El criticón 9:

La descoordinación política y económica es causante de la situación económica venezolana actual

A continuación se presenta transcripción de la entrevista realizada el día 03 de mayo de 2017, por la periodista Mari Pili Hernández al economista y especialista petrolero Andrés Giuseppe, en el programa Sin Duda, que transmite Unión Radio, donde da su punto de vista sobre lo que denomina el proceso de descoordinación política y económica entre los actores venezolanos de los últimos 17 años, que explica los niveles de inflación, las continuas devaluaciones, la desinversión, la recesión y la pobreza generalizada que vive la Venezuela actual.

MH: - Vamos a comenzar con la información económica, porque ustedes saben que ayer el Presidente de la República decretó un nuevo aumento salarial y también un aumento en el bono de alimentación. Tenemos en la línea telefónica a Andrés Giussepe (AG), quien es economista y queremos conversar con él sobre este tema. - ¡Andrés buenas tardes!

AG: - Buenas tardes Mari Pili, gracias por la invitación a tú programa.

MH: - Bueno queríamos conversar contigo, porque queremos tu apreciación, tú análisis de este nuevo aumento de salario que decretó el Presidente de la República, porque es un aumento importante, es del 50% del salario y en el ticket de alimentación, pero a la vez, desde el anuncio hemos escuchado gran cantidad de crítica por parte de sectores opositores que plantean que ese aumento de salario para lo único que va a contribuir es para aumentar la inflación. Quisiéramos tú análisis.

AG: - Esa es una acción que va en función de ayudar al sector laboral. Todo el mundo sabe que el tema de la especulación, de la escasez y los elementos que están explicando el nivel de inflación desbordada que vive el país, prácticamente, ha obligado al gobierno nacional a aplicar continuos incrementos del salario mínimo y del cesta tickets para tratar de garantizarles, por lo menos, a la sociedad trabajadora recuperar un poco el poder adquisitivo que se va perdiendo por los efectos de esa inflación, que insisto, está desbordada. Es un problema que hemos vivido como economía producto de la descoordinación social que ha existido entre el gobierno y los empresarios privados o agremiados, que hemos visto como no se han puesto de acuerdo para solucionar los grandes problemas que inciden en las variables económicas como escasez, la inflación, el tipo de cambio también desbordado, y que todo se va reflejando en el sistema productivo nacional, dejando una sociedad con una economía en recesión permanente e inflacionaria; que no termina de reactivarse como quisiéramos muchos.

MH: - ¡Ajá!, pero la economía no se reactiva por obra y gracia del espíritu santo. Hay una serie de factores y leyes dentro de la economía que funcionan, y que marcan o no, la posibilidad que exista inflación o no. Desde las críticas que se hacen desde los sectores opositores, muchos de ellos expresan que el hecho de aumentar el salario mínimo y el bono de alimentación más bien va a contribuir a que siga aumentando la inflación. ¿Cuál es tú análisis con respecto a eso?

AG: - Hay que hablar las cosas como son. Hay un problema de descoordinación en la economía. Los actores económicos importantes de nuestra sociedad no se han puesto de acuerdo, diría yo, desde hace más de diecisiete años, para definir y solucionar los grandes males de la población. En este caso, uno de los grandes males es la insatisfacción de la demanda de los bienes de primera necesidad, que debemos producirlos en el país; y más bien, lo que hemos visto, es que se han profundizado los problemas estructurales que tiene que ver con empresas que no son competitivas, que no satisfacen la demanda interna y, prácticamente, todas dependen de los ingresos petroleros que maneja el estado venezolano. Esto incide, de una u otra forma, en el suministro de las tecnologías y de la materia prima para producir algunos rubros aquí en Venezuela, y que, de manera evidente ha generado el problema de escasez. Es un problema de coordinación. Y, mientras haya ese antagonismo, el enfrentamiento entre los empresarios que decidieron meterse en política, sobre todo desde el año 2002, cuando Fedecámaras lideró el golpe de Estado contra el gobierno de Hugo Chávez Frías, y después, en diciembre de ese año convocó el sabotaje petrolero, la situación actual continuará. Desde esa oportunidad no han descansado. Los sectores oligopólicos que controlan importantes porciones del mercado interno en cuanto a producción de bienes y servicios de primera necesidad están enfrentados con el gobierno. Si no se coordina y se supera eso, el país va a seguir sufriendo los embates económicos que padecemos y el gobierno se va a seguir viendo en la necesidad de aumentar el salario mínimo y los empresarios seguirán padeciendo y afectando sus costos de producción, sus costos medios de producción.

