Nuestro fascismo ordinario

¿Has visto a alguien inteligente en una guarimba? Si llego a presenciar ese portento me da un soponcio. El fascismo te tiene eso: que prodiga de sobra el placer de la imbecilidad. «¡Muera la inteligencia, viva la muerte!», gritó una vez un líder franquista en la Universidad de Salamanca, delante de su rector Miguel de Unamuno, o sea, que era un fascista de lo peorcito, que solo se recuerda por haber proferido esa frase, el lema más emblemático del fascismo. Se llamaba José Millán-Astray, ¿verdad que no te dice más nada ese nombre?

En 1965 el soviético Mijaíl Romm hizo un mordaz documental llamado El fascismo ordinario. Sostenía que el de Mussolini, Hitler y Franco es un fascismo ordinario, porque hay otro más pérfido, posterior, que es neoliberal y devasta países.

El de Venezuela es uno de los más ordinarios, es decir, sus imbéciles encandilan, mira sus escraches y linchamientos, más imbéciles y se mueren. Imbecilidad + histeria = fascismo. Uno de los efectos de esa histeria es que nos está abriendo caminos inesperados. Antes uno se arredraba ante la proposición, ponle, de sustituir el municipio por otra institución más eficiente y menos propensa a la corrupción. Una vez se comieron al exalcalde Aristóbulo Istúriz por plantear eso. Ahora, gracias a la oposición pirómana, tenemos una libertad constituyente infinita. ¿Qué represalia nos van a infligir que ya no nos hayan perpetrado? ¿Quemarnos?

El despotismo guarimbero quema gente viva, es decir, obedece órdenes atroces como perrito en su alfombrita. Pero cuando una guarimba se topa con sus dirigentes no respeta, más bien chotea, pita, grita insultos que es mejor no imprimir. Aunque cualquier día pueden rociarles gasolina y…, ojalá que no, pero son los riesgos de la imprudencia en aprendices de brujería, que se ponen a hacer hechizos sin conocer las hierbas. No sé cómo van algún día a parar su guarimba, que se les fue de las manos como el paro aquel.

Y si sus líderes no mandan ¿quiénes sí? Normalmente el liderazgo se gana demostrando que se es más más más que la masa seguidora. Si la guarimba rasa quema gente viva ¿qué hace entonces su oculta dirigencia que sea más más más? Ya va, voy a consultar cualquier novela del divino Marqués de Sade y regreso.



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Roberto Hernández Montoya

Licenciado en Letras y presunto humorista. Actual presidente del CELARG y moderador del programa "Los Robertos" denominado "Comos Ustedes Pueden Ver" por sus moderadores, el cual se transmite por RNV y VTV.

 roberto.hernandez.montoya@gmail.com      @rhm1947

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