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Eligio Damas da en el clavo

Eligio Damas coincide conmigo en un artículo que he denominado “La Stelling tergiversa la verdad para justificar el dialogo traición”, en donde critico a la socióloga investigadora de medios, quien para justificar el dialogo-pacto-traición,  menciona al filósofo Julián Marías Aguilera al decir que la causa de la guerra civil fue fue el odio, la lucha de clases, la lucha de izquierdas y derechas, como si el odio y la lucha de clases cae del cielo o “por obra y gracia del espíritu santo”, por supuesto, este artículo no ha sido publicado, por el reformismo y el culto a la personalidad que invade hasta “nuestros” medios alternativos y revolucionarios y de izquierda, etc., etc.

Maryclen Stelling, en su artículo publicado en varios medios (Yo lo reproduzco de “Aporrea.org”) titulado “Se Disparan las Alarmas”, en donde le hace apología al dialogo-pacto-traición de Maduro con un sector de la derecha, precisamente el sector menos decisivo de ella y oportunista, quien no cuenta con el aval del imperialismo, el cual respalda a los guarimberos; y para justificarlo, repito,  Maryclen invoca a Julián Marías Aguilera, quien por cierto Eligio Damas nos recuerda que también lo mencionó el Aveledo (“Genio” de la derecha, un tuerto entre ciegos) en el propio dialogo de Miraflores, el jueves 10 de abril, también para justificarlo y justificarse, aunque no quiero llegar tan lejos pues considero a la Stelling como una ideóloga de la burocracia chavista (Que no es lo mismo que socialismo o revolución y menos bolivarianismo), mas no como una doble agente, pero si el Aveledo nombró a Marías, entonces hay que poner a ese autor en tela de juicio, y veamos quien fue.

El tal Marías (1914-2005), vemos que, a pesar de haber sido un filósofo connotado y haber renunciado a dar clases en la España franquista cosa que lo llevó al exilio, al final de su vida “la puso”, ya que fue uno de los senadores nombrados a dedo por el Rey Juan Carlos para hacer la actual constitución española de corte neofranquista (1977-1979); con ello demostró que no fue un republicano a carta cabal, no fue un republicano digno; hoy, y a raíz de la desencarnación reciente de Adolfo Suarez, el primer presidente de la transición española y la descomposición socio-económica Hispánica, se ha destapado con más fuerza la farsa en que consistió la “transición” y el producto de ella, el actual régimen neofranquista, una gran lavadora de los crímenes del franquismo, un estado de “punto final” a Franco y su felonía histórica, precisamente la cabeza notable del odio y la violencia que conllevo a España a la guerra civil, cabeza notable, porque su autor fue el cristiano-capitalismo, enemigo del género humano.

La coincidencia de Eligio Damas conmigo, estriba, que en un artículo publicado en el día de hoy lunes 14 de abril por “Aporrea.org”, titulado “Maryclen Stelling, Aveledo y Julián Marías, el Caracazo disparó las alarmas.”; En donde precisamente hace la misma critica mía, en esencia, y le agrega que las alarmas no se prenden ahora sino que ya estaban prendidas desde el 27-F-89; critica mía a Maryclen Stelling, consistente en utilizar a un supuesto notable (De la Monarquía y el neo-franquismo), quien para congraciarse con el Rey y negar las verdaderas causas de la guerra civil española le echó la culpa a “los odios entre izquierda y derechas”, que estos odios siempre son consecuencias y no causas, la causa son las injusticias sociales y los promotores de estas injusticias las religiones, en el caso de occidente, el cristianismo sus variantes y derivados, y las plutocracias capitalistas.

 

 

 

 

 

ESTE ESCRITO DE ELIGIO DAMAS INSPIRO ESTAS LETRAS:

 

 

 

 

 

 

MARYCLEN STELLING, AVELEDO Y JULIÁN MARÍAS, EL CARACAZO DISPARÓ LAS ALARMAS

Eligio Damas

Aporrea-Lunes, 14/04/2014 07:42 AM

Creo que es Rubén Blades, el mismo cantautor y actor cinematográfico panameño, quien en estos días hizo bulla en Venezuela, por opinar sin el debido conocimiento y quizás, piensa uno, dejándose llevar por la versión deformada que los medios gringos ofrecen de nuestra realidad por esos lados, quien compuso una canción en la cual dice ¡Sorpresas te da la vida! ¡La vida te da sorpresas!

