Socialismo vs revolución burguesa (IV)

Aunque el “socialismo real” no llegó a incrementar sus fuerzas productivas en magnitud suficiente como para substituir al sistema capitalista, no fue ésta la única causa que llevó a su derrumbe y desaparición, ni tampoco la afirmación significa que estos países, muy atrasados en el momento del triunfo revolucionario socialista, no hicieran importantes avances en la dirección de mejorar su producción y satisfacer necesidades vitales de sus habitantes.

El socialismo permitió de hecho un crecimiento importante de las fuerzas productivas en países como la Unión Soviética, la República Democrática Alemana y Checoslovaquia, y elevó considerablemente la calidad de vida de todos sus pueblos, quienes saltaron del atraso medieval a la época contemporánea. Ese crecimiento llegó, en algunas áreas, a ser superior al logrado por los países desarrollados, incluido Estados Unidos. En áreas como la química, la producción de combustibles, la aeronáutica, la energía atómica, la industria militar, la agro producción de cereales, el mundo socialista aventajó en forma importante al capitalismo mundial.

Ese importante crecimiento de las fuerzas productivas socialistas les determinó ventajas en muchos rubros a estos países. Recordemos en la Unión Soviética la puesta en órbita del primer satélite artificial, del primer animal en el espacio y del primer astronauta alrededor de la tierra. La construcción de la primera base espacial utilizada por humanos durante meses, la fabricación de la bomba atómica más grande hasta ahora detonada, la numerosa flota de submarinos nucleares en mares y océanos, la producción petrolera, el primer país productor de trigo y la gigantesca ayuda internacional solidaria prestada a numerosos países atrasados.

Sin embargo, en áreas productivas y de servicios como la industria automotriz, de la construcción, farmacéutica, textil, del calzado, de productos de limpieza, entre otras, no alcanzaron el desarrollo de occidente por lo que, además de no desplazarlo económicamente, tampoco pudieron satisfacer necesidades básicas de sus pueblos, como la de vivienda, ni de confort de la gente pues, si bien no es un objetivo del socialismo mantener el consumo compulsivo, sí lo es lograr mejorar la calidad de vida de sus pueblos por encima de la sola satisfacción de sus necesidades básicas.



Últimas Noticias, pp 55, 14-12-2005, Caracas.


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Luis Fuenmayor Toro

Médico-Cirujano, Ph. D., Ex-rector y Profesor Titular de la UCV, Investigador en Neuroquímica, Neurofisiología, Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología. Luchador político.

 lft3003@yahoo.com      @LFuenmayorToro

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