¿Y ahora? Es la hora

Entendiendo la complejidad de lo ocurrido el 6D decidí escribir estas líneas, no sin antes tener innumerables conversaciones en casa, en el trabajo, en la calle y en diferentes reuniones (unas mas coherentes que otras); es decir, intentar no cegarme con mi propia visión del asunto y empaparme de las diversas y enriquecedoras opiniones de diversas personas, plagadas claro está de cada una de nuestras subjetividades, pero casi ninguna alejada de la realidad actual y del análisis necesario en un momento trascendental como el que vivimos en la Venezuela que despertó el 7 de diciembre. 
 
 
Comenzando me gustaría aclarar que no pretendo hacer leña del árbol caído, y mucho menos convertirme en el gurú de la retrospección. Por tanto evitare desde el principio caer en los penosos errores de quienes frente a la tribuna de la molestia y el descontento señalan de manera despótica culpables, errores y villanos. Fue una derrota electoral y yo soy parte de los culpables en lo ocurrido, yo tengo cuota de responsabilidad en los errores, yo formo parte de este proyecto y por ende soy artífice de las victorias y también protagonista de las derrotas. Ya aclarando esto, comenzamos con algunas cosas de interés para el debate y las propuestas.
 
He visto con alegría, y también con cierta inquietud, los debates que al calor del momento histórico se están dando en todo el país. La alegría evidentemente se debe a que existe, en gran parte, entendimiento de lo sucedido, a que sin pasar mucho tiempo estamos discutiendo lo ocurrido, y planteando el que debemos hacer. Ahora la inquietud también me acompaña, ya que creo que no estamos logrando canalizar el descontento popular de un sector importante, que pareciera que el proceso de direccionalidad de esas molestias no se da de la manera adecuada y puede esto ser mas peligroso para la vida de la Revolución Bolivariana que lo ocurrido en las elecciones del domingo. Por ende planteamos algunos puntos que buscan ser un aporte en el construir colectivo de lo que necesitamos hacer frente a la nueva realidad política a la que nos enfrentamos.
 
Hace pocos días se dio la reunión de delegadas y delegados al Congreso Extraordinario del PSUV, para dar pie a una jornada de reflexión y debate en torno a lo acontecido en las elecciones parlamentarias, y al igual que la ponencia de uno de sus integrantes, Jesús Pérez del Edo. Aragua, rescato dos frases del discurso pronunciado por el prócer cubano José Martí el 21 de junio de 1879: “Criticar es el ejercicio del criterio… Criticar es amar…” y convencido del amor que tengo por mi país, por mi revolución y por el pueblo al que pertenezco necesario es decir y plantear algunas cosas. En esta misma reunión del PSUV espere escuchar un tema fundamental y álgido para entender los resultados del 6D, al menos algo al respecto, y no fue así, como tampoco lo ha sido en las numerosas jornadas de reflexión, ni tampoco en las alocuciones referidas al proceso eleccionario, y si la economía es la que definió esta elección, no es menos cierto que lo político ideológico jugo, y juega, un papel fundamental. Y creo hemos sido un tanto irresponsables al no ponerlo en la escena publica, lo político ideológico se nos escapa de las manos y no nos damos cuenta, para una afirmación tan dura como esta basta solo un ejemplo, nos tomo casi 10 años formar una escuela de cuadros.
 
Repolitización y formación ideológica.
 