Es sorprendente, como Maryclen Stelling, en un artículo publicado por el diario “Ultimas Noticias”, el día viernes 11 de abril, el cual debió ser escrito como mínimo con 48 horas de anticipación, es decir, el miércoles 9, por las normas de los editores a sus articulistas, coincidió con lo citado por Ramón Guillermo Aveledo, la noche del jueves 10 en la reunión con el presidente Maduro. Creo que jamás se imaginaron que, en aquel perseguido por el franquismo, se encontrarían el “jefe” de la MUD y la conocida articulista.

Ambos personajes, la Stelling, socióloga, académica, cuyo enfoque sobre el acontecer venezolano suele estar cerca del proceso bolivariano y, Aveledo, un abogado, intransigente, tanto que hasta usó el béisbol para combatir a Chávez y vocero de la MUD, acudieron a Julián Marías, el escritor y filósofo republicano español, para justificar la necesidad del diálogo que pareciera iniciarse en Venezuela.

Julián Marías, por republicano, fue víctima del franquismo y pudo observar y sentir lo que describe y citan Stelling y Aveledo, desde perspectivas distintas. No obstante, el pensamiento de Marías, como el de nadie agota ese asunto que conmueve a Venezuela.

A la pregunta ¿Cómo fue posible llegar a la guerra?, Marías responde que la causa principal “no fue la discrepancia, ni el enfrentamiento, ni siquiera la lucha, sino la voluntad de no convivir; la consideración del otro como inaceptable, intolerable, insoportable”.

Más adelante la Stelling, como Aveledo, citando a Marías anotan que “todos los demás aspectos quedaron oscurecidos; lo único que importaba saber de un hombre, una mujer, un libro, una empresa, una propuesta era si es de derechas o de izquierdas”.

Con lo mencionado, citado por ambos, en circunstancias diferentes y fortuitamente, por esas ¡sorpresas que da la vida!, es suficiente para fundamentar lo que de seguidas vamos a opinar.

Esas respuestas de Marías al fenómeno profundo que fue la guerra civil española y y quienes a ellas acuden, encuentran como rasgos de la vida venezolana de ahora y cual anuncio fatídico de un posible enfrentamiento armado, que hay que parar con el diálogo, no son más que la descripción de un estado de ánimo creado por factores, estructurales y culturales, estrechamente imbricados, que Marías no menciona. Pues esas frases dolorosas, dramáticas, no son más que un diagnóstico de lo superficial o mejor externo que uno puede usar para lo que le convenga. No es casual que un hombre como Aveledo, de la derecha, con lo cual no lo estigmatizo, pero avezado y sagaz, haya usado las opiniones de Marías en el mismo contenido y circunstancias que las usó la Stelling. A los dos, desde posiciones distintas, les parecieron adecuadas aquellas frases, porque estas no tocan la esencia del asunto. Sólo se refirieron a rasgos externos a lo que brota y fue creado por otros factores y operadores. Pero no dejan de impactar y hasta estremecer. En ese espacio emocional, ajeno a la esencia del problema, que no hace mella sobre la piel de los factores esenciales, son posibles esas coincidencias. Pero son buenas para sensibilizar y también para ahogar un reclamo justo.

Como que todo estamos de acuerdo que es mejor dialogar que hacer la guerra y buscar acuerdos mínimos para seguir conviviendo.

¿De dónde surge esa “voluntad de no convivir; considerar al otro como inaceptable, insoportable”?

