Iris Valera, cancelar la deuda social no es la revolución. Pero te queremos…

Los programas sociales no valen la revolución. La revolución es otra cosa, más grande, más esforzada, más vital.

Los programas sociales de la revolución forman parte de lo que se conoce a través de Chávez como "pago de la deuda Social", deuda acumulada en muchos años de abandono y desidia capitalista, y socialdemócrata burguesa y adeco copeyana.

Haciendo memoria, los programas sociales a finales de la dictadura de Pérez Jiménez y en los primeros años de Rómulo Betancourt, no distan mucho de las misiones creadas por Chávez. Programas desarrollados, por ejemplo, en el IPAS-me o en el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social (MSAS), en el Banco Obrero (BO), o en el Consejo Venezolano del Niño (CVN).

El médico del familiar. El médico familiar asistía a los pobres en sus casas sin costo alguno, pagados por el Estado, fue equivalente a la Misión Barrio Adentro. Fue un programa desarrollado por el IPAS-me MSASA (del cual, de niño, fui uno de los beneficiados por él –y por ellos- en algunos años). Los programas de construcción de viviendas y urbanismos populares del BO, equipados de espacios comerciales, pero además de espacios sociales de usos múltiples, con plazas, jardines, etc. –pensados así desde sus orígenes- , y acompañados de parques deportivos y recreativos dirigidos desde el CVN, equivalen al Plan vivienda y a la Misión Barrio Adentro deportivo, respectivamente.

Hasta que a estos programas, la miseria burguesa, la corrupción, y el capitalismo los corrompieran y acabaran con ellos.

Es bueno hacer notar que todas estas instituciones, generadoras de dichos programas, fueron creadas en otras presidencias distintas a los adecos y copeyanos: la mayoría de ellas, o todas, fueron creadas en tiempos de López Contreras y de Medinas Angarita. Y los programas, fueron fruto de profesionales verdaderamente revolucionarios que aprovecharon de ellas sus objetivos sociales. En el lapso que va: desde la caída de Pérez Jiménez hasta el comienzo del gobierno de Raúl Leoni, donde todo se acabó.

Por eso, no podemos identificar los objetivos de los "programas sociales" con las metas de la revolución y de la revolución de Chávez, que son, fundamentalmente, metas espirituales.

El pago de la deuda social vale por el: "nivelar las oportunidades de vivir mínimamente bien", de vivir con calidad y con dignidad. De recibir atención médica gratuita y de calidad; educación gratuita y de calidad; vivienda digna; deporte y expansión física.

Pero la meta principal de la revolución es hacer que la población humilde concientice el hecho de vivir dignamente y en sociedad; de que entienda que vivir bien o mejor supone un costo y un esfuerzo social y moral. Y que depende de todos que estos niveles materiales humanos se impongan y se sostengan en el tiempo, como un poder popular político y moral, un poder colectivo, comunal, social en la conciencia.

Revolución no es vivir como los pobres míseros e ignorados del capitalismo, vivir en la ignorancia y en el egoísmo más primitivo; en la indiferencia del mísero ante la desdicha de sus iguales. Pero tampoco es vivir como los ricos, o gastar como los ricos, despreciar e ignorar como los ricos, ostentar como los ricos, o aspirar como los ricos.

Revolución es vivir con sentido de dignidad pero conscientes; sanos, educados, respetados, pero conscientes del costo y valor social de conquistar tales condiciones de vida. Respetando a los demás, preocupado siempre por los vecinos y por los vecinos más necesitados, solidarios con los que adolecen, preocupados por el destino general de la comunidad, trabajando por el colectivo que es, en fin, toda la sociedad, que es el país pobre, el continente pobre, la humanidad pobre, de cuerpo y alma.

Revolución es consciencia, entre otras cosas, del costo social que tiene vivir dignamente, humanamente… De que la suerte del individuo es la suerte de toda la sociedad; y el destino de la sociedad será el mismo que el del individuo.

De eso se trata el socialismo, y de eso se trata la revolución socialista. Los programas sociales solo son una base material mínima para crear conciencia del deber social.

Pero (por eso) para Chávez, pagar la deuda social fue al mismo tiempo "ir haciendo revolución". Es decir, ir creando consciencia, ir cambiando hábitos y vicios, ir venciendo al egoísta que llevamos dentro…

Explicar detalladamente lo que se hacía, y por qué se hacía lo que se hacía; formando a la gente, educándolo en sus ideas…. Lo hizo mediante el Aló. Lo hizo incitando a sus ministros (desde los gabinetes televisados) al estudio, a pensar sobre el estudio, a crear sobre el trabajo y el estudio. Fundamentalmente al estudio político, histórico político, geográfico, científico y teórico revolucionario. Y, a no temer a admitir la ignorancia venciéndola con el estudio y con el control de la conciencia.