Hemos convertido en los últimos años a nuestro proceso bolivariano y chavista en una “cosa”, hemos caído en el error de haber “cosificado” el socialismo. Con esto nos referimos a que, casi todos, hemos incurrido en la equivocación de propagar la revolución como una dadora de cosas, de bienes materiales e inmateriales, de servicios, de conquistas del consumo accesibles a cualquiera. Y eso no es la revolución bolivariana y chavista, el proceso que hoy vivimos no se puede centrar en la entrega de una casa de la Gran Misión Vivienda Venezuela, no se traduce en un vehículo de Venezuela Productiva, no es un cupo universitario -siendo el segundo país en todo el planeta con mayor matricula en esta área-, no es la tableta del estudiante que se gradúa, la Revolución es, y debe ser, mucho mas que eso, es el proceso consciente de que el pueblo puede tener acceso a estos bienes, a estos logros, a estas conquistas, pero no son los bienes, los logros y las conquistas las que definen a la Revolución. Decía el Comandante Hugo Chávez en el año 2009, durante el Alo Teórico número 6 y en el marco del lanzamiento del Sistema de Formación Socialista Simón Rodríguez, lo siguiente: “Hay otro libro maravilloso que conseguí cuando era muy joven. Me lo regaló José Esteban Ruiz Guevara, El papel del individuo en la historia. Ese libro me abrió los ojos. Ahí conseguí la clave: no importa que tú estés encadenado en unas mazmorras, que te tengan en un sótano encadenado. Si tú estás consciente del rol que estás jugando encadenado en una mazmorra, dentro de un proceso de dimensiones mayores —pero ese es tu papel en ese momento—, entonces tú eres libre.” Y sigue Chávez:  “Lo que aquí se ha comenzado a hacer es vital para la Revolución Bolivariana, para el partido, para la patria bolivariana, es la formación socialista. No habría revolución si no nos formamos, no solo los cuadros si no el partido como un todo, el pueblo como un todo”. Con esto no pretendo decir que no importa lo malo que ocurra y que igual debemos seguir remando el barco sin advertir que está agujereado, no, ya que como Chávez creo que la Revolución y el Socialismo debe ser humanamente gratificante. Pero si es cierto que nos enfocamos en los últimos tiempos en dar cosas y no formar consciencia en el pueblo, entregamos una vivienda (mas de 900.000 viviendas) y poco esfuerzo hemos realizado para entregar entendimiento político de esa vivienda, igual con el resto de los beneficios del Gobierno Bolivariano. Por ende, tenemos mucha gente que cree, sin quererlo, que son derechos adquiridos y que pase lo que pase en el panorama político todo seguirá igual en este plano, y otro tanto siente estos logros como regalos del Estado, por eso los vende, o cambia, o desecha, o trafica sin dolor alguno. Si todas estas conquistas de la Revolución se entregaran acompañadas de un proceso de formación político ideológico otra historia sería, quizás no tendríamos grupos de estudiantes trancando una calle por no recibir una tableta a tiempo, sin entender que gracias a un sistema distinto a los anteriores se le ha permitido tener acceso a educación universitaria gratuita, a diferencia de lo que ocurría en la Venezuela de hace tan solo 20 años y su inmensa población flotante como realidad exasperante de entonces (este mismo ejemplo puede aplicarse a quienes trafican con los bienes otorgados por el Gobierno). Y es allí donde desarrolla un papel vital para la Revolución el proceso de repolitización de nuestra sociedad y mas aun de formación ideológica, y aquí sin pruritos, sin miedos al que dirán. ¿Como podemos pretender una sociedad distinta si el nuevo hombre y la nueva mujer están siendo formados con los mismos sistemas que destruyeron el país hace 200 años, o con los mismos modelos educativos de hace 50?. Con universidades publicas que copian el modelo de las privadas, con profesores que asimilan y distribuyen los procesos educativos tal como ocurría en el pasado, incluso con los mismos métodos de hace varias décadas atrás. Graduamos todos los años miles de nuevos profesionales, pero ¿conscientes de su papel en una Venezuela Socialista?, no. Y no es esto culpa de esos nuevos profesionales, es culpa nuestra, que hemos prestado muy poca atención a los procesos formativos en el campo político ideológico.
 