Este ánimo, actitud de los venezolanos divididos en bandos no es nuevo; como tampoco lo es el rechazo al otro, la destrucción del “semejante”, la condena al silencio y la invisibilidad. Cuando la izquierda soñó con asaltar al cielo, en la década del sesenta en adelante, fue víctima de la persecución y atrocidades y hasta de la negación de todo tipo de derecho, con la complicidad de una mayoría que guardó silencio, ganada por una matriz de opinión impuesta por los distintos medios. Contra ella y sus hombres se desató todo el odio acumulado. ¿Acaso no fue el odio lo que llevó a asesinar combatientes civiles por solo pintar una consigna en la pared, apresar a ciudadanos, torturarlos hasta verles morir y luego desaparecerlos?

¿Quién, sino la izquierda misma y sola se estremeció, lloró e hizo patente su reclamo cuando aparecieron flotando en las playas de Lecherías los restos de Alberto Lovera?

Llegó un instante de aparente paz y convivencia, mientras el pueblo parecía no tener quien reclamase en su nombre, con la voz que le es pertinente. Todos los beneficiados se sentían repantigados, felices y libres de toda amenaza a sus derechos a abusar, robar y hacer fáciles negocios a cambio de la deuda social que se acumulaba o arrumaba. En ellos no había un sentimiento de odio; al contrario, felices iban y venían mientras el pueblo sólo presenciaba desde lejos la fiesta.

¿Acaso el caracazo no fue un estallido provocado por la injusticia, contra un odio denso de aquellos que todo lo querían para ellos y el de decididos a no dejarse seguir avasallando?

Pero bastó que un caballero andante, salido de un libro de cuentos de hadas, abandonado en algún lugar olvidado, montase su caballo llanero, apretase una lanza con manos enérgicas, generosas, sin que le temblase el pulso, y apenas dijese y trabajase porque el pueblo participase de los beneficios de lo que le pertenece, para que se desatase la jauría y se pintase ese cuadro que describe Julián Marías. Porque la rabia es una respuesta del egoísmo a la generosidad de repartir con equilibrio; una rabia construida, elaborada e instalada en la cabeza de muchos que también son víctimas. Claro, es obvio, quien ataca con todo su armamento pesado no puede esperar le respondan a sombrerazos.

Sí, hay que dialogar para reconocernos como hermanos y el derecho de todos a ser alcanzados por la riqueza petrolera, beneficios del trabajo y no volver a la idea que sólo es para unos pocos, sobre todo para las grandes transnacionales, que promueven el odio y ponen todo su empeño porque los venezolanos nos veamos como enemigos por perder ellas sus privilegios.

Porque ese odio, esa “voluntad de no convivir”, ese considerar “al otro como inaceptable” que pareciera invadir a la mayoría, ha sido inoculado, incluso a quienes mucho tienen por ganar y reclamar, por aquellos que sobreponen su egoísmo e ilimitado deseo de acumular.

 

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EL ARTICULO MMIO MENCIONADO

 

 

 

LA STELLING TERGIVERSA LA VERDAD PARA JUSTIFICAR EL DIALOGO TRAICION

Una de las “genios” mediática de la burocracia chavista (Que no es lo mismo que socialismo ni revolución y menos bolivarianismo), Maryclen Stelling, ha sacado un artículo titulado “Se Disparan Las Alarmas”, el cual está inscrito dentro de la estrategia de la traición chavista-madurista, de utilizar las guarimbas, que forman parte de la agresión imperialista en contra del país para recolonizarlo y recuperar el petróleo, además de dar un castigo ejemplarizante a Venezuela, para que el resto de Nuestramérica se “enculille” y no quiera saber nada de revolución, utilizar esta agresión de la única superpotencia global, para justificar un pacto de socialdemocracia tardía con la derecha, que sería una recomposición del pacto de punto fijo, en vez de “desechar las ilusiones y prepararse para la guerra”, declarar la emergencia nacional, convocar a la guerra de todo el pueblo, romper relaciones con Colombia y acusarla internacionalmente de ser puente de agresión imperial y profundizar la revolución socialista y antiimperialista, única forma de llegar al feliz puerto de la comuna.

