La población, crisis política y las élites

Lamentablemente el país está dividido políticamente, no como producto de un proceso electoral, sino de un proceso histórico creado por la administración del rentísmo petrolero, proceso que creo grandes diferencias socio-económicas, generando con ello culturas políticas diferenciadas. Unos defendiendo los privilegios de elites económicas y sus representantes políticos, la oposición y otros, la democratización de esa renta a favor de todos los venezolanos. He ahí la población general que tenemos, por su parte, una cosmopolita, globalizadora fascinada por EE.UU, (el conspirador del mundo) y la otra deleitándose con el socialismo bolivariano, disfrutando de la Patria, del Buen Vivir.

Así tenemos dos poblaciones, una minoría desesperada por la Ley Orgánica de Precios Justos, esperanzada por el golpe nocturno, frío, silencioso, destruyendo unidades de PDVAL para impedir distribución de alimentos a la población, evitando que llegue las rutas de prensa de la capital para impedir la información alternativa, con tomas de calle, ensuciando, incendiando, contaminando con la basura, violando la libre circulación, destruyendo propiedades públicas y privadas negándose a una salida constitucional y en definitiva aplicando terrorismo día y noche.

Pero tenemos otra población, la mayoría con fe en su gobierno, marchando por la paz, contra la guerra. Por ello, parte de esa elite, la pro oligárquica exigiendo un programa económico de estimulo a la empresa privada para apaciguar el terrorismo, la zozobra política y la otra, satisfecha con su gobierno chavista por la democratización y distribución de la riqueza petrolera, luchando por acabar esa guerra económica.

Un poblada que clama por un programa de gobierno, la globalización capitalista, como Programa de Gobierno, abolir la permisología, estimular el capitalismo salvaje, crear millones de pequeñas empresas, no grandes empresas, débiles competitivamente en relación con las corporaciones extranjeras, reinsertando al país en posición de debilidad económica, si sumamos a ello, racionalizando el gasto público, disminuyendo los servicios, la educación, la salud, los subsidios, el gasto social en cultura, en orquesta infantiles, recurriendo a devaluar el dólar, disparando la inflación, la carestía, y en definitiva con perdida de la calidad de vida pretendiendo generar el estallido social y sin contrapropuesta política al socialismo chavista, en tanto que la otra, el pueblo, defendiendo su gobierno, sus derechos constitucionales, el derecho a la paz, al buen vivir.

Lo dramático de las elites dirigentes, los estudiantes, las vanguardia opositora, es que no tienen apoyo social, las barriadas están tranquilas, no tienen pueblo, los obreros trabajando en sus fábricas, ni apoyo militar, ni la iglesia los aúpa, no tienen un Programa de Gobierno, no lo apoyan los partidos políticos abiertamente, ni siquiera la MUD se atreve, en la calle donde se debate la artificial primavera venezolana, nada autentico, no son asumidos por la sociedad civil, deambulan día y noche, tratando llamar la acción represora del gobierno, creando incertidumbre, no les importa ni el pasado ni el presente, menos el futuro de la patria, (que diferencia de la generación revolucionaria del 28, del siglo XX), solo la salida inconstitucional de Maduro, eso que ellos llaman sistema de intereses y poder de corte autoritario, a todo esto se reduce su discurso precario y reaccionario frente a la ley habilitante, la Ley Orgánica de Precios Justos.

Kordankovki@gmail.com
Escritor


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Alexander Acosta R

Economista. Magíster en Gerencia de Servicios Administrativos. Doctor en Ciencias Estratégicas para el Desarrollo. Profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Instructor de Cooperativismo Comunitario.

 kordankovki@gmail.com

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