Se sabe que Venezuela es un país altamente dependiente de las importaciones de materia prima, además que hay dos variables que inciden de manera directa en los costos de producción: el aumento salarial y la devaluación de la moneda. En el caso de la devaluación, hemos visto como está referenciada por lo que se llama "Dolar Today", donde cualquier decisión que se tome en materia de política cambiaria, prácticamente, el gobierno no tiene control de lo que ocurre. El mismo Banco Central de Venezuela lo ha reconocido en sus últimos informes, que el 70% de la inflación la explica Dólar Today. Esa es una realidad, y el Gobierno dolorosamente no ha podido atacar, no ha sabido resolver ese problema. Creo que el Sistema de Divisas de Tipo de Cambio Complementario Flotante de Mercado (DICOM) no es la mejor solución, porque hemos visto como en un mes de aplicación la devaluación de la moneda oficial ha estado cerca del 300%, y eso tiene un alto impacto en la producción de los bienes y servicios, de cualquier cosa que se haga en Venezuela, en el comercio, en la producción nacional. Este es otro de los elementos que hacen que la inflación se dispare, ocasionando la continua pérdida del poder adquisitivo de los venezolanos, sobre todo el de los trabajadores. Es por ello, que el presidente Nicolás Maduro se ha visto en la obligación de incrementar el salario mínimo.

Lo anterior, es un espiral inflacionario, y no se va lograr resolver este problema estructural de nuestra economía si no se ponen de acuerdo los empresarios con el Gobierno. Que los empresarios dejen de estar en "política" y se dediquen a cumplir con su función social: producir, ganar dinero, generar empleo y reactivar el aparato productivo.

MH: - Usted habla que la única forma de resolver este problema inflacionario es que se produzca un acuerdo entre los sectores empresariales y el gobierno nacional, sin embargo, como bien usted lo señaló, desde el año 2002 para acá, es decir, después del golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez, unos quince años para acá, ese acuerdo difícilmente se ha producido. Sin embargo, durante el gobierno de Chávez se logró controlar la inflación. Recordemos, que cuando él recibe el gobierno tenía una inflación altísima, y poco a poco, fue reduciéndose los niveles de inflación, no llegaron a niveles mínimos pero si fueron bastante menores a los que se han tenido en Venezuela hasta ese momento. Y es ahora, con la llegada del presidente Nicolás Maduro, y especialmente en los últimos dos años, que se produce estos niveles hiperinflacionarios que jamás se había vivido en Venezuela. Siempre había existido un proceso inflacionario pero nunca a este nivel. O sea, que no necesariamente pasa por un acuerdo entre el sector empresarial y el sector público, porque durante el gobierno del presidente Chávez si se pudo controlar la inflación. Entonces, ¿qué fue lo que cambió ahora?

AG: - La política cambiaria del gobierno de Chávez con un precio del barril de petróleo promediando en los últimos cuatro años de mandato cerca de los cien dólares por barril, con una nación que tenía recursos suficientes para inyectarle a esa economía parasitaria, dependiente de los dólares petroleros, fue una de las variables claves durante su gobierno. Pudo calmar la demanda interna de divisas de los mismos importadores de siempre. Incluso, la sociedad no empresarial disponía de un cupo de divisas para poder viajar.

En ese contexto, es a partir de abril del año 2014, cuando comienza a caer los precios del petróleo con mucha fuerza. El Estado se quedó sin el mecanismo para financiar el resto de los sectores que son altamente dependiente de dólares. Hay que recordar que el 96 por ciento de las divisas las genera las genera el Estado petrolero por medio de PDVSA; otro 2 por ciento las genera las empresas básicas y la minería, que también la controla el Estado. Y, apenas 2 por ciento de las divisas que ingresan al país las generan los productores privados que logran exportar algunas cosas, sin embargo, esto no satisface el 70 por ciento de los bienes que consume la economía que son importados, y que domina el sector privado nacional. Esa situación es la que ha provocado el desencuentro entre los oligopolios y el Estado durante la gestión de Nicolás Maduro, más allá que Fedecámaras siempre haya estado conspirando como lo hizo durante el gobierno de Hugo Chávez y lo sigue haciendo en el de Nicolás Maduro. Sin embargo, la variable en donde vemos la tranca actual es en la asignación de divisas. Se ha desatado una competencia entre los aliados del Gobierno y los empresarios no aliados para ver quien importa más. Un hecho concreto es que la producción nacional se ha venido a pique y que cada vez importamos más. Esa situación ha generado las distorsiones que actualmente sufre nuestra economía.