Aquí una primera propuesta: desde la iniciativa popular, y sobre todo desde los jóvenes, con el articulo 204 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en mano, vayamos a una discusión profunda para una nueva Ley de Educación Universitaria. Multipliquemos por todos lados las escuelas de formación política e ideológica, y no con sistemas ortodoxos que atraigan a pocos, con ideas frescas que sean atractivas para muchos, y convenzamos con la razón que tenemos, reconstruyamos lo que significa este proceso de cambios que dio inicio formal en 1999 de la mano de Hugo Chávez. Que la revolución y el socialismo dejen ser una cosa mas que se recibe, y se convierta en una acción de vida, en una manera correcta de hacer las tareas del país, en el sentimiento y la razón del devenir histórico que nos toca afrontar. Volvamos a hacernos conscientes de lo que significa ser Chavista y multipliquemos ese conocimiento.
 
En el método, vale recordar que ha sido Hollywood una de las mas grandes maquinas de ideologización de la historia para beneficio de los dueños del gran capital. Y hoy son las nuevas TIC’s el método usado por esos mismos para el proceso ideologizador de la sociedad. Por ende pasamos al segundo punto a tocar en este texto.
 
La Comunicación.
 
Y nuevamente toca hablar de comunicación, siempre debemos hablar de comunicación y mas aún cuando hemos sido tan poco asertivos en la materia. Es la comunicación una de las áreas donde hemos tenido mas derrotas durante todos los años del proceso revolucionario, unas por ingenuidad, otras por terquedad, y otras por no entender los nuevos tiempos.
 
Debemos empezar diciendo que en materia comunicacional es muy poco lo que hemos avanzado, nos hemos quedado estancados en modelos de finales del siglo pasado y con poca capacidad de llegar al pueblo venezolano. Estamos totalmente alejados de las realidades objetivas que vive nuestro país hoy. Porque fue la comunicación la que falló en lograr calar en el imaginario colectivo la explicación, conceptualización y definición de la guerra económica; no pasamos de la consigna y el panfleto, poco o casi nada explicamos sobre que se trataba, como se desarrollaba, que significaba la guerra económica. La economía en lo comunicacional no dejo de ser una frase mas del discurso repetitivo de casi todos nosotros, y así poco podíamos esperar influir en las grandes mayorías.  No logramos convencer al trabajador y la ama de casa de que existe una guerra económica que atenta contra sus propios intereses y que gran parte de esa guerra que desestabiliza nuestros bolsillos es impulsada por las fuerzas que resultaron victoriosas en la pasada elección. Nada hicimos en lo comunicacional para hablar en términos políticos de lo que significa la conquista de la Asamblea Nacional y en la modificación trascendental del modelo de país que estamos construyendo, solo bastaba con abrir nuestra Carta Magna y dirigirnos al articulo 187, puede que esto no modificara el voto y la abstención castigo, producto de la situación critica de nuestra economía, pero quizás si habría creado mas consciencia de lo importante del Poder Legislativo y sus atribuciones en nuestro país.
 
Durante la campaña electoral cometimos errores similares, esta vez en lo procedimental, errores que fueron determinantes en el resultado final. Pretendimos hacer lo mismo que quizás con éxito hacíamos hace 5 o 10 años, cuando los métodos de comunicación han avanzado con la misma velocidad que la tecnología, y no se comprendió que la propaganda y contrapropaganda en el momento histórico debía ir más allá del afiche, la cuña o el panfleto a favor y en contra. 
 
