Socialismo versus reformismo, versus la democracia burguesa, versus capitalismo

Homenaje al padre y a la madre de la patria.

La ley de la revolución es luchar hasta vencer al enemigo y éste lleva una vida intensa en la conciencia pequeñoburguesa; el enemigo nos domina más por la ignorancia que por la fuerza de las armas, nos obliga maquinales a defender las razones de nuestros verdugos, creer en sus antivalores, en que nada vale si no se puede vender, comprar o atesorar en una cuenta de banco; nos domina porque ha impuesto su ideología, su lógica. La ley de la revolución nos obliga a luchar en todos los terrenos en contra de esa lógica, encarnada en cada uno de nosotros y que apesta a toda la sociedad. …el personalismo, el egoísmo, la mezquindad

El enemigo desmerita este pensamiento haciéndolo ver como algo baladí, poco "serio", discusión para "ociosos diletantes", "intelectuales" dicho con sorna, pendejos que solo saben escribir "paja" detrás de un escritorio, mientras ellos "trabajan y trabajan". Pero, ellos saben que su "tareismo" insulso es lo único que tienen, porque los ideales, la estrategia fundamental que una vez nos iluminó, cuando estuvo vivo Chávez, ya la desvanecieron; conscientes de que sus metas no poseen el "aliento revolucionario", con ellas solo podrán sostenerse en el poder por razones personales, ambiciones personales: quién no "arrolle en esta conga distractora" quedará fuera de sus favores.

"Trabajo y más trabajo", sin moral, sin razones políticas claras y firmes, de muchos quilates, sus acciones solo produce oportunistas, en una sociedad que tiene como única razón de ser la de acumular riquezas de manera individual y egoísta. La "competencia" no es en un mercado capitalista ideal, porque éste no existe. Lo que hay, y ellos lo saben, son grandes concentraciones de capital y monopolios. Es en este mercado capitalista presente donde compiten naciones enteras y los individuos (no los "emprendedores", no los pequeños empresarios) los seres humanos, unos contra otros, comprados en oro o en billetes; el dinero (dólares, oro) hace mucho que dejó de ser un medio para la vida pero es para muchos la razón de ella, en especial de las mayorías que han "superado" el horizonte de la sobrevivencia, del hambre endémica, la cual no permite a ese resto de la humanidad ni siquiera pensar.

Hablamos a la gente pensante, no le hablamos al gobierno. No porque él no piense, sino porque representa los intereses del capitalismo y se resiste a ser descubierto ante el país y el mundo, como el gobierno de los facilitadores capitalistas, como los políticos oportunistas que son, los pícaros que son. Nuestra intención es que la gente más honesta, es decir, capaz de vivir cerca de la verdad, de su verdad, escrute en nuestra percepción y preocupación por la crisis que estamos viviendo, sin descalificar la discusión, horrorizarse por la crítica, el debate de ideas, sin prejuicios.

Nosotros decimos que el nivel político ha descendido por un abismo, que todas las confrontaciones más vistosas se han rebajado a la calidad del chisme y a la reyerta electoral vana, abandonando definitivamente la lucha revolucionaria de las ideas, la afirmación y vigilancia de los principios socialistas. Los reformistas, felices de "trabajar duro" en el terreno de la democracia burguesa, se solazan en sus técnicas y trampas para ganar "elecciones tras elecciones". Sin vergüenza, el recuerdo de Hugo Chávez les sirve de "cuadro de fondo" para sus trampas, falsificaciones y fechorías. Juzgan desde sus propios antivalores a sus rivales y al mundo, manipulan los símbolos de Chávez y de Bolívar manipulando sus sagrados argumentos en favor de sus engaños.

El presidente tiene el descaro de decir, con Alí Primera ("el "profeta del pueblo"), que los gobiernos llevaban ofrendas cada año al Panteón Nacional para asegurarse de que realmente el Padre de la Patria estaba muerto, y lo dice justo cuando ellos están testificando lo mismo. Ya no se detienen a justificar sus faltas, pues saben de lo disociado que puede vivir un individuo sometido al chantaje. La gente teme ser abandonada definitivamente de todos los favores del gobierno, inclusive de su protección que como Estado él le debe a todos los habitantes de este país; el miedo disocia a la gente y el gobierno lo sabe, por eso es cada vez más descarado con sus contradicciones.

La ignorancia y el miedo nos tienen emboscados, pero siempre hay salida en la fuerza moral, siempre habrá tiempo para comenzar. Resistir pero pelear sin miedo. El conformismo es nuestro peor defecto de carácter, hay que ocuparnos de eso. No ante el gobierno, sino ante el capitalismo. No hay que resignarnos a vivir la miseria de la sociedad de los privilegios y de la esclavitud. Hay que resistir desde dentro y encontrar nuestros iguales, despertar de nuevo y aprender de nuevo a precisar en esta confusión a nuestros adversarios. A los adormilados les decimos que es una estupidez disculpar a los banqueros y a los comerciantes por la ineptitud del gobierno reformista, ellos son el enemigo que se esconde detrás, figuran al capitalismo.

No existe salida individual para mejorar nuestras condiciones de vida, que son las mismas condiciones sociales y económicas de nuestros iguales y la de los atontados por prejuicios burgueses; solo el socialismo detendrá la caída de la sociedad humana y de la vida natural de la cual dependemos los humanos. Creo que esto lo debemos entender bien. Si no, la tentación de justificar las salidas individuales sobre el fracaso del resto de la humanidad terminará desmembrando el cuerpo social, cada pedazo por sí solo no vale nada, continuaremos siendo presa de la esclavitud capitalista por siempre, y eso no lo queremos, queremos luchar.

Este estado de euforia gregaria, de odio manipulado hacia la venganza; esta disconformidad con todo lo que vivimos a diario lo debemos trocar y canalizar hacia la lucha social, volver a la calle a reclamar justicia, por Chávez, por su traición, volver a tomar el camino que nos trazó desde lo mejor de su alma, identificar a su falseador y aborrecerlo: el espíritu acobardado del conformismo y la resignación.



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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