En la soledad de mi celda soy más torpe

Leopoldo López es definitivamente un político de ideas cortas. La entrevista escrita tipo cuestionario que le publica El Nacional a mediados de marzo revela la orfandad ideológica de este señor. Además del pregón de su inocencia dice estudiar la historia y la literatura en la cárcel, y que Rómulo Betancourt le inspira en su lucha por la salida del Presidente Nicolás Maduro. Hasta ahí pueden aceptarse los ditirambos mentales en quien tiene limitaciones intelectuales obvias y que deja para el terreno de sus pasiones más insulsas las motivaciones políticas básicas. Sin embargo, la nada ingenua percepción del presente la agrava cuando compara el gobierno actual con el período comprendido entre 1952 y 1958 del perezjimenismo señalando que la actuación del “régimen” es idéntica. Una sólo pregunta le haría yo para desbancarle tamaña brutalidad. ¿Dónde está el Pedro Estrada con su Seguridad Nacional a mandobles para desaparecer compatriotas para siempre? No la existe. Venezuela tiene un estado de derecho envidiable en el mundo y si existiera una Seguridad Nacional en lugar del Ministerio Público, el señor Leopoldo “Boves” López ya estaría lanzado desde un helicóptero en los zanjones de Cachipo o ahogado en la mar océano del litoral venezolano.

Carlos Ortega y Juan Fernández fueron enfáticos en exprimir hasta el cansancio la noción de “régimen” como sustituto del legal cognomento de gobierno  o  Ejecutivo nacional. Suprimieron toda terminología democrática para equipar las de dictadura y régimen en función del paro petrolero y del golpe de estado en ciernes. Leopoldo “Boves” López es un pobre lorito cotorro que hurga en la “historia” venezolana una artillería idiomática, social y literaria que le permita salir de Ramo Verde no sólo con afán glorioso de héroe revivo presidenciable, sino el gran intelectual al estilo Rafael Caldera y Rómulo Betancourt capaz de desmoronar intelectualmente ese lector de libros y recurrente revisor de la historia independentista de Venezuela y América llamado hoy el Gigante Eterno, el Comandante Eterno, el Hugo Chávez Frías hijo de doña Elena y don Hugo de los Reyes, el arañero de Sabanetas de Barinas, una “brizna de paja en el viento”. Además, hermano de Adán, amigo de Fidel, lector de Martí, Bolívar, e István Meszáros.

En lo económico se dice estar revisando la historia del petróleo venezolano como fuente de sostenimiento de nuestra sociedad en tanto materia prima indispensable para mover la economía nacional. ¿Qué revisará en concreto? ¿Las empresas que tenía Juan Fernández para vender petróleo propio, suyo, no de la nación, como quien vende frijoles, yuca, topochos, jojotos o batatas de su conuco aunque nunca cultivó la tierra? Ese estudio en particular le debe arrojar sentenciosamente una gran realidad: Los beneficios directos, inobjetables, concretos y de orden material que PDVSA ha ofrecido al país en materia de infraestructura (2do. y 3er. puentes sobre el río Orinoco, por decir lo menos), en servicios públicos (metros de Caracas, Los Teques, Valencia y Maracaibo además de la construcción de la red de ferrocarriles, por señalar sólo una muestra) y el menú de beneficios percibidos por los connacionales más pobres e históricamente excluidos a través de todas las Misiones Sociales (Barrio Adentro, Ribas, Sucre, Vivienda, Identidad, Alimentación, Milagros, Robinsón, Revolución Energética, Árbol, etc), con el corolario humano del incremento de las pensiones a la tercera edad en un rango humanista sin precedentes en el país.

Otro aspecto que deviene del uso racional y endógeno de los recursos de la renta petrolera es visible en la modernización y verdadera independencia tecnológica de nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Se ha hecho una inversión notable para modernizar los equipos militares obsoletos heredados de los gobiernos de Carlos Andrés Pérez, Luis Herrera Campíns y el alcohólico Dr. Jaime Lusinchi, con fragatas españolas, aeronaves rusas, bielorusas y chinas, equipos de comunicaciones iraníes, entre otros.  PDVSA también financia la puesta en órbita de nuestros Satélites Simón Bolívar y Miranda para uso civiles y de telecomunicaciones. PDVSA fortalece la operatividad de las 126 empresas estadales que mediante acuerdos, tratados y convenios multinacionales nos permiten iniciar el desarrollo autosustentable nacional para convertirnos en potencia industrial en el mediano plazo, mediante transferencia tecnológica directa. Los tractores Pauny argentinos que fabricamos en Calabozo y los de Vinirán en los estados Bolívar y Barinas, las empresas Venirauto y Tiuna, las empresas de equipos de computación Venezolana de Industrias Tecnológicas e Industrias Canaima para laptops escolares y las fábricas de teléfonos móviles Vtelca y Orinoquia, entre otras, son expresión concreta que Leopoldo “Boves” López debe apuntar en sus sesudas revisiones del uso de la renta petrolera.