La Stelling, en su artículo mencionado, y aquí criticado, para justificar el dialogo-pacto-traición de la burocracia, tergiversa la realidad Española antes de la guerra civil en 1936, y prácticamente acoge el discurso Fascista Franquista de poner al mismo nivel de culpabilidad a la II República, legal y legítima y poder constituido y la ambición y el arrebato a lo Jalisco de la ultraderecha cristiana católica fundamentalista  de Madrid y el nazismo hitleriano y el fascismo italiano quienes colaboraron en armas, combatientes y financieramente con el dictador Franco, que estrenaron sus panzers y aviación de guerra relámpago genocida en suelo hispano, ante la indiferencia de los capitalistas “liberales”, quienes miraron hacia otro lado (Inglaterra, Francia y USA) y la burocracia Stalinista que se limitó a una solidaridad declarativa y a mandar combatientes internacionalistas voluntarios desarmados, en cambio Hitler y Mussoline, mandaba armas sofisticadas, oficiales veteranos súper armados que a su vez armaban y entrenaban a los franquistas, todo esto fue la realidad de la caída de la II República Española, y Maryclen Stelling con fines de justificar el dialogo-pacto-traición de Maduro, pretende poner al mismo nivel de culpabilidad a republicanos y franquistas y a un mero problema “ideológico” entre derechas e izquierdas.

Es lamentable como el chavismo-madurismo ha venido entregando, traicionando el espíritu del 27-F-1989 y a la constitución bolivariana y al ideal bolivariano revolucionario, por una socialdemocracia, tardía sin referente e inexistente, ya que el neoliberalismo asesinó al estado de bienestar capitalista y este desapareció, para consumar esa traición requiere de un pacto con la derecha, pacto de supuesta paz, pero ese pacto no va y ya CNN en Español, la cadena que conforma el gran hermano del imperialismo yanqui, se lo dijo a Julio Borges, que ese dialogo era con “un sector de la oposición” y ellos eran afines del sector que no estaba en el pacto, es decir, con los que están en la guarimba. Esa derecha que ha entrado en pacto con Maduro, tiene muy poco futuro y sus días están contados, al igual que el supuesto dialogo de paz, impulsado por Maduro, para que querer distraer la claudicación al socialismo, no digo a Hugo Chávez, porque el mismo Comandante ya venía transitando esta conducta entreguista, precisamente el nombramiento de Maduro como su sucesor obedece a la continuidad de esta entrega-traición.

La crítica a este pacto no es precisamente por razones ideológicas, por razones de izquierdas o derechas, nada que ver, este pacto tiene sus expresiones bien concreta en el seno y en la vida cotidiana del pueblo, la primera manifestación será el alto costo de la vida inalcanzable cada día para el venezolano común. Ese pacto obliga al gobierno a transigir con los empresarios en a la fijación de precios a su real saber y entender, si la SUNDDE con guerra económica y con “dialogo de paz”, no funcionaba no servía para nada, ahora menos va a servir o funcionar; el aumento del pasaje público, la privatización de la electricidad y el agua y el aumento de sus tarifas, el desmantelamiento de los pocos programas sociales que sobreviven, a no s r que sean de propaganda, una administración de justicia cada día menos justa y cada día más tarifada así como la inseguridad se decuplicará y prácticamente se consolidará una chorocracia, integrada por sindicaleros, burócratas y derechistas paracos, quienes impondrán su ley.

 

Francisco Xavier

 

 

 

 

ESTE ARTICULO QUE REPRODUZCO A CONTINUACION SIRVIO DE FUENTE DE INSPIRACION

 

 

 

 

 

 

 

SE DISPARAN LAS ALARMAS

Maryclen Stelling

Aporrea-Sábado, 12/04/2014 01:24 PM

Retomamos el tema de la violencia y, en esta oportunidad, recordamos a Julián Marías (Ser español. Ideas y creencias en el mundo hispánico), quien dramáticamente, se pregunta ¿Cómo fue posible llegar a la guerra? Y su respuesta calza perfectamente con la situación de Venezuela. La causa principal no fue “la discrepancia, ni el enfrentamiento, ni siquiera la lucha, sino la voluntad de no convivir, la consideración del “otro” como inaceptable, intolerable, insoportable”. Destaca además que se propició “el ingreso sucesivo de porciones del cuerpo social en lo que se podría llamar oposición automática”

En un país de dos medias verdades es oportuno recordar a Roland Barthes (Fragmentos de un discurso amoroso), cuando afirma que la sensación de poseer la verdad produce una curiosa inversión: “lo que el mundo tiene por “objetivo” yo lo tengo por artificial y lo que tiene por locura, ilusión, error, yo lo tengo por verdad.”

