3R contra 3D

Las 3 D son: Decepción, Desmovilización, Desesperanza. Pueden llevar de una a la otra, pero tampoco eso es fatal. La decepción puede coger hacia el desengaño que, literalmente, es dejar de engañar y engañarse. Eso se puede hacer mediante la aceptación y observación detenida de la realidad, con veracidad, sin intención de embellecerla. Por ahí se conecta con las 3 R.

¿Cuántas 3 R hay, por fin? Recuerdo que las formuló por primera vez el Comandante Chávez en 2008, a raíz de la derrota de la reforma constitucional. Son Revisión, Rectificación y Relanzamiento. Es curioso observar que sólo un año después, las reformuló y habló de las 3R al cuadrado. O sea, volver a revisar, rectificar y relanzar. Como que la primera vez no se hizo. En 2010, volvió a lanzar en un discurso otras 3R, que supongo que ya a esas alturas eran al cubo. Acabábamos de pasar por las elecciones parlamentarias del 2010, y nuevamente se echó mano de la consonante rugiente. Pero entonces se convirtieron en Repolarización, Repolitización y Reunificación. Hace unas semanas leí unas declaraciones del Gobernador Ameliach y la última R pasó a ser "Renacimiento", palabra que ya había usado el Presidente también. No hay que olvidar que Resurrección también empieza con R; el problema es que para resucitar hay que morir primero, y eso ¡nunca! Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos. El Comandante Chávez (hablando de inmortales), en 2012, ya dejó las R en paz, y recurrió a una metáfora naval: dijo "es necesario un golpe de timón". Pero después del conocido cuento del Titanic, versionado por el maestro Britto García, creo que trae malos recuerdos. Por ahí está Diosdado para aplicar las 3R, leí. Viene a revisar, rectificar y relanzar el PSUV. No sé hasta dónde él haya sido revisado, rectificado y relanzado. Lo último tal vez, porque si viene a revisar al PSUV de Carabobo, es porque ya no es presidente de la AN, por efecto del voto popular. Ahora, lo del revisado, eso de que es él quien revisa, bueno… hay que revisarlo.

Lo cierto es que las encuestas y la apreciación en la calle, nos muestra que las 3 D siguen cogiendo fuerza. La decepción puede ser positiva, en el sentido ya expuesto: se trata de una variedad de desengaño, y siempre es bueno saber la verdad, ser veraces y actuar en consecuencia. Se conecta muy bien con una revisión honesta y sincera. Algunas expresiones del presidente Maduro y otros dirigentes (por ejemplo, este muchacho Héctor Rodríguez) van por ese camino. Pero, sobre todo, la revisión la han venido haciendo una multitud de voces que se han categorizado como "chavismo crítico", que se pueden leer en el portal "Aporrea", el blog de "Pensamiento Crítico" y algunos periódicos.

Aquí es donde tropezamos con ciertas taras mentales. Una, es el sectarismo atrasado. Este es propio de los que tienen en su cerebro un esquema maniqueo del mundo. Para que me entiendan, entienden el mundo bajo dos únicas categorías: amigos y enemigos. Para que sepan (seguro que no), esa ultrasimplificación de la vida y la política forma parte de una filosofía escrita por uno de los ideólogos y juristas del nazismo alemán: Karl Schmitt, quien le prestó grandes servicios a Hitler. Pero, asumamos que los que atacan cualquier opinión que se aparta unas comas y unas palabras del discurso del presidente o de Diosdado, no hayan leído a Schmitt ni a Hitler, lo cual es seguro. Entonces, eso es simplemente, o bien falta de inteligencia (o sea, estupidez lisa y llanamente) o, tal vez, muestra de tres reacciones humanas, muy humanas: la adulancia a las autoridades, el "horror al vacío" o la compulsión a la apuesta. Veamos.

La adulancia creo que la tienen clara mis lectores. No necesito ahondar en ello. Más difícil es tratar con los otros dos síndromes. Por ejemplo, el "horror al vacío" es completamente comprensible, por cuanto si negamos a Maduro, se asume que negamos al chavismo como tal, lo cual nos llevaría, bien a alejarnos de la política (lo cual es difícil, ya veremos por qué), o bien buscar por los lados de la oposición. Y eso sí es verdad que es vacío, el infierno y el crujir de dientes. Sólo pasearnos por ese infierno de las luchas de Maldonado contra AD, Prove y VP, es horrible. Aparte de la guerra entre Capriles, López, María Corina, Mendoza, Falcón, el filósofo del Zulia, etc. es de verdad una pesadilla. Porque esa gente, si es que tiene algún proyecto, más allá de tumbar el gobierno, es el de pedirle prestado al FMI y ya. Lo demás lo dirá la burocracia de ese organismo internacional, repetidamente cuestionado por Premios Nobel de economía y la experiencia de Europa, América Latina, África, Asia, etc. Pero, déjenme decirles que desengañarse y ver la realidad que analizar el "chavismo crítico", no es caer en ese vacío. Para nada. Porque la idea principal del "chavismo crítico" es: hay que hacer la revolución para transformar lo que no se ha transformado en estos 17 años: el capitalismo dependiente rentista. O sea…

La compulsión a la apuesta es una ludopatía, una adicción al juego. Ya se ha apostado por Maduro y hay que anclarse ahí porque todavía estamos en el primer inning del noveno. El presidente se le ve trabajando. La cosa es que, como dice mi amigo Orlando Zavaleta, reacciona tarde e insuficiente. La ludopatía de la política es lo que hace difícil abandonarla. La cuestión es que, esa compulsión a la apuesta ha escogido mal al caballo. Este debiera ser el pueblo venezolano. Yo sí voy por ese potro cuando todavía queda tanta carrera por delante.

PD: De lunes a viernes, de 11 am a 12, les invito a sintonizar Valencia 953 FM a mi programa "Abriendo Puertas", donde cualquier cosa puede suceder.

 



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Jesús Puerta


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