Conferencia nacional de paz y revolución bolivariana

Desde el 12 de febrero en que se sucedieron los violentos hechos en la ciudad de San Cristobal, ejecutados por rabiosos grupos neo nazis, Venezuela vive una coyuntura muy compleja. Se trata de nuevos contextos en los que se acumulan aciertos, errores, fracasos, dramas y tragedias, con la experiencia revolucionaria. 
 
Son acontecimientos que constituyen las verdades que acontecen en esta etapa de la historia, que están entrando a formar parte de la memoria del ser, son verdades existenciales que constituyen el ser, como dice Badiou. Estos sucesos y eventos dramáticos nos muestran que la "revolución" no ha concluido, esta en curso, sigue siendo una tarea pendiente en todos los ámbitos de la sociedad. Por eso para nosotros, lo imperativo es continuar las luchas emancipatorias y de liberación del pueblo venezolano, del proletariado, de las mujeres, las subjetividades diversas; continuar la lucha contra el imperialismo, reconociendo las transformaciones experimentadas por el sistema capitalista, en su actual recuperación después del estallido financiero del 2008, las transformaciones del modo de producción capitalista, la economía-mundo capitalista, el sistema-mundo capitalista. No quedarse con la imagen del capitalismo inicial del siglo XX. La lucha contra el capitalismo es también contra toda prolongación del modo de producción capitalista, que se ha dado en forma de capitalismo de Estado, en su versión nacionalista o en su versión del denominado socialismo burocrático. La lucha contra el capitalismo es también una lucha contra la ilusión desarrollista; ilusión que valida y legitima el modelo extractivista, el modelo rentista petrolero, del capitalismo dependiente, corruptor, destructor ecológico por excelencia.
 
Todos los acontecimientos acumulados y los que llegarán, son los que configuran el espacio-tiempo de la formación social venezolana; tienen que ser asumidos como verdades, en el sentido de Badiou, que efectúan pliegues en el ser, en la memoria y la intelegibilidad del ser. 
 
Requerimos de un análisis histórico y político de la coyuntura y del período, así como del contexto de la formación social venezolana en el momento presente. 
 
La continuidad de la revolución bolivariana, de sus conquistas populares y soberanas está sometida a duras pruebas y requiere de mucha audacia en el actual liderazgo. Los principales dirigentes del Estado, empezando por el Presidente Nicolas Maduro, deben mostrar mucha apertura, flexibilidad e inteligencia para sortear cada obstáculo, cada provocación de la ultraderecha neo nazi. De nada sirve el dogmatismo y la intransigencia política infantil.
 
En ese sentido, la convocatoria a una Conferencia nacional de paz (1) a la que concurran muchos sectores de la vida pública es una acción sensata y oportuna.
 
Para el próximo miércoles se ha citado una cumbre de aquellos factores que discrepan de los métodos violentos e incendiarios implementados por minorías extremistas de origen fascista, en los últimos días y que han derivado en muerte, sangre, destrucción, bloqueos y saqueos.
 
En esa dirección el gobierno bolivariano llega a dicho evento con una propuesta concreta de paz que fue conocida recientemente y que contiene 10 líneas de acción (2) para intervenir diversos frentes de la inseguridad, la criminalidad y la violencia urbana.
 
La violencia que sucede solo beneficia al imperialismo y a la burguesía oligopólica que pretende la recuperación absoluta de la renta petrolera. Se beneficia también la corrupta boliburguesía depredadora que ha movido los hilos para activar enclaves muy oscuras del aparato militar burocrático (Sebin), y de esa manera pescar en río revuelto con proyecciones inconstitucionales que dan forma al complot.
 
La paz no es ninguna claudicación, ni renuncia a los principios revolucionarios. Por lo contrario es la vía que permite preservar los derechos adquiridos por millones de seres humanos en los años transcurridos desde 1999.
 
Es, además, la forma de dar continuidad al proceso de cambios, ejecutando las tareas aún pendientes en diversos campos de la sociedad. Se trata de iniciativas criticas movilizadas para desbloquear los obstáculos que impiden el avance de la revolución, sobre todo enfrentándose al esclerótizado Estado burocratizado y corrupto convertido en el principal freno de todo. Estado descompuesto y despojador que se arroga la representación de las masas, del proletariado, de los campesinos y de los estudiantes, del pueblo emancipado. Estado, en muy buena parte, comprometido en la continuidad del capitalismo por las vías burocráticas, las vías del capitalismo de Estado. 
 
A estas alturas del partido, la revolución requiere de otra revolución en la que estén comprometidos los estudiantes, los colectivos, el proletariado, una parte del funcionariado público. Hay necesidad de llevar el debate a la calle, a las plazas, a las redes, a los medios masivos de masas. Hay que tomar instituciones públicas, someter la boliburguesía al escarnio. Hay que retomar el mural como medio de expresión, comunicación, denuncia, también como medio estético popular. El debate, la movilización, los problemas que aquejan a la revolución se debe hacer conocer públicamente; hay que abrir nuevos espacios para la participación y el involucramiento de las masas; hay que convocar a los trabajadores, los campesinos, los soldados y las formas partidistas asociadas con el propio Estado. 
 
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Horacio Duque

Politólogo e historiador.

 horacioduquegiraldo@gmail.com      @horacio_DG

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