Henri Falcón se hace acompañar por los peores

"Chavista de clóset", de eso acusan al candidato presidencial Henri Falcón (HR), quien no entiende o no quiere entender que esa es su principal debilidad para poder ganarle la elección presidencial a Nicolás Maduro. El exgobernador de Lara lleva esa etiqueta pegada en su frente ante los ojos de millones de opositores y la fallecida MUD es la culpable de esa mala fama que HR no se ha podido quitar.

Entonces, en vez de buscar como Jefe de Campaña a alguna figura representativa de la oposición nacional, HR designa para ese puesto a Claudio Fermín un político del siglo pasado cuyo único triunfo electoral fue en 1989 como alcalde, es decir, hace casi 30 años. Lejos de contribuir a resolver su principal falla (credibilidad), HR se casa con Fermín un personaje marginado de la oposición, en niveles de soledad política que son peores a los que padece el propio HR desde que fue derrotado en Lara.

Cualquier dirigente regional de los 4 grandes partidos opositores (Acción Democrática, Primero Justicia, Voluntad Popular, Un Nuevo Tiempo) haría mejor papel al frente de esta campaña porque estaría en capacidad de arrastrar a parte de la militancia de esos partidos a favor de HR y eso marcaría una enorme diferencia que elevaría sus posibilidades electorales.

Sin embargo, HR profundiza su equivocación designando como miembro directivo de su campaña al "Tigrito" un señor que no ha logrado nada en política salvo a darse a conocer mediáticamente como el hijo del democristiano Eduardo Fernández a quien mentaban El Tigre cuando perdió las elecciones presidenciales por paliza ante CAP en 1988. Falta saber si esta tendencia retrógrada de HR, sacando figuras derrotadas del pasado, es intencional o por accidente; pero el resultado es el mismo: espanta votos.

Queda claro que sin alianza con las estructuras de los 4 partidos principales de la derecha, HR no tiene posibilidad de ganar ni ser competitivo frente a Nicolás Maduro y la maquinaria partidista y propagandística más poderosa que Venezuela haya conocido en toda su historia: el PSUV y ahora el Movimiento Somos Venezuela.

HR no es Rafael Caldera en 1993, o sea, un líder histórico capaz de atraer por sí mismo a los miles de simpatizantes de grandes partidos y comprometerlos con su candidatura. Tampoco logra atraer a los islotes que integran ese archipiélago llamado Frente Amplio opositor porque la mala fama de "colaboracionista del gobierno" y otros insultos le han puesto un muro de rechazo ante importantes masas opositoras.

Otra opción es que HR hipoteque su hipotética victoria presidencial a beneficio de la aristocracia opositora para que lo ayuden desde ya, esto implica comprometerse a un gobierno que dure tres años, con un gabinete ministerial integrado por fichas de los 4 grandes partidos opositores, un programa de gobierno diseñado mancomunadamente con esos 4 factores, y la promesa de llamar a elecciones generales, incluyendo la de presidente, en su tercer año de mandato. Sólo así HR y los 4 fantásticos (AD, PJ,VP, UNT) pudieran llegar a un pacto electoral este mes.

Pero si fracasaren todos los esfuerzos de HR por concretar alianzas con las cúpulas opositoras, entonces sería aconsejable para él mirar al norte, con ánimo negociador, en función de buscar apoyos, no para comprometer riquezas venezolanas sino para proponer una tregua (porque entre derechistas se entienden) y con ello recibir oxígeno para desarrollar una campaña sin tanto chantaje destinado a que retire su candidatura, dicho de otro modo, sólo la aprobación del Tío Sam podría sacar a la élite opositora venezolana de su impertinente plan abstencionista. Falta saber si HR está a la altura de implementar estas maniobras políticas de grandes ligas que nada tienen que ver con el nivel doméstico de un dirigente político regional dedicado a los asuntos operativos locales.

En mi condición de socialista que apoyo la reelección de Nicolás Maduro, me gusta el libre juego democrático, y espero que HR haga correctivos en su campaña presidencial porque me interesa que haya una elección políticamente competitiva que sea reconocida por la comunidad internacional. Para ello, no basta cumplir con normas legales y técnicas, sino generar confianza en el mundo que este año pone sus ojos sobre nuestro país.



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Jesús Silva R.

Doctor en Derecho Constitucional. Abogado penalista. Escritor marxista. Profesor de estudios políticos e internacionales en UCV. http://jesusmanuelsilva.blogspot.com

 jesussilva2001@gmail.com      @Jesus_Silva_R

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