En su análisis sobre la guerra civil española, Marías destaca que la primacía de lo político logró que “todos los demás aspectos quedaran oscurecidos: lo único que importaba saber de un hombre, una mujer, un libro, una empresa, una propuesta era si es “de derechas” o de “izquierdas” y la reacción era automática”. Así, “la política eclipsó toda otra consideración”. Se disparan las alarmas cuando analizamos el escenario actual venezolano y la peligrosa politización de nuestra cotidianidad. Incuestionable la politización de la vida y la muerte, la politización de la violencia y hasta de la paz, la politización de la verdad y del derecho a la información.

Destaca Marías cuatro alarmantes condiciones previas a la guerra civil y que reconocemos en el contexto venezolano. Una sociedad partida en dos bandos, caracterizada por la “voluntad de no convivir y la formación de “grupos que ingresaban en la categoría de mutuamente irreconciliables”. El asociar al “otro” con la fuerza del mal. La subestimación del adversario, de su fuerza y de su eficiencia, el no tomarlo en cuenta y no considerarlo un peligro real y menos aún, un adversario eficaz. Y, finalmente, el convencimiento de que el adversario, en tanto fuerza del mal, es necesario eliminarlo política o físicamente, si fuere necesario. ¿Nos hemos convertido en nuestros propios demonios? ¿Es inevitable el futuro que se avizora?

De allí la importancia del diálogo, la paz y la mediación de Unasur.

 

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ALGO SOBRE LA TRANSICION ESPAÑOLA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ADOLFO SUAREZ, EL ALIEN DE LA MARCA ESPAÑA

Kaos en la Red-Rafael Cid

Miércoles, 09 de Abril de 2014 21:40

La transición española se basó en la mentira, la impostura y el culto a la personalidad, y a todo eso como guinda lo llamaron consenso.

La mentira consistió en negar la criminalidad innata del franquismo; la impostura fue proclamar como democracia lo que solo era la autoamnistía de la dictadura y el culto a la personalidad se perpetró con un liderazgo político coronado por un Jefe de Estado designado por el tirano que murió en la cama y un presidente de gobierno que había sido el último capo del Movimiento, el partido único del más longevo régimen fascista que ha sufrido Europa.

Para comprender lo sucedido en España durante estos 37 años de Monarquía del 18 de Julio es preciso aparcar algunos clichés sobre los guardagujas del fascismo realmente existente en esos años. Pero el principal de todos es esa rancia foto fija que describe a los machacas de aquel estercolero como unos tipos tétricos, de ridículo bigotillo y calavera en ristre. Esos personajes existieron, pero algunos de los que protagonizaron el “atado y bien atado” con que nos han trasteado hasta este siglo XXI eran de otra ganadería. Gentes disipadas, como Juan Carlos y Adolfo Suarez, encantadores de serpientes ambos, dos cachondos mentales de aquella manera, capaces de surfear desde la brutalidad de los fusilamientos del 75 al pódium de salvadores de la patria sin descomponer la estampa. El motor del cambio y su seguro muñidor. Dos advenedizos de tomo y lomo, yunque o martillo según proceda.

Esa insondable desfachatez dual, sórdidos maquiavelos de vía estrecha, es lo que refleja la figura estelar de Adolfo Suarez. El “chusquero de la política”, “el tahúr del Misisipi”, al que ahora se embalsama con honores de Estado mientras buena parte del coro parlamentario, a diestra y siniestra, desde el PP al PSOE pasando por IU-PCE, le dedica ditirambos, y el pueblo menguante de “que hay de lo mío” oficia de lamentable plañidera. Suarez, el alien franquista que junto al Rey hizo de la traición una obra de arte, convertido en símbolo de una forma de entender la política que se pretende representativa de altos ideales democráticos. Sobre esa patética simulación se acuñó la Marca España. ¡Vivan las caenas!

