Ayer el presidente de la República, Nicolás Maduro, hizo un llamado a los criticones de oficio a ponerse en sus zapatos, a reflexionar y rectificar en función de la unidad.
A propósito del llamado del presidente Maduro, me parece oportuno recordar un artículo que escribí en este mismo diario y que titulé: “Vamos a hablar mal del Gobierno”.
“Entrados los años 80, el equipo del canal ocho (VTV) que acompañaba al presidente de Venezuela Luis Herrera Campíns, se encontraba recogiendo los equipos, luego de una alocución presidencial.
Los trabajadores de VTV que recogían cámaras, cables, luces, etc., centrados en sus labores, se habían olvidado de que el presidente Herrera se encontraba allí.
De pronto, la voz que caracterizaba al simpático y dicharachero Presidente, rompió el silencio que inundaba el salón: “Bueno, muchachos, a ver si hablamos porque esto está muy callado, parece un velorio ‘e viejas, busquemos un tema de conversación”.
Ninguno del equipo técnico respondió. El Presidente entonces se dirigió directamente al trabajador a quien tenía más confianza –tanta que lo llamada por su apodo– y le dijo: “A ver, Caimán, ¿de qué tema hablamos?”. Y Caimán respondió raudo y veloz: “Bueno, Presidente, vamos a hablar de lo que sabe todo el mundo”, y el Presidente preguntó: “¿De qué, Caimán?”. “Bueno, Presidente, –respondió Caimán– “hablar mal del Gobierno”.
El 29 de abril de 2013, hicimos un llamado desesperado describiendo la guerra económica –guerra psicológica–, por este mismo diario con el título: “Nos están tumbando”.
Afortunadamente, el presidente Maduro se percató de la gravedad de la guerra económica y pidió perdón al pueblo y de inmediato emprendió una ofensiva contundente. Creo que el llamado del líder Nicolás Maduro debe dar la oportunidad para crear espacios de encuentros para la reflexión y consolidar la unidad trabajando.
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