La derecha usa en nuestro país, y en el mundo, diversas herramientas que por desconocimiento o exagerados dogmas hemos desechado sin siquiera percatarnos de las potencialidades que tenemos. Siempre he dicho que las herramientas están para ser usadas y darles la dirección que deseamos, tal como el martillo, algunos lo usaran para rompernos la cabeza, y nosotros podríamos usarlo para clavar un clavo en la pared mediática internacional que se construye sobre nosotros. Una de esas herramientas es el marketing, la derecha en Venezuela ha usado sus diversos mecanismo para atacar a la Revolución Bolivariana o para despolitizar ciertos procesos y grupos poblacionales tal sea el caso que les convenga, pero de este lado hemos estigmatizado esta herramienta (al igual que otras) sin entender lo que significa y lo que podríamos alcanzar con el uso correcto de la misma. Por ejemplo, la segmentación de mercado (o segmentación de usuarios para no incomodar con el termino), a que me refiero con esto, que nuestra comunicación ve a todos por igual y plantea los mismos mensajes con las mismas formas, y no todos somos iguales receptores. No todos tenemos los mismos gustos, ni nos son atractivas las mismas maneras de recibir los mensajes, por su parte la derecha si se ha "esforzado" (como lo haría cualquier empresa privada) en dividir, segmentar y definir los públicos y tener material para cada grupo social. Suelo usar como ejemplo de esto lo que realizó hace algunos años la Cadena Capriles, el diario que lee el pueblo es Últimas Noticias, pero con eso no lograban abarcar todos los públicos, y empezaron a segmentar y definir. Para los jóvenes sacaron la publicación Urbe, y para los “desenfadados” comenzaron a publicar Urbe Bikini, para los que les gusta el deporte ingresaron al mercado con Líder, y para los más analíticos o consumidores de información modificaron y crearon El Mundo Economía y Negocios. Con esta segmentación lograban posicionar sus mensajes, empaquetados de diversas maneras y llegar a sectores diversos de la población. Pues señoras y señores, la derecha hace lo mismo, ¿y nosotros?, la respuesta a esta interrogante es un duro y real: NADA, simplemente lo obviamos. Veámoslo en el SiBCI, el Sistema Bolivariano de Comunicación e Información, que ya de por si tiene muy poco de sistema, y se ha convertido mas bien en un archipiélago informativo, preguntémonos: ¿qué de diferente existe en nuestros canales, emisoras y diarios bandera? Muy poco, comunicamos casi de la misma manera desde todos los medios, entonces, frente a esto, de poco sirven los distintos medios de los que dispone el SiBCI.
 
Pero no es el anterior el único error que hemos cometido, creemos aun que comunicar es sinónimo de informar, y allí caemos en otro garrafal traspié, nos conformamos con divulgar la gestión de gobierno en algunas áreas, pero solo eso, divulgar, informar. Comunicación no hacemos. Hemos creído que con el mero acto divulgativo estamos convenciendo y no es así, los resultados son una evidencia de ello. Los procesos persuasivos han sido dejados de lado, la comunicación basada en el nuevo sujeto social (mencionado y explicado por Oscar Schemel) ha sido obviada y construimos nuestra política comunicacional sin adentrarnos en la comunicación política, solo en base a las opiniones de algunos periodistas, pero no de la mano de semiólogos, analistas, antropólogos, publicistas, sociólogos y todos aquellos que entienden la conducta del ser humano en sus diversas fases y capaces de construir una comunicación simbólica poderosa, tal cual está impregnada en la población venezolana. Nuestros medios tradicionales parecen no haber salido de los 80, con mejores cámaras y monitores pero con las mismas maneras y los mimos modos de hace tres o cuatro décadas. En la televisión nos hemos dedicado a hacer radio en pantalla, hablamos mucho y mostramos poco, no entendiendo que la TV es imagen, y recurriendo a aquella frase verídica: “una imagen vale mas que mil palabras”. En la radio, en la gran mayoría de emisoras aun seguimos teniendo definiciones en extremo ortodoxas del contenido musical, me confieso un amante de la música de Ali Primera, y de la trova cubana, pero no podemos pensar que es lo único que debe sonar en nuestras emisoras, es un absurdo seguir haciendo eso, abarcamos con está actitud a un sector muy pequeño de la población, y la gran mayoría cambia el dial rápidamente y no tiene interés de lo que allí se dice porque la manera de transmitir ese mensaje no le es atractiva. Pero además de esto, un problema evidente en ambos casos es la exagerada resistencia a la critica y el reconocimiento de las fallas, quien critica o señala una falla entra en una especie de estado de sospecha, es acusado de cualquier cosa y alejado rápidamente de dichos espacios; la critica no debe generar alergia ni suspicacia, por el contrario puede ayudar a drenar los descontentos y a corregir a tiempo ciertas fallas. Con este panorama a la vista, me gustaría poner dos ejemplos de nuevas formas de transmitir el mensaje, no necesariamente estando de acuerdo con todos sus contenidos, pero evidentemente con éxito en el proceso de abarcar mayor cantidad de usuarios en los últimos tiempos, TeleAragua y la nueva Globovisión han logrado en un corto lapso lo que nuestro sistema de medios nacionales no ha concretado en años.
 
