Cómo funciona la competencia en el libre mercado

La clientela suele dirigirse hacia los expendios de las mercancías más baratas dentro de ciertas limitaciones: si esos expendios se hallan muy distantes optan por pagar precios mayores por concepto de cercanía entre el comercio y la residencia del consumidor. A esta ventaja comercial se la llama "utilidad" espacial.

Las mercancías subsidiadas suelen ser evadidas por la gente de la clase media por aquello de sus discriminaciones sociales: prefieren pagar más caro para evitar "retratarse en grupo". Los llamados escuálidos adolecen de estas aberraciones heredadas de sus antiguos patronos a quienes sus ancestros servían como domésticos y artesanos. Este servicio casero lo prestaron durante siglos, siglos preindustriales eminentemente rurales y acampesinados. Esto explica la servilidad política que actualmente ofrecen esos descendientes suyos frente al derecha.

El libre tráfico fronterizo que ofrece Venezuela con los países colindantes invita a los propios consumidores nacionales a comprar esos productos regulados para revenderlos en el exterior. Esta es una ley económica y como tal, inviolable. Cuando Colombia tenía una paridad ligeramente favorable al bolívar, los venezolanos iban a este país para comprar mercancías que aquí revendían bien caras aunque más baratas y de mejor calidad que las nacionales o porque estas aquí no se producían.

El encarecimiento de la cesta básica en la vecina Colombia, frente al desmedido bajo precio de las mercancías subsidiadas en Venezuela, paradójicamente-explicable sólo por el subsidio y la alta oferta nacional, aunque muchos piensen que esta es baja ya que la confunden con producción-ese subsidio nacional, decimos, ha deteriorado tanto el poder adquisitivo de la moneda colombiana que cualquier mercancía venezolana resulta muy barata para el consumidor fronterizo. Esta baratura es un estímulo inevitable para quienes opten por adquirirlas aquí para su reventa en Colombia.

Si Venezuela sigue manteniendo un libre tráfico con este país, y si continúa la libre conversión directa del bolívar frente al peso, no será con multas ni con prisión con lo que esta competencia de precios podría eliminarse, ni siquiera atenuarse. Súmese que las mercancías del contrabando de extracción se trafican con bolívares y el BCV ha tenido que emitir grandes cantidades de papel moneda lo que también e inevitablemente deteriora nuestra paridad frente al dólar.

Por esa razón, hemos insistido en la supresión del método adoptado hasta ahora para subsidiar la cesta básica nacional. Los precios deben responder a la libre competencia privada, al libre mercado, y, por ejemplo, los pensionados y trabajadores de salario mínimo podrán ser subsidiados mediante reintegros periódicos del descuento que significarían el monto del susidio. Esta cancelación será debidamente soportada directamente pos sus beneficiarios en oficinas adecuadamente ubicadas en cada parroquia.

De easa manera, dejando de existir los estímulos para la reventa, se frena la competencia y podría desanarquizarse neustra Economía que actualemenmte pareciera no tener ni pies ni cabeza. Todo esto ha sido provocado por una diferenciación de precios que en paralelo se quiere evitar mediante leyes jurícas que chocan abiertamente con las leyes económicas.



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Manuel C. Martínez


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