Dos bofetadas al terrorista planetario

La voluntad de los pueblos es el peor castigo para los tiranos. A cada intentona de abuso por parte de quienes pretenden erigirse en amos y señores del universo, la voluntad de los pueblos siempre se opone y provoca indignación y pavor en los tiranos, que no soportan una verdad, frente a sus acostumbradas mentiras. Los fascistas siempre están acusando al resto del mundo de las atrocidades que cometen en su afán de poder.

Pero es la verdad de la mayoría frente las mentiras de una minoría,que prevalecida de su superioridad militar y tecnológica pretende imponer su voluntad por la fuerza. Pero no hay peor muralla que la dignidad y la voluntad de un pueblo y eso ha sido demostrado históricamente.

En nuestro continente, tras 300 años de dominación hubo la reacción del pueblo, pese a los asesinatos, que marcaron el genocidio mas atroz que conoce la humanidad, donde más de 90 millones de seres humanos, fueron exterminados en el denominado nuevo mundo, por parte de los europeos que nos invadieron y su sed de poder y de riquezas les llevó a traicionar la bondad y amistad que ofrecieron los pacíficos y cultos moradores de estas tierras a quienes imaginaron amigos visitantes.

Para justificar la expansión, el saqueo y la expoliación de esta parte del mundo, como imperio al fin, acuñaron el término descubrimiento, vaya expresión más absurda, como si se tratara de una formula química. Igualmente tildaron a nuestros sabios antepasados, de analfabetas e ignorantes, cuando los únicos analfabetas e ignorantes eran ellos como invasores. Prueba de ello fue la manera como acabaron con civilizaciones como la Incaica, que era si se quiere tan avanzada como la faraónica. La de los Mayas y la Aztecas, cuyas raíces permanecen en el misterio .

En estas tierras los bárbaros fueron sorprendidos con conocimientos científicos que estaban bien lejos de imaginar, tales como el acueducto en el imperio Inca, el estudio del espacio y sus astros, por parte de estas civilizaciones, la arquitectura, en el caso de los mayas, incas y aztecas.

La conciencia misma que tenía el nativo al verse y actuar como parte de la tierra y la naturaleza en general; de andar semi desnudos, son signos evidentes de una cultura superior, donde no anidaban las desviaciones delictivas, como la violencia contra la mujer. La solidaridad y comunión en que vivían nuestros antepasados son testimonios de esa cultura superior, solo que jamás desarrollaron la cultura de la muerte, ni de la guerra y por eso fueron sorprendidos por los criminales que llegaron en busca de riquezas y poder. Ese imperio fue arrojado del continente por el pueblo que no contaba con el armamento y la capacidad militar, pero su dignidad y voluntad pudieron más que la fuerza bruta imperial.

Pero al imperio español, lo relevó el imperialismo estadounidense, que desde el siglo XIX, ya decía lo peligroso que resultaba para las nacientes repúblicas de la América hispanoparlante. Desde entonces son incontables las invasiones gringas a los países de Sur y Centroamérica, sin contar la invasión y despojo de la mitad del territorio a su vecino México, a quien ahora somete a través de las bandas del narcotráfico.

Pero ese poderoso imperio y sus aliados europeos, acaban de recibir en menos de 48 horas dos reveces, dos bofetadas, por parte de Venezuela y Siria, dos naciones hermanas en la lucha por la libertad, que están sometidas al criminal asedio de la CIA, el Mossad y sus mercenarios, bajo el patrocinio de Estados Unidos de Norteamérica, que con su proyecto de dominación global, tiene frentes de guerra en diferentes partes del universo, en busca de recursos energéticos y posiciones geoestratégicas, que le permitan neutralizar a sus competidores en el campo económico y militar, como lo son China y la Federación Rusa, que ahora están cada días más unidas en sus planes de cooperación, en los campos tecnológicos, militar y de investigación para hacer frente a la amenaza occidental.

La derrota y el papelote que hizo la representación gringa en la 44° Asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA), donde sus miembros mayoritariamente aprobaron la denuncia de



Venezuela y rechazaron las políticas injerencistas del coloso del norte contra la República Bolivariana de Venezuela y su revolución. La ridícula posición de la representante de Estados Unidos, causó pena ajena, cuando con su cara dura pretendió dar lesiones de democracia y derechos humanos al gobierno bolivariano, que es precisamente uno de los que en el mundo entero lleva la honrosa bandera de la defensa de esos principios. Estados Unidos de Norteamérica, es todo lo contrario, cuya única bandera es la del terrorismo planetario y para muestras un botón: Guantánamo, territorio vergonzosamente usurpado a la hermana república de Cuba y convertido en un depósito de seres humanos, encadenados, sin juicio y sin derecho a la defensa. Aunado eso están las matanzas de Afganistan, de Irak, de Libia y de tantas partes del mundo, donde mantienen a sus sicarios arrasando pueblos. Por si fuera poco en Vietnam, todavía el gas naranja, que utilizó contra ese pueblo en la guerra de los 60, sigue mostrando las bondades del humanismo gringo, con los niños deformes que continúan naciendo pese a los esfuerzos de la ciencia asiática por revertir los efectos de la fatídica sustancia utilizada en los bombardeos, durante la invasión yanki al sudeste asiático.
Pero la respuesta de la República Bolivariana de Venezuela, en la voz de su digno Canciller Elías Jaua, fue demoledora y la votación a favor de la revolución bolivariana fue aplastante. El terrorista planetaria salió como decimos acá: “Con el rabo entre las piernas”.
No bien asimilado ese gancho al mentón por parte de Venezuela, tuvo que aguantar el remate de Siria, cuyo pueblo ratificó a su presidente el doctor Bashard El Assad, con el 87.3 por ciento de los votos emitidos, en un proceso electoral, con tres candidatos y donde la participación ciudadana fue superior al 73 por ciento. Con esta movilización y ejemplo de democracia el pueblo Sirio, le dio una bofetada al gobierno de Obama, que pretende imponerle un gobierno de terroristas, a los cuales entrena y arma el imperio, para mantener el asedio criminal al gobierno constitucional, que democráticamente el pueblo se ha dado. En resumen los acontecimientos en la OEA y en Siria, representan dos bofetadas para el terrorista planetario.
Periodista*
CNP 2414 cd2620@gmail.com


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Cástor Díaz

Periodista CNP 2414

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