Una de esas distorsiones tiene que ver con la política cambiaria y su relación con el mercado paralelo. Hugo Chávez Frías tenía controlado el diferencial entre el tipo de cambio oficial -que era igual que ahora: fijo- y el del mercado paralelo -Dólar Today-. Esa diferencia no pasó de 5 bolívares por cada dólar –hasta el 8 de diciembre de 2012, fecha en que el presidente Chávez dejó como encargado de la presidencia a su Vicepresidente Nicolás Maduro-. No obstante, al momento de la implementación de las operaciones del nuevo sistema de subasta de divisas, Dicom, el 23 de mayo de 2017, - que se caracteriza por la aplicación del método de las bandas por medio de subastas-, el precio oficial de la divisa norteamericana se ubicaba en 720 bolívares, mientras el dólar paralelo rondaba los 5.900 bolívares, es decir, 5.180 bolívares u ocho veces más que el dólar oficial. –No obstante, la primera subasta que se adjudicó el 30 de mayo cerró con un dólar oficial a 2.010 bolívares, lo que representó una devaluación del 179 por ciento.1 Un mes después, en la quinta subasta el dólar se adjudicó a 2.640 bolívares, una devaluación del 31 por ciento más, mientras que el paralelo está cerca de 8 mil bolívares-.

Son perversiones y distorsiones de la economía, producto de que no hay una política que realmente integre a los venezolanos para solucionar los problemas comunes de nuestra nación: de improductividad, de atraso tecnológico y de competitividad de los sectores productivos, que son problemas estructurales propios de esta economía. Porque no es un problema de mejorar las variables, no es si la inflación con Chávez era del 25 por ciento y ahora es de 600 por ciento. No es mejorar las variables, es mejorar o redimensionar la estructura económica, para la cual requiere un compromiso nacional, donde los empresarios participen con su tecnología, con sus recursos, su mano de obra calificada y su capacidad instalada de producción. Que se pongan de acuerdo con el Gobierno y juntos participen en algunos sectores industriales estratégicos y específicos, donde todos ganen: los trabajadores, el empresario y el Estado. Ese escenario no está planteado en la actualidad.

Ningún país soluciona sus problemas económicos divididos. En nuestro caso, cuando el gobierno nacional implementa alguna política económica inmediatamente salen los propios empresarios a criticarlos en vez de coordinar y montarse a ejecutarlo. Por el contrario, más bien se ponen a sabotear, conspirar, generar un clima de zozobra y de inestabilidad. Si seguimos con el antagonismo político y con ese problema de descoordinación social, como nación no vamos a poder solucionar los grandes males en el corto y largo plazo. En ese sentido, los empresarios tienen que dedicarse a producir y dejar de estar en "política", los gremios empresariales tradicionales como Fedecámaras, Consecomercio, Venanchamp, Fedenaga, Fedeagro, y el resto de los gremios productores privados, tiene que bajarles un poco a la tregua política y dedicarse hacer lo que saben hacer: producir algunas cosas, pero no pueden seguir dependiendo del Estado para que les den todos los dólares y seguir importando de todo y estimular la fuga de capitales.

En los últimos cuatro años la fuga de capitales se ha multiplicado considerablemente en comparación con los tiempos de Hugo Chávez. Como hemos visto, es una conspiración económica que se ha magnificado y la guerra económica que habla el presidente Nicolás Maduro realmente ha arreciado.

También, un elemento externo que hay que considerarlo para el análisis es que los enemigos de Chávez, entre ellos la Exxon Mobil, están mandando en la Casa Blanca. El Secretario de Estado del gobierno de Donald Trump es Rex Tillerson, que fue el presidente de la Exxon Móbil entre 2006 y 2016, una de las grandes empresas perdedoras de la nacionalización de la Faja Petrolífera del Orinoco ocurrido el 1 de mayo de 2007. Ellos están financiando la conspiración de la derecha nacional, las llamadas guarimbas y movilizaciones violentas.

MH: - Pero claro, visto como usted lo ve, pareciera que entonces todo depende del sector privado y que el Gobierno no tiene que hacer nada. Si toda la fuerza se la pone usted al sector privado, y si ellos no quieren, entonces el Gobierno se encuentra a merced de lo que ellos decidan.

AG: -¡Claro, así es!

MH: -¿Cómo va ser así? Si el Gobierno es gobierno. ¡El gobierno es para que mande!

AG: - ¡No es así! El Gobierno lo que hace es definir políticas económicas, por ejemplo, define la política monetaria o la cambiaria.

MH: - ¿Le parece poco?

AG: - ¡Sí! El Gobierno define la política, pero si los actores de la sociedad no acompañan la política, y más bien lo que hacen es criticarla, no será efectiva para alcanzar los beneficios económicos y sociales trazados. Yo estoy de acuerdo que los actores opositores del sistema político critiquen todo lo que hace el Gobierno, ese es su papel. Pero lo que no se puede aceptar es que los empresarios, actores importantes para sacar un país adelante, jueguen el papel de opositores políticos. Eso hay que rescatarlo: que los empresarios se dediquen a producir. Porque si no, que dejen de ser productores, se inscriban en un partido político y asuman el liderazgo, participen en elecciones y logren llegar al poder por la vía del voto popular.