¿Qué pasó con Elías Jaua después que Chávez le habló de la "escuelita"?

Recuerdo que en aquel momento hablaba Chávez del "Sistema Presupuestario de Financiamiento" propuesto por el Che a la Cuba revolucionaria (¿en la Ruta del Chocolate?). Recuerdo que se lamentaba porque entre empresas del Estado, siendo todas del Estado, se vendían los productos entre ellas. O sea que Sidor vendía tubos a PDVSA o cabillas a la GMVV, siendo todas empresas del Estado y trabajando todas por el país, por y para la sociedad. Que entre empresas socialistas del Estado se operara como en el capitalismo, con la mentalidad del lucro, de la ganancia.

Sin embargo, ahora, de eso nadie se acuerda. Ahora ese Chávez no existe ni existió para muchos de los líderes honestos del gobierno de Maduro. A saber, la Ministra Iris Valera, Elía Jaua, Rafael Ramírez, Diosdado… Y ahora, como dicen otros menos honestos, es su pensamiento (el de Chávez) inviable, "anacrónico", un "salto al vacío", como es el caso del entusiasta Jesús Farías, ahora neoliberal. O el de Aristúbulo Isturiz, que más adeco, o más voluble no puede ser.

El caso es, señor juez, que Chávez pensó primero en la revolución social a su propia medida, es decir, en la conciencia; en la consciencia del deber social, y luego en la economía. Mientras… los hijos bastardos, estos líderes flojitos, solo piensan en garantizar la continuación de los "programas Sociales". O sea, en la economía. Porque… porque creen que la consciencia no es otra cosa que los límite que señalan sus propias "pobres conciencias pequeñoburguesas", es decir, que la consciencia es para ellos votar incondicionalmente por el gobierno. Y que la consciencia del deber social, de la cual habló y defendió el Comandante muchas veces, es un "embeleso chavista", sin forma práctica, sin valor material, sin renta posible. Imposible de que sea alcanzada por la gente común… Porque, si ellos no la tienen, nadie la tiene.

Es uno de los privilegios este poder mamarracho nivelar a la población por debajo de sus propias capacidades espirituales –o incapacidades espirituales, diría un alcalde adulador-. "Por encima del Presidente Maduro… ¡nadie!!". …Y yo, "¡Que cagada!".

Las fidelidades se agotan de tanto luchar contra el imperio, la arrogancia; contra el abandono y la distancia, que marcan a estos gobernantes.

Según Hegel, a Roma la derrotó esencialmente la distancia que tomó el Imperio romano (el gobierno, la corte) de su pueblo. Luego, se aprovecharían de ese vacío de "poder" los cristianos, los barbaros, el Islam. Pero fue, sobre todo, ese abandono del gobierno romano, del "imperio" romano, a su pueblo, la causa por la cual se disolvió al Estado romano, es decir, por lo que se disolvió el matrimonio perfecto entre gobierno y ciudadano, es decir, la idea de república en la conciencia de los ciudadanos de Roma. El ciudadano romano, ahora olvidado, haría de Roma algo aborrecible para sí.

Eso, guardando la distancia, es lo que nos derrotará como revolución socialista, como unidad revolucionaria, como unión cívico-militar. Es decir: la soberbia, la distancia, el "imperio" de los "tocados por Chávez" a la manera de los herederos de Cesar (Los secretos, las decisiones a espaldas del pueblo chavista, el capricho, el miedo).

Faltaba que quemaran a Roma. Pero, peor aún. Hoy, sin preguntar, sin explicar, sin debatir, sin escuchar, entregaron el país a la furia de los capitalistas, que es peor. Y dicen que es "en favor del pueblo". ¡No se vale!

Querida Iris Valera, que no te distraigan los capitalistas de los capitalistas. Roma, como símbolo, no vale lo que vale su pueblo, el pueblo romano. Así mismo el gobierno de Maduro no vale lo que vale la revolución del pueblo humilde, chavista, del trabajador y obrero conscientes. Primero está le revolución social y socialista chavista, de justicia social, antes de llenar barrigas, y de llenar las botijas capitalistas, según la lógica capitalista de la cual nos previno Chávez en el Plan de la Patria original. Iris, con todo respeto, solo léelo. … y luego nos ocupamos del qué dirán de la economía capitalista. Porque la nuestra será socialista, hasta la muerte, porque, nosotros los socialistas somos Chávez, y todo lo que él predicó hasta el último día de su vida consciente fue para defender a los más necesitados.

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Héctor Baíz

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