Los datos biográficos, que solo expresan la trayectoria de un intrépido burócrata del régimen, son estos. Nace en Cebreros (Ávila) el 25 de septiembre de 1932. Estudia Derecho, carrera que termina a trancas y barrancas. Fracasa en su intento de ingresar como jurídico militar titular y opta por la plaza más cómoda de letrado auxiliar en el Instituto Social de la Marina. Comienza su peripecia política al fichar como secretario particular del entonces gobernador civil de Ávila, el opusdeista anfibio Fernando Herrero Tejedor, que se convertirá en su protector. Con ese aval trastea en las lides del Movimiento, tinglado credo por el Caudillo para aglutinar a todas las familias ideológicas del Alzamiento que estaban a la greña. A partir de ahí, el indocumentado servidor público que reconociera a sus más íntimos que “nunca había leído un libro completo”, ya no se bajara del coche oficial ni prescindirá de la camisa azul (terno blanco para las solemnidades) de los jerarcas de aquella roñosa “cosa nostra”. Será gobernador civil de Segovia, procurador en Cortes franquistas por representación familiar en 1967 y, en el ocaso del franquismo, director general de RTVE, el órgano de agitación y propaganda del régimen. Allí precederá a otro mercenario del sistema, el periodista Juan Luis Cebrián, que controlaba el negociado clave para la “operación transición” de director de los servicios informativos de Prado del Rey durante el gobierno de Arias Navarro, “carnicerito de Málaga”.

Meses antes de la muerte de Franco, el 24 de marzo de 1975, Suarez toma posesión como vicesecretario general del Movimiento aprovechando para significarse como uno de sus leales servidores pronunciando estas palabras: “mi adhesión a Franco y a su obra es inquebrantable”. Desaparecido el dictador por declinación natural, y mientras los dirigentes de la oposición cavilan su provenir, Suarez toma posiciones alentando una formación patriótica, bajo el nombre de Unión del Pueblo Español (UPE), con los desechos de tienta del tardofranquismo. Le sale el tiro por la culata, pero cuando parece que su suerte le abandona, la figura providencial de otro pata negra del franquismo, Torcuato Fernando Miranda, le salva del ostracismo- Torcuato confía a Suarez la lampedusiana misión de hacer del Movimiento (continuo) la piedra filosofal de la nueva democracia. Nacía la UCD (Unión de Centro Democrático), partido con el que Suarez se reinventaría políticamente. Bajo su palio se convertiría en el primer presidente de un “régimen de libertades”, con una Constitución que consagraba al Rey designado por el dedazo de Franco como jefe del Estado y de las Fuerzas Armadas. Un castizo Juan Carlos de Borbón que al igual que Adolfo Suarez venía de proclamar su fidelidad al Caudillo en aquel mensaje a las Cortes, donde juró “cumplir y hacer cumplir las Leyes Fundamentales del Reino y guardar lealtad a los principios que informan el Movimiento Nacional”.

Con ese bagaje de manipulación y doblez, el alien de la Marca España, el ambicioso zascandil político que había hecho de la mentira, el cambio de chaqueta y la treta su credo existencial, irónicamente, pasó a representar a la España democrática con la divisa “puedo prometer y prometo”. Y como no podía ser de otra forma, el riesgo moral que todo el país asumió con semejante latrocinio se convertiría en una losa para la prosperidad de la nación. Ello, pasando de una feroz dictadura de casi 40 años a una democracia vigilada por los mismos personajes que habían sido los mayores colaboradores a tiempo completo del genocida franquismo. El “chusquero de la política” y el Rey legado por el dictador lograron que los tribunos de la izquierda (PSOE y PCE) aceptaran la transición renunciando a la República y a la exigencia de responsabilidades políticas por los crímenes cometidos. España iniciaba así la senda de la democracia sobre la base de la amnesia y un extraño consenso por el cual las víctimas perdonaban a sus verdugos para que siguieran mandándoles.

