¿Por qué no se cumplen tareas de trabajo, y sanearían el clima moral?

 

En la Republica se muestra una tranquilidad injustificada, no se les formula debida exigencia a los cuadros, no se ha desplegado una lucha eficaz contra la conclusión, el proteccionismo al incapaz, al malandraje y la especulación. Debemos analizar a fondo el estado de cosas en la organización del Gobierno y en todo el país, debemos estudiarlo con criterios rígidos y dedicarse al proceso reformador no de palabra, sino de hecho.

Pocos cambios positivos se operan en una organización, tan numerosas como es el Gobierno. Muchos problemas de vital importancia se resuelven allí de manera insatisfactoria. No se utiliza debidamente el considerable potencial del país; se desarrollan insuficiente la esfera social y el sector agrario de la economía. Cabe suponer que el Gobierno y todas sus organizaciones, deben sacar conclusiones de la crítica y corregir el estado de cosas. En esta situación deben actuar con espíritu innovador, ejerciendo una influencia más profunda en las organizaciones de toda la República, asegurando el control sobre el cumplimiento de las resoluciones de todo el país.

Es una equivocación grande, aunque sea por dos causas:

Primero, porque ya perdimos cuatro años; segundo, porque puede no haber "un futuro", si no se trabaja duro hoy, cambiando la mentalidad, sobreponiéndose a la inercia, practicando nuevos enfoques. Los razonamientos de que "la reforma puede esperar" son perjudiciales y peligrosos. Debemos así el problema: ya hoy, en la etapa inicial del proceso reformador, en cada sector de trabajo, cada cual en su ámbito laboral debe alcanzar visibles resultados prácticos.

¿Por qué hoy no se cumplen tareas impostergables y realmente sencillas, que podrían mejorar sustancialmente las condiciones de trabajo y vida, sanearían el clima moral? En algunos lugares, lejos de avanzar, se ceden posiciones ganadas anteriormente. Tomemos como ejemplo la lucha por la disciplina y el orden. Es un hecho que en muchos lugares el entusiasmo se ha apagado y el trabajo se desarrolla con lentitud. De nuevo se sienten a sus anchas los zánganos, los holgazanes, los bachacos y los rateros, gente que vive a costa de otros. El pueblo trabajador se muestra preocupado por este hecho.

Los extraordinarios "accidentes" que se repiten con periodicidad testimonian la falta de disciplina y del orden debido. Por lo general, las causas han sido las mismas: indisciplina, negligencia, mala gestión, irresponsabilidad. Esto señala la necesidad de estar siempre alerta, actuar con más energía, consolidar por todas partes la disciplina, la organización, la responsabilidad y la diligencia a todos niveles.

Ahora, lamentablemente, afrontamos una situación en la que mucho se habla de la renovación, pero poco se hace, de hecho, para satisfacer las demandas elementales del pueblo. En muchos casos los trabajadores han calado profundamente el parasitismo. Siguen indicando hacia el Gobierno y esperando ayuda de arriba, incluso allí donde para resolver el problema se necesita leve esfuerzo y mínima atención. Esta actitud no sirve, debe ser firmemente censurada y eliminada. ¡Aquí es donde se necesita el ojo del Gobierno, exigencia y control por parte del mismo! Esto es lo que nos falta. Entre los problemas prioritarios quisiéramos destacar en especial los problemas relacionados con el suministro de comida, mercancías de amplio consumo, medicinas, vivienda y servicios al pueblo.

¡Chávez Vive, la Lucha sigue!



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Manuel Taibo


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