Venezuela, la jungla de los listos

Lo que está pasando en Venezuela es de tal gravedad –y la catarata de medidas discurre siempre en la misma dirección—que prácticamente no tenemos tiempo para el respiro. Se siente impotencia y surge inmediatamente el comentario resignado: "¡No hay que hacer!".

Confesamos que hay días en que el desánimo también nos invade. Son poderes tan importantes, con tantos resortes, que a veces nos da la impresión de estar luchando con un tirachinas (piedras) contra un ejército armado hasta los dientes. No merece la pena.

En los medios de comunicación hay espacios de libertad, pero están perfectamente calculados. Son gotas de agua para dar la impresión de que estamos en un país libre, pero no podemos olvidar a quienes lo controlan. Pero lo último que debemos hacer es callarnos y aceptar como borregos y con resignación las medidas que nos aplican. Entonces será el fin.

No podemos, no debemos callarnos. Cada uno en la medida de sus posibilidades, tenemos que hacer notar que no comulgamos con ruedas de molino. Hoy tenemos una rendija que aún no controlan: las redes sociales, un instrumento que, bien utilizado, puede convertirse en un arma poderosísima. Podemos dar fe de ello.

Quien gurda silencio ante lo que está pasando se convierte en cómplice. (Mario Silva) Todos los grandes avances del pueblo son el fruto de la lucha, a veces muy lenta y dolorosa. Ahora nos parecería increíble que estuviera prohibido, el derecho a la huelga o permitidas la esclavitud y las jornadas laborales sin descanso. Existe un socialismo, aunque sea formal. Y estamos ante una nueva etapa en que el pueblo van condicionar cada vez más las decisiones políticas.

Tenemos que ser optimistas ante el poder, cada vez mayor, del pueblo como correctores de medidas descabelladas de los gobernantes. Es importante que organismos creados para solucionar conflictos, y que en sus principios y propósitos tienen misiones "loables", dispongan de verdadero poder ejecutivo en la toma de decisiones. Y no como hasta ahora, pues son demasiadas las veces en que solo han servido para declarar intenciones.

No nos van a conceder nada graciosamente. Es el pueblo comprometido con un país mejor los que impulsarán los próximos cambios. Y ese país mejor no solo es necesario, también es posible.

Es cierto que la recesión económica no ha terminado. Los que la desataron, son: los ‘rojos-rojitos´, (su creación la mafia de la gasolina, la alimentación, los bachacos, el birlibirloques del dólar, todos al servicio de Colombiagranadina); los poderes financieros, (con su creación dólar today); los ricos que no pagan; los que tienen los dólares en paraísos fiscales, en suma, la jungla de los listos, han dicho basta. Ya han puesto a los venezolanos en su sitio, es decir, plebe a su servicio.

Señor Presidente: El día 5 de los corrientes, en los Supermercados en los lados por donde vivo, las colas eran de 200 a 300 metros, con personas de tres y cuatro al fondo, la mayoría (85%) eran colombianos granadinos, pero todos con cedulas chimbas. Son seis millones y medio de colombianos, (780.000 de paisas tienen cedulas) Presidente que medidas tomará Usted para que los venezolanos, podamos conseguir la comida.

¡Chávez Vive, la Lucha sigue!

¡Viviremos y Venceremos!



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Manuel Taibo


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