Una vida entregada a la bulimia del poder sacrificando la conciencia moral, necesariamente debía pasarle factura cuando la política le expulsó del podio sin que Suarez hubiera amortizado la ambición. El mazazo de la enfermedad, como en una tragedia griega, vino en forma de casos mental. Un alzheimer se apoderó de él en plena madurez, olvidando todo lo que había sido y quiénes fueron sus escasos leales y cuáles sus muchos enemigos. Esa sonrisa permanente que sus allegados recuerdan como seña de identidad durante los doce años de su larga enfermedad, seguramente debe atribuirse al plácido retorno memorial a aquellos felices años de adolescencia y juventud donde el intrigante joven de Cebreros brillaba como gran seductor, el más ligón, el auténtico rey del mus y la farándula.

Suarez desapareció físicamente con los idus de marzo. Pero antes le devoraron los cuervos que él había auspiciado. Primero le hicieron duque, y luego le remataron a traición con una fotografía para la historia de la infamia. De espaldas, como quien conduce a alguien hacia su extremaunción, el rey Juan Carlos, su matarife político, ordenó inmortalizar la imagen de un afecto mentido por los hechos pasados. El consenso libraba su última batalla pírrica en plena crisis del austericidio canibalizando al Suarez defenestrado por el ruin Monarca. Según recientes y concluyentes revelaciones de ultratumba a la periodista Pilar Urbano, el “tahúr del Misisipi” se había negado a rendir su cargo al gobierno de “unidad nacional”, integrado por todos los ases de la baraja partidista, que se escondía detrás del golpe de Estado del 23-F, el mal llamado “tejerazo”.

 

(Nota: Este artículo se ha publicado en la web memorialibertaria.org de Valladolid)

 

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¿DEMOCRACIA ESPAÑOLA? EL CONGRESO DE MADRID NIEGA AL PUEBLO CATALÁN EL DERECHO A DECIDIR

Kaos. Països Catalans

Miércoles, 09 de Abril de 2014 01:54.

El Congreso ha rechazado (299 en contra, 47 a favor y una abstención) la proposición del Parlament para traspasar a la Generalitat la competencia de convocar un referéndum. 

GARA

Siete largas horas de debate no modificaron las posiciones previas y el rodillo de PP y PSOE dio portazo a la reclamación mayoritaria del Parlament catalán para celebrar la consulta convocada para el próximo 9 de noviembre. Concretamente, fueron 299 diputados quienes votaron «no» a la propuesta defendida por los representantes catalanes, mientras que 47 electos de CiU, Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), PNV, Amaiur, ERC, BNG, Nueva Canarias, Compromís-Equo y Geroa Bai avalaron el plan, con la única abstención de Coalición Canaria. El resumen: frente a la reivindicación democrática avalada por la mayoría catalana, las formaciones que sustentan el bipartidismo español contrapusieron una ley que solo está en sus manos modificar. Una vez acabado el debate y oficializada la negativa a la consulta, el president, Artur Mas, ofreció una breve valoración desde el Palau de la Generalitat, en la que calificó la votación de «dolorosa, prevista y no deseada», pero manteniéndose en la línea de los últimos días, aseguró que «el proceso sigue, la voluntad del pueblo de Catalunya no la puede anular una votación en el Congreso».

Los primeros en romper el hielo fueron los tres delegados designados por el Parlament. Los tres, con sus matices, hicieron gala de la unidad de los partidos soberanistas en torno al derecho a decidir, centrando sus discursos en el derecho democrático a votar y recordando que, si están donde están, es en buena parte por la decapitación del Estatut que en su día inició el mismo Congreso y culminó el Tribunal Constitucional. También coincidieron en garantizar que la negativa de ayer no frenará el proceso catalán.