Necesariamente debemos enfocarnos también en otro punto muerto para la comunicación revolucionaria, y este es la Web y la Web 2.0, tan solo haciendo un pequeño recorrido por los portales oficiales evidenciamos que se comete el mismo error que hemos mencionado líneas atrás, todos comunican de la misma manera, es increíble el despilfarro de paginas Web que replican exactamente lo mismo, de la misma manera, sin ninguna alteración significativa, no sirve de nada tener tantos portales que no aportan nada al proceso comunicativo de la revolución. Si esto ya es malo, en el 2.0 es peor, nos enfrascamos todos los días en una batalla tediosa por ubicar un etiqueta en una sola red social, Twitter, sin darnos cuentas que no funciona para nada esta labor a veces molesta. Una etiqueta posicionada todo el día en primer lugar en Twitter no aporta nada significativo en la comunicación 2.0 ya que no contiene casi ningún mensaje o contenido importante, es un frase elaborada que se ubica en lo alto del ranking pero no impacta en lo mas mínimo en quienes hacemos uso de la red social, y menos impacto tiene en los que no nos acompañan en nuestro proceso político. Hemos privilegiado en lo comunicacional el Twitter por encima del Facebook, sin quizás ver las cifras que evidencian que no es Twitter la red social con mas seguidores en nuestro país. Pero la comunicación 2.0 aún va mas allá de una que otra red social, es mas el desarrollo que se le debe dar, mucho mas. Teniendo un Viceministerio de Redes Sociales es realmente inaudito que tengamos tan poco impacto en estos espacios. Y quisiera hacer referencia a tan solo uno de los elementos de peso que la oposición venezolana tiene en el 2.0, un YouTuber afecto a la oposición logra cada semana ubicar un capitulo de carácter satírico en mas de 200.000 reproducciones, es decir cada programa de tan solo 15 minutos donde se hace mofa de los representes de nuestro gobierno y algunas de sus actuaciones es visto semanalmente mas de 200.000 veces, ¿y frente a esto que tenemos nosotros? Nada de nada, o si, hemos repetido los mismos errores de los medios tradicionales en la Web 2.0. Y ojo, el conductor de este canal de YouTube es tan solo una tuerca de un gran engranaje comunicacional por parte de la oposición, y allí nos están ganando ampliamente la batalla hace rato.
 
Y después de esto va la segunda propuesta, si el presidente Nicolás Maduro ha decidido, de manera acertada, convocar a un congreso en lo económico, no es menos urgente un planteamiento similar en materia de comunicación, pero no repitiendo los ensayos poco exitosos del pasado donde se le da la tarea nuevamente a un grupo de periodistas de definir la política comunicacional del Estado, no. Hace falta un análisis profundo y detallado de la comunicación de la revolución, y esto tal como lo mencionamos antes, con equipos multidisciplinarlos de semiólogos, periodistas, publicistas, sociólogos, especialistas en marketing político, antropólogos, comunicadores y mas, para construir una nueva manera de comunicar que aproveche todos los recursos que tenemos y que vaya con los tiempos que vivimos, que edifique una gran construcción simbólica, que le acerque el mensaje y convenza, seduzca, que persuada al nuevo sujeto social de la Venezuela de hoy. Que no tenga alergia ni temor a la critica desde sus propios espacios y que entienda las nuevas formas y maneras de transmitir el mensaje, desde lo tradicional y lo alternativo, de la mano de las nuevas tecnologías de la información y comunicación.
 
