Organización y Clap (VIII)

La organización popular ha sido en estos últimos 17 años, una política de Estado y del Gobierno. Las iniciativas para impulsarlas, promoverlas e incentivarlas son diversas: consejos comunales, comunas, frentes de mujeres, frentes campesinos, club de los abuelos, movimientos estudiantiles, cooperativas, empresas de producción social, mesa de alimentación, entre otros. Y el andamiajes político, jurídico e institucional es notorio: Ministerio de la Mujer, Ministerios de Juventud, Ministerio de la Comuna, UnaMujer, Ley Orgánica del Poder Popular; Ley Orgánica de Planificación Publica y Popular, Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal, Ley Orgánica Consejos Comunales, etc.

Todas ellas, realizan gestión pública y política intra-organización. En muchas oportunidades en hará de cumplir las tareas o de gestionar proyectos comunales se atropellan y/o superponen tareas, generándose diatribas inter-organización que entorpece la gestión local, neutralizando los objetivos estratégicos trazados en los órganos de dirección de la revolución.

Los desencuentros de la dirigencia repercuten en el estado de ánimo y percepción de la población del territorio comunal. Desencuentros que son determinante en la merma del voto de los tres últimos eventos electorales. La motivación y ejecución del sufragio, está condicionado en un alto porcentaje en la armonía de la dirigencia política y social, local. Allí la necesidad de armonizar, direccionar y sumar los esfuerzos que realiza el poder comunal, afecto al proyecto socialista.

El Estado, el Gobierno y GPP, realizan desde hace tiempo, importantes esfuerzos, en busca de lograr armoniza y articular las fuerzas vivas del territorio comunal. Han propiciado salas de planificación, salas de batalla y, bases de misiones, con el objetivo de unificar criterios y esfuerzos, para abordar las necesidades sociales de los territorios comunales, bajos criterios humanistas. Sin embargo, no se ha logrado imprimírsele a la gestión comunal, una sólida dosis de orientación socialista, así como tampoco, que la dirigencia comunal levante la mirada, más allá, del espacio comunal donde hace vida.

El Estado Mayor Territorial Clap, está llamado a terminar la tarea organizativa iniciada hacen años. En él, confluyen todas las organizaciones sociales y políticas del territorio Clap, para planificar y ejecutar el desarrollo del espacio comunal. Allí el cuarteto juega un papel estelar, debe silentemente dar direccionalidad socialistas a las decisiones, promover la armonía, la concientización, la articulación, la participación, y la consolidación del poder comunal, para estabilizar el proyecto bolivariano. Sobre todo, porque es la organización popular socialista, la única que puede evitar que la investida trasnacional en desarrolló en nuestra América, logre el objetivo en Venezuela. Manuel Zelaya de Honduras, Fernando Lugo de Paraguay, no pudieron escapárseles, y Dilma Rousseff de Brasil, probablemente tampoco lo logre. Queda en el pueblo Chavista y Bolivariano, marca la diferencia.



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Jiuvant Huérfano


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