«Voluntad política»

El primero en subir al estrado fue el presidente del grupo parlamentario de CiU en el Parlament, Jordi Turull, que empezado por recordar que «consultar a los catalanes es legal y posible» y que depende de «la voluntad política». Turull extendió la mano para «buscar un acuerdo para hacer la consulta» y «mejorar los errores del Estado con Catalunya». Pero advirtió: «Si no quieren, no desistiremos, tomaremos otras vías para que el pueblo vote».

Acto seguido llegó el turno de la secretaria general de ERC, Marta Rovira, que apeló a la emoción, señalando que «la mejor manera de trabajar para nuestros hijos es votar para construir un estado que sea útil a las personas» y asegurando que el país se les «derrite en las manos» por los pocos instrumentos y recursos que tienen para ayudar a los ciudadanos. Rovira también se mostró tajante a la hora recomendar al PP y al PSOE que aprovechen «la oportunidad de pasar a color una fotografía que muchos de nosotros todavía vivimos en blanco y negro: la foto de la democracia española».

El último de los delegados catalanes en subir al estrado fue el coordinador general de ICV-EUiA, Joan Herrera, contundente, al asegurar que «los catalanes no pueden considerar la Constitución como propia». Recordó que lo único que se planteó ayer fue «un referéndum no vinculante», pero ante el «autoritarismo» de la respuesta española, advirtió: «Quien rompe España es quien no reconoce el derecho a decidir».

Normas e «historia común»

Ante choque de mayorías entre el Congreso español y el Parlament catalán, los primeros se aferraron a la normativa. En ello coincidieron el presidente, Mariano Rajoy y el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, empeñados en ubicar la Constitución como dique. Ambos entrelazaron argumentos ya utilizados en sesiones anteriores e incluso Rubalcaba llegó a ganarse algún aplauso de la bancada del PP. Quizás la única divergencia entre ambos líderes, que por una jornada abandonaron los reproches, fue la propuesta para reformar del texto constitucional. Los dos la mencionaron aunque con distinto sentido. Mientras que el jefe del Ejecutivo lo planteaba como desafío, consciente de que la mayoría de PP y PSOE siempre podría poner freno a propuestas que abriesen el camino a la autodeterminación, Rubalcaba fijaba su planteamiento federalista como principio y fin de un plan sin recorrido. En el resto, ambos compitieron por lanzar el «no» más sonoro aunque matizado con algún guiño a un diálogo sin concreción.

«No es posible atender a lo que nos solicita el Parlament de Catalunya porque no lo permite la Constitución», arrancó el presidente español, que primero abordó el argumentario jurídico, insistiendo no tener «potestad» para ceder la autorización de celebrar la consulta. Claro, que el debate no era ese. Así que rápidamente se enmendó para remarcar que «tampoco está permitido autorizar un referéndum cuyo propósito sea contrario a la Constitución». «Ni la competencia que demandan es transferible, ni el propósito es conforme a ley», afirmó.

Una de sus líneas de intervención fue contrarrestar la idea de respeto a las mayorías. «Algunas cosas no cambian con manifestaciones ni con plebiscitos. Se redactó la Constitución de manera que no fuera posible», insistió, haciendo referencia a que «ni uno ni 500 cafés» con Artur Mas cambiaría la situación. Después de los habituales argumentos historicistas y hasta de «sangre», Rajoy atacó la idea de reivindicación democrática. «Votar es democrático. La democracia no se entiende sin las urnas. Pero no bastan las urnas para que un acto sea democrático, falta el respeto a la ley», insistió.

El argumento «socialista»

Rubalcaba no le fue a la zaga y tiró de tópico con argumentos como «soy socialista, no nacionalista» o aquel que enarbola una Europa «sin fronteras». «No cabe preguntar a unos cuantos lo que afecta a todos», enfatizó también, para luego hacer mención al cambio constitucional, pero siempre bajo la premisa de que llegue hasta el federalismo que el PSOE defiende.

Pese a que el número de voces que defendía la consulta fue mayor, se impuso el rodillo. El resumen de la contradicción lo dio Josep Antoni Duran i Lleida, cuando recordó aquel antiguo razonamiento, reiterado en la Cámara, que decía que «sin violencia todo es posible».

 

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Francisco Sierra Corrales


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