Interés aparte—que no curiosidad— me suscita el estudio del preso político número uno del régimen de Maduro cuando señala que estudia “Literatura”. ¿Qué libros de poesía, narrativa y ensayo puede estar leyendo tan disciplinadamente Leopoldo “Boves” López en Ramo Verde? ¿Acaso las leyendas de Alberto Arvelo Torrealba? ¿La poesía con sabor al habla campesina de los andes de Ramón Palomares o en su lugar esa poesía del litoral desabrida y postiza de Rafael Arráiz Lucca? ¿Leerá al poeta oriental inventor del muy sensible y nada ingenuo somari, el poeta Gustavo Pereira o se le leerá a Rafael Cadenas, perdido entre sus cuadernos del destierro y unos baobabs que no termina de conseguir en las pampas de Venezuela? ¿Leerá cantos eremuts (Taká pö/ Miarö a dak esaratö daí/ Ö topé?/ ¿Ö tok-tën?/ Pork-pe ya-yukusakmán) y poemas wayuus (“Sukápula ta´in”: jalairu tamuin sukápula ta´in/ tuu tamaaka weinshi pumuin/ piret wané ka´ í anashana main/ maimet wayuu antet alijuna/ tachulet sip pimaatachon, poema del padre de mi querida Atala Uriana Pocaterra, el poeta mayor José Antonio Uriana? ¿Leerá décimas o versos libres? ¿Leerá a Rubén Darío o a Garcilaso? ¿Le habrán llevado libros de la Feria Internacional del Libro, de la Editorial El Perro y la Rana, de Monte Ávila Editores, Fundarte o la Biblioteca Ayacucho, publicados durante este siglo XXI o se leerá a Gallegos, a Huidobro, Vallejos, Faulkner, Cervantes, Shakespeare, Homero, Aristóteles? Caramba, hasta aquí me trajo el río. Por más que me imagino la biblioteca carcelaria de tan notable perseguido político del régimen no lo vislumbro más que con la Constitución Nacional repasando una y otra vez el artículo 350 que es el único que se leen los escuálidos guarimberos pitiyanquis hijos de papá y mamá. 

Es noticia populis que nuestro Comandante Eterno leyó de economía, de política, de historia y literatura universal cuando pasó dos años  presos en la cárcel de Yare, entre 1992 y 1994. Sin embargo, la analogía mal vendida por El Nacional entre el sufrido preso político del régimen de Maduro en Ramo Verde, Leopoldo “Boves” López y Hugo Chávez, es de facto, una vaina loca de bola, aunque la hagan en función de la supuesta preparación psíco-física del próximo Presidente de Venezuela. A mi esto me parece un chiste para bobos. Ni siquiera un chiste de esos tan malos que no hacen reír, sino peor, de los que dan ganas de llorar, pero por sentir pena ajena. No puedo decir más porque ahora sí que estoy atareado entre presuposiciones y adivinanzas por algo que me ronda en la cabeza: ¿Qué literatura está leyendo hoy Leopoldo “Boves” López en Ramo Verde? ¿Quién puede ser el próximo Ministro de la Cultura de tan eminente y culto presidenciable? Por favor Earle, ayúdame. Por favor Eleazar Díaz Rangel, ayúdame. José Vicente, Roberto Malaver, Néstor Francia, Roberto Hernández Montoya, William Osuna, Miguel Márquez, Humberto Mata, Cósimo,  Luis Britto, no me dejen sólo en esta tarea de literatura invisible tan pragmática, tan sesuda. ¿O prefieren que nos riamos juntos sin añadir palabra?

Posdata: Señor Leopoldo “Boves” López, le sugiero que compre por internet mi libro virtual publicado por Dictus Publishing titulado “La democracia bolivariana revolucionaria de Hugo Chávez”, que le cuesta 19.80 euros, del cual le voy a enunciar los cinco capítulos que escribí en tan sólo 60 páginas: Capítulo I: El fenómeno de una nueva ideología política en Venezuela: Capítulo II: El pueblo como nuevo eje del poder político; Capítulo III: El poder  cívico-militar en la revolución socialista; Capítulo IV: Algunas claves para la comprensión del modelo político chavista y Capítulo V: El liderazgo de Hugo Chávez más allá de las lágrimas. Esta obra personal, lo digo muy humildemente, le va ayudar en esos temas tan centrales que usted está revisando porque yo también los he revisado, primero como parte de mi tesis de doctorado “Poética y somari de Gustavo Pereira (España, 2011) y por una redonda convicción ideológica que me ata a la izquierda universal y a nuestro proyecto socialista robinsoniano-bolivariano-chavista. Ahora sí, punto y aparte.

 

 



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José Pérez

Profesor Universitario. Investigador, poeta y narrador. Licenciado en Letras. Doctor en Filología Hispánica. Columnista de opinión y articulista de prensa desde 1983. Autor de los libros Cosmovisión del somari, Pájaro de mar por tiera, Como ojo de pez, En canto de Guanipa, Páginas de abordo, Fombona rugido de tigre, entre otros. Galardonado en 14 certámenes literarios.

 elpoetajotape@gmail.com

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