Es necesario recordar y entender que tenemos un bono generacional de jóvenes importantísimo. Que son ellos, los jóvenes, los que decidirán los rumbos políticos y sociales de la nación. Tan solo días antes del 6D, conversábamos en entrevista especial con Oscar Schemel (presidente de Hinterlaces) y ante el planteamiento del tema juvenil realizado por mi compañera Jacqueline Montes, Schemel no titubeaba en contestar: “serán los jóvenes de hoy quienes elijan al próximo presidente de Venezuela” frente a esta verdad evidente, la comunicación no puede estar alejada de esa realidad si queremos seguir siendo la fuerza política mayoritaria en el país, para la construcción de una Venezuela mejor y socialista.
 
Pueblo Legislador.
 
Aunque es una herramienta plasmada en nuestra Constitución en el articulo 204, ha sido poco el uso que le hemos dado desde el Poder Popular. Pues es la hora en que desde las organizaciones populares activemos de manera contundente esta importante manera de legislar.
 
Dice nuestra CRBV en su articulo 204 que: La iniciativa de las leyes corresponde: 
Numeral 7: A los electores y las electoras en un número no menor del cero como uno por ciento de los inscritos e inscritas en el registro civil y electoral. Esto significa que con tan solo veinte mil firmas podemos activar dicho mecanismo, y empezar a discutir leyes que blinden al pueblo en sus conquistas. A su vez es una manera eficiente de iniciar los procesos de repolitización e ideologización de nuestras bases populares, y de mantenernos movilizados como sociedad en nuestras luchas históricas. En campaña permanente.
 
Indica nuestra Constitución en el articulo siguiente, el 205: La discusión de los proyectos de ley presentados por los electores y electoras conforme a lo dispuesto en el artículo anterior, se iniciará a más tardar en el período de sesiones ordinarias siguiente al que se haya presentado. Si el debate no se inicia dentro de dicho lapso, el proyecto se someterá a referendo aprobatorio de conformidad con la ley. Es decir la Asamblea Nacional está en la obligación de discutir las propuestas que del pueblo emanen, y de no ser así están serán sometidas a referendos aprobatorios. No puede el Poder Legislativo hacerse de la vista gorda frente a lo que se discuta y presente desde las comunidades y grupos sociales.
 
Jóvenes y estudiantes en discusión de una nueva Ley de Educación Universitaria, es tan solo un ejemplo de lo mucho que se puede hacer. Profesionales, técnicos y obreros en discusión de proyectos de ley frente a compleja situación económica que nos llama a todos a involucrarnos en la solución de los problemas que vive el país. Es la herramienta del Pueblo Legislador el mecanismo mas idóneo para legislar desde los saberes e intereses populares ante la evidente confrontación que pondrá en la mesa la oposición mayoritaria en la Asamblea Nacional, ya que es también el pueblo organizado parte del Poder Legislativo.
 
Lo económico
 
Y es aquí el ultimo punto a tocar, aunque no pretendo hacer una disección exhaustiva del problema ya que son muchos los elementos que no manejo en torno a la economía, sería irrespetuoso y poco serio de mi parte usurpar los conocimientos de quienes han estudiado la materia a profundidad. Por ende me limitare a evidenciar tan solo un punto y plantear una propuesta en correspondencia a este.
 
Todo proceso de cambios económicos en un país va de la mano de su gente, de sus cuadros políticos y técnicos, pero son los cuadros técnicos los mas infravalorados en nuestra revolución. Se les ha tratado con cierto desden a la hora de asumir tareas importantes en el desarrollo productivo de la nación. Con esto no pretendo disminuir el papel de lo político, pero si tratar de elevar la importancia de lo técnico. Por ejemplo, en un proceso de industrialización no podemos aspirar que solo desde lo político se piense en las maneras de hacer girar las ruedas, ya que es un conocimiento aprendido y estudiado desde lo técnico, que evidentemente debe estar acompañado de lo político, pero no sobreponerse uno por encima del otro. Ejemplo: creemos que al recatar una empresa o inaugurar una fabrica será el cuadro político quien la echara a andar por su basto manejo del concepto de construcción socialista y dejamos de lado al cuadro técnico que maneja en su totalidad la experiencia en el que hacer, en el método correcto y el know how (conocimiento fundamental) de los procesos. Un politólogo o un filosofo, con todo el respeto que merecen estas dos áreas de estudio, jamás tendrá los mismos resultados que un ingeniero industrial para hacer andar una emprendimiento productivo, quizás el cuadro político puede acompañar los procesos dentro de una junta directiva, pero no en la gerencia y el manejo eficiente de una industria.
 
