Prefiero hablar como el pueblo antes que hablar como los gramáticos

Mi debido respeto a todos los gramáticos pero a mi modo de ver la práctica rompe la gramática; y, por cierto, un gramático de mi acendrado afecto no obstante pretendió insultarme llamándome burro cargado de leña, a lo que retruqué (nada en serio sino entre bromas) y retruco que ¡ven a mí que tengo flor!

Sí tú eres guapo para trabajar, no un holgazán, te comparan con un burro, lo cual es acertado, sin embargo el burro tiene una grandota facultad que yo no tengo, aunque con un toconcito cualquier hombre también desmaleza un rastrojo y, mire que he visto conuco con rastrojo, conuco nuevo -¡oh, cielos!- y conuco viejo pero, como dice y con alta razón el poeta Pacheco, que a conuco viejo siempre se le halla batata, ¡caspita, good!

A pesar de mi esfuerzo por mantenerme al margen de la diatriba política pública -que no de la aldeana y, por supuesto, cotidiana, de mi entorno más cercano- sucumbo a zambullirme en esta pelea pública porque íntimamente prefiero, si se puede decir así, un derramamiento de tinta antes que un derramamiento de sangre.

Pero, volviendo al hecho concreto he de decir que yo he visto a mucho burro cargado de letras y, no lo digo para ofender sino para retrucar, precisamente.

Estimo que la buena salud del idioma proviene más de las expresiones del pueblo llano que de la holgazanería del académico, salvo excepción; y la llamada grosería muchas veces aunque no siempre en sentido lato, se convierte en la forma expresiva de mayor alcance y sobremanera en momentos de crispación tal como el que hoy padecemos todos acá debido a la guerra bestial emprendida por el imperialismo chupasangre y a a la que se han plegado en primera fila genios de la MUD, parásitos felices de la IV República y formados (según el verbo ique) en prestigiosas universidades sostenedoras del ultramontano pensamiento dominante, por excelencia instrumentos del establecimiento -establishment- esclavizador.

Es el propio pueblo el que asimila o rechaza las definiciones; por ejemplo, la crema de la crema -y, os pongo de ejemplo a Maríalalok- asevera a los cuatro vientos y con inusitado frenesí, que Maduro es un Dictador; pero, ¿es Maduro un Dictador?

¡Saque usted mismo, dilecto lector, dilecta lectora, su propia cuenta!

¡Es y debe ser la mayoría y, además, cualificada -el pueblo-, la que decide y debe decidir la validez del concepto cualquiera sea, no el grupete de holgazanes ineptos, ignorantes ilustrados y que pretenden ponernos su pata en el pescuezo!

Vamos a hacernos respetar; ellos -la casta enemiga- proponen pero yo -acá quiero significar el nosotros- decido (decidimos) puesto que para abusar con eso de llamar Dictador a Maduro a mí, a nosotros que trabajamos como un burros para producir, no nos consultaron, ¿es que acaso somos mochos, es que acaso no sabemos lo que sucedió durante la IV República cuando la MUD gobernó durante 40 años bajo el seudónimo de "guanábana"?

Recuérdese eso con lo que Rómulo Betancourt y Rafael Caldera exhortaban a sus esbirros: "¡muchachos, disparen primero y averigüen después!"

Así que en lo personal prefiero hablar como el pueblo antes que como los encopetados gramáticos ya que éstos sólo son una nimia parte del pueblo, que se aísla en su burbuja y piensa que nosotros somos pendejos.

Sobreentendido que ahora ando de manganzón hasta el 20 de Mayo en espera de votar por el PSUV arriba donde dice votar por todos pero acaso ya al día siguiente, es decir, el 21 y luego de zamparme unos cuantos trancazos de cocuy, me voy a faenar para obtener la chambita, no como los sujetos de la Conferencia Celestial que comen sin trabajar.

No me perdono a mí mismo perder la oportunidad de votar por la soberanía y la independencia de Venezuela, de ahí que no he levado anclas.

(no lo digo a nadie pero la verdad es que unos cuantos seguidos días de ocio son algo sabroso, hasta ahí, no más; pero pienso cómo será eso de pasar la vida entera sin trabajar tal como los tipos de la Conferencia Celestial -¡zape gatus!- y pienso que así es pura sinvergüenzura pero como ellos ique no tienen mujer ni hijos -reitero, ique- entonces se las dan de vivos pero, sinvergüenzas es lo que son)



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Guillermo Guzmán


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