un transporte público digno que la riqueza petrolera impone, la de quienes se tragan el rencor, y las injurias del burocratismo indolente, que reciben al final de la vida las migajas de unos salarios, de que aquellos que nos han robado lo mejor de la vida, y nos lisonjean con la muerte. Esa será nuestra utopía entonces: la lucha.

Moraleja: "En una de sus reuniones, Joseph Stalin solicitó que le trajeran una gallina. La agarró fuerte con una mano y con la otra empezó a desplumarla. La gallina desesperada por el dolor, intentó fugarse, pero no pudo. Así logró quitarle todas las plumas y les dijo a sus ayudantes: "Ahora observen lo que va a suceder". Puso a la gallina en el piso y se alejó de ella un poco y agarró en su mano un puño de trigo mientras sus colaboradores observaban asombrados cómo la gallina, asustada, adolorida y sangrando, corría detrás de Stalin mientras este le iba tirando puños de trigo y daba vueltas en la sala. La gallina lo perseguía por todos lados. Entonces, Stalin mira a sus ayudantes, quienes están totalmente sorprendidos y les dice: "Así de fácil se gobierna a los estúpidos. Vieron cómo me persiguió la gallina a pesar del dolor que le causé. Así son la mayoría de los pueblos, persiguen a sus gobernantes y políticos a pesar del dolor que les causen por el simple hecho de recibir un regalo barato o algo de comida para uno o dos días".

No sé si este relato es cierto o falso pero los políticos con lo que estamos viviendo hoy en Venezuela, más allá de querer la felicidad social de un pueblo, lo que buscan es satisfacer sus más bajas pasiones de dominio, superioridad, y la ambición desmedida de poder, cuando se aprovechan de la ignorancia, necesidad, y debilidad de la gente a la que dicen "defender", y proteger.

Criminal es él que se aprovecha de las debilidades, y necesidades extremas de un pueblo, este tipo de politiqueros perdieron, toda sensibilidad humana, vocación de servicio y amplitud de criterio. Este accionar de estos parásitos de la política, muestra el albañal putrefacto de la revolución, lo que ya no queremos los venezolanos que todos los días negros, que pasan de esta tragedia, queremos ser otra vez prósperos, pero que nos vemos lastimados, y pateados por las decisiones malas e imprecisas que siguen tomando quienes hoy detentan el poder.

¿Será que la nomenklatura rojita aún cree en esta leyenda de la gallina desplumada? Lo que no saben es que existen hoy muchos venezolanos que no los van a perseguir por las migajas de los claps, sino que pedirán cuentas. Es por eso que no deben olvidar que son servidores públicos, y que están para servir, y no para servirse según reza nuestro texto constitucional. Es una tristeza que en pleno siglo XXI, existan demasiadas gallinas desplumadas suplicando por mendrugos de pan, porque aún existen políticos inescrupulosos, que las hipnotizan con sus discursos de baja estofa.

Desde la caída de la URSS, el mundo quedó repleto de lecciones del pasado que ilustran todo lo malo de los totalitarismos, que debemos recoger para tomar las mejores decisiones para enderezar el rumbo de la patria.

Venezuela es un país rico en recursos naturales, desde épocas remotas hasta nuestros días. ¿Por qué no hemos aprovechado esas riquezas? ¿Por qué se repiten los mismos errores de corrupción y pobreza? Lo más lamentable es que ahora se ha sumado el problema de la inseguridad, lo que hace más difícil resolver lo que la historia nos demanda en materia política y económica. Creo que estamos a horas luz de tener políticos honestos y de resultados, pero si el pueblo venezolano quiere seguir la moraleja de la gallina desplumada, siempre habrá un "Stalin Tropical" que se haga perseguir, dándoles solo migajas, y una vida indigna y miserable.

Percasita11@yahoo.es



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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