MH: - Pero mi pregunta Andrés, vamos a suponer que lo que usted está describiendo fuera así, ¿frente a ese escenario el Gobierno como gobierno no puede hacer nada? ¿O sea que, que el que está en el gobierno no es para mandar? ¿Para ejecutar políticas?

AG: - El Gobierno está amarrado totalmente…

MH: - ¿Ah, sí?

AG: - Claro que está amarrado, porque los actores fundamentales de la sociedad están en desencuentro. Escucha Mari Pili, para reactivar una empresa el Gobierno debe tener control de que se cumpla con la legalidad en la constitución de esa empresa. Al mismo tiempo, si el Gobierno quiere ayudar a que esa empresa se reactive tiene que coordinar con el empresario para preguntarle y conocer qué le hace falta. Decirle: vamos a establecer un acuerdo nacional para que tú produzca. Vengase para acá para protegerlo. Allí cabe una política estatal de proteccionismo, que lo ayude y le garantice su porción de mercado.

La gran oportunidad que en este momento tienen todos los empresarios venezolanos es que el mercado interno está insatisfecho de todo tipo de bienes y servicios. Hay escasez de todo tipo de mercancías. Entonces, cuál es el mejor escenario para salir de la crisis: ese mismo mercado que está insatisfecho. ¿Por qué no se fija un acuerdo nacional? El Gobierno lo ha propuesto varias veces. Vamos a satisfacer las necesidades nacionales de rubros de primera necesidad. Por ejemplo, el del pabellón criollo. Por qué no nos ponemos de acuerdo para producir las toneladas de arroz, carne y caraotas que hacen falta para garantizar lo que yo llamo siempre "la procura existencial", que es lo mínimo para que la sociedad no se muera de hambre.

MH: - ¿Y eso no lo debería garantizar el Estado?

AG: - ¡Claro! El Estado lo garantiza pero en coordinación con el resto de los actores, que deben acompañarlo, sentarse a definir líneas estratégicas. Tienen que estar de acuerdo con la política gubernamental. Porque el Estado es un actor más. Son tres actores fundamentales en la economía: los consumidores, los productores y el Gobierno que controla algunas cosas.

Si es necesario que el Estado devuelva algunas empresas que se expropiaron y son improductivas tiene que hacerlo. Son parte de los acuerdos que hay que rescatar en ese encuentro, ese dialogo productivo. Es cierto que el presidente Nicolás Maduro ha hecho un gran esfuerzo de llamar al diálogo varias veces, hay que reconocer que ha insistido en el llamado a los empresarios para que se incorporen en función de la productividad nacional. Pero el tema es que la conspiración que viene desde afuera, desde el gobierno de los Estados Unidos, con el Dolar Today que lo controla el Pentágono, por tanto la autonomía que tiene el BCV sobre el mercado cambiario, incluso sobre la política monetaria es casi nula, eso se perdió. El BCV no es autónomo, porque el tipo de cambio depende de lo que indique Dolar Today. Eso es una perversión económica. Eso hay que superarlo.

En ese sentido, hay que buscar la estrategia para que los venezolanos nos pongamos de acuerdo en estabilizar el tipo de cambio, para aumentar la producción de rubros estratégicos, sobre todo los de primera necesidad, para que la gente nuestra no se muera de hambre. Eso es lo que yo llamo garantizar la "procura existencial": la cantidad de alimentos y bebidas suficientes, para que la gente los tenga en los anaqueles y por lo menos no se mueran de hambre. Puede ser que no haya teléfonos, que no haya zapatos de marca, que no haya tecnología de punta, pero que haya comida por todos lados, que eso es lo que está demandando la sociedad venezolana en estos momentos.

MH: Bueno, le agradezco mucho AG la gentileza de haber estado con nosotros, muy amable.

AG: Muchas gracias.

Fuente: Giussepe, Andrés (2017: Julio, 03). "Economista considera que aumentos salariales garantizan recuperación de trabajadores". Entrevista programa Sin Duda con la periodista MH. Unión Radio. Disponible en línea por http://unionradio.net/economista-considera-aumentos-salariales-garantizan-recuperacion-trabajadores/

Correo: agiussepe@gmail.com

1 http://www.panorama.com.ve/politicayeconomia/Primera-subasta-del-Dicom-se-resolvio-a-2.010-bolivares-por-dolar-20170531-0023.html

 

 



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Andrés Giussepe

Doctor en Gerencia, Especialista en Política y Comercio Petrolero Internacional y Economista de la Universidad Central de Venezuela. Secretario Nacional del Movimiento Profesionales de Venezuela.

 agiussepe@gmail.com

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