Se cayó en Barquisimeto Luis Chataing

Qué vaina contigo Luis Chataing, no te das cuenta que los hombres rectos ven por donde caminan sin dar un paso en falso y, como todo lo tuyo es un show te quedó a la medida de tu payasería que, no estaba incluida en el evento, pero de que te diste tremendo porrazo como una vaca vieja, así fue. ¡Uf qué susto!

Él sabe que el que jode al final termina bien jodido en compensación por bien o por mal por mal infundado y, como él se presta y cuadra de lo mejor en esos menesteres publicitarios con su vocecita de lactante habitual, pero aún así no es para reírse, porque esa vaina duele y más tirado en el suelo como una plasta barquisimetana de la liviandad que espera que la recojan.

Lo de Chataing en un teatro de Barquisimeto donde se presentaba a soltar su monólogo, le quedó después que se cayó como un espectáculo más en su vida de presentador de ofertas engañosas que se venden y se compran que él de serio no tiene nada ni encorbatado y, sino le quedó un chichón hermoso en su cabeza en el cuerpo un moretón en algún lado que más adelante lo sentirá como una molestia pasajera de malos aturdimientos que no es al primero que le pasa.

El animador que comenzaba a actuar en el momento del accidente fue allá a ganarse la paciencia y la aclamación del publico, además del dinerito por monologar sus ocurrencias que le salen en caliente y, que hacen reír a los fieros curiosos que pagan para mirarlo y oírlo y, distraerse con el suculento repertorio de fructíferos enredos pícaros como mamador de gallo que se ha ganado a través de los medios televisivos y radiales en su larga travesía de comunicador angustiante que pescó ese percance al instante de montarse en el escenario y, que dejó al público presente paralizado...

Así que después del susto cuando cayó fuera del escenario que, todavía debe tener metido en el cuerpo un corto emocional que sin querer puso la cagada que por poco estropea el momento de su euforia teatral frente su ardiente fanes a quienes hace titilar de risas copiosas que él le da como un refrescante consuelo que lo ilusiona como el hito de ser Luis Chataing, un cómico más de la especie vivaracha que vive del antichavismo con afrenta incluida.

La próxima vez, señor Chataing, fíjese bien donde pisa y, no pise en falso que puede matar a mucha gente de un frenesí con un beriberi emocional circunstancial y, eso te quedará feo y ordinario dentro de tu ordinarez como te esmeras en serlo. Camina y ve hacia adelante que la revolución sigue adelante y la estela que va dejando es abrumadora. Mira que una caída más en tu vida es signo de debilidad y, siempre del piso no pasarás y como buen monogolista te dejaste llevar del mal momento y sin coger tierra los enterraste allí mismo con su risa de paz.



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Esteban Rojas


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