Parta entender esto de mejor manera, me gustaría referirme a un articulo publicado por Jacqueline Montes en el año 2013, que lleva por titulo Ingenieros para el Puebloen el se cita al comienzo a Ernesto Guevara en “El cuadro, columna vertebral de la Revolución” de septiembre de 1962 y dice: “Cuando se hizo patente que en Cuba una nueva clase social tomaba definitivamente el mando, se vieron también las grandes limitaciones que tendría en el ejercicio del poder estatal a causa de las condiciones en que encontráramos el Estado, sin cuadros para desarrollar el cúmulo enorme de tareas que debían cumplirse en el aparato estatal, en la organización política y en todo el frente económico…”. “Pero, con el aceleramiento del proceso, ocurrido a partir de la nacionalización de las empresas norteamericanas y, posteriormente, de las grandes empresas cubanas, se produce una verdadera hambre de técnicos administrativos. Se siente por otro lado, una necesidad angustiosa de técnicos en la producción, debido al éxodo de muchos de ellos, atraídos por mejores posiciones ofrecidas por las compañías imperialistas en otras partes de América o en los mismos Estados Unidos, y el aparato político debe someterse a un intenso esfuerzo, en medio de las tareas de estructuración, para dar atención ideológica a una masa que entra en contacto con la revolución, plena de ansias de aprender”.
 
Mas adelante, opina y escribe Jacqueline Montes lo siguiente: “En estos momentos invocamos a cada rato la necesidad de alcanzar la EFICIENCIA, y ¿qué hace eficiente a una organización que no tenga que ver con la planificación, la calidad, la mejora continua, el manejo de indicadores, el seguimiento, el control de gestión, etc?. La eficiencia que demanda nuestro país es una eficiencia real y no de discurso, y eso pasa por entender los procesos del sistema y transformarlos. Los ingenieros están destinados por su formación a trasmutar para mejor todo lugar donde lleguen, ya por eso deberían ser considerados necesarios en cualquier revolución. Una revolución productiva sin ingenieros, es como una revolución social sin pueblo, y al final ingenieros y pueblo son una misma cosa.”
 
Y afina Montes con una acertada directriz su articulo: “Necesitamos ingenieros con una sólida formación técnica y científica (cosa en que nuestras universidades tienen mérito), pero con espíritu crítico y con conciencia de clase: es ahí donde como Revolución seguimos teniendo una deuda. Sostenía el Ché ”. Para ver el articulo completo puede dirigirse al siguiente enlace: http://www.aporrea.org/actualidad/a175974.html
 
¿Y que concluimos con esto?, que la revolución necesita de manera imperiosa apoyarse en lo técnicamente eficiente para ser eficazmente productiva, si seguimos replicando lo que hasta ahora hemos realizado poco será lo que podemos esperar en esa vital tarea de ser una Revolución Socialista verdaderamente productiva.
 
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Con estos cuatro puntos necesarios para el debate finalizo, por ahora, estas líneas con la intención de ser aporte en el nuevo proceso que vivimos. Para alzar la mano en esa intensa y necesaria discusión popular desatada y evidenciada después del 6D. Tal como mencione al principio, soy, como todos, responsable de lo ocurrido y por ende pretendo ser también responsable de lo que vendrá, siempre con el animo optimista de construir un mejor país en el que he sembrado los sueños con mi familia, y del que quisiera seguir siendo protagonista de sus cambios al calor de la Revolución Socialista, Bolivariana y Chavista.


Hoy mas que nunca, frente a la interrogante ¿Y ahora?, pues es la hora, es el momento y aquí estamos para asumir los grandes retos de la patria.


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Jorge Amorín


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