Usan la comida para arrodillar a los pobres

La preservación de la especie humana depende de una alta producción de alimentos y son pocos los Estados que figuran realmente como potencias alimentarias. Se trata de países industrializados que brindan apoyo financiero a sus productores nacionales y estos últimos cumplen con las metas de abastecimiento a la población e incluso trascienden a la exportación.

Pero en otros países que aún están en vías de desarrollo, la ayuda crediticia otorgada por gobiernos solidarios en muchos casos ha sido desviada por empresarios mafiosos y vendepatria que causan así desabastecimiento, pues en vez de producir nacionalmente, prefieren importar para especular con divisas y obtener dinero fácil.

Es en este contexto, que se hace imprescindible desarticular mafias y fomentar alianzas con nuevos empresarios honestos. En Venezuela, esta lucha contra la corrupción se viene desplegando exitosamente y apunta a objetivos estratégicos previstos en el artículo 305 de nuestra Constitución.

En primer lugar, la seguridad alimentaria, esto es garantizar disponibilidad de alimentos, sean nacionales o importados, para toda la población en condiciones de calidad, cantidad y precios acordados. En segundo lugar, avanzar hacia la soberanía alimentaria, que significa algo más grande, producir nacionalmente la mayoría de los alimentos requeridos por el pueblo y abastecerlo satisfactoriamente.

Sin duda, en materia alimentaria, soberanía es más que seguridad, y todo país debe llegar a producir nacionalmente lo que su gente come para así protegerse de ataques internos y externos. Obviamente, el imperialismo y sus empresas transnacionales se oponen a ello para mantener un asedio económico y político contra los países libres.

Considerando que golpes de Estado y guerras civiles han sido provocados alrededor del mundo mediante escasez alimentaria inducida, la propuesta del chavismo de a pie es hoy: que el Estados inviertá más en su industria nacional alimentaria pues la comida, además de comprometer derechos humanos, es usada por poderes capitalistas como un arma para arrodillar a los pobres.

 



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Jesús Silva R.

Doctor en Derecho Constitucional. Abogado penalista. Escritor marxista. Profesor de estudios políticos e internacionales en UCV. http://jesusmanuelsilva.blogspot.com

 jesussilva2001@gmail.com      @Jesus_Silva_R

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