La negación del estado de derecho en la IV República

A continuación voy a revelar algunos episodios que me sucedieron durante la IV República en mi vida militar, no lo hago con el fin de lograr algún protagonismo; sino de que el pueblo de ahora pueda darse cuenta de la gran diferencia entre una falsa democracia la representativa, fundamentada en el truco de que al votar por ellos, estos se encargarían de todo y tu como pueblo estas obligado a cerrar la boca y si la abres ahí están las arcas que guardan la tortura, la cárcel y el vil asesinato para ti y tu familia; y, la actual, participativa y protagónica, que asegura el derecho a la vida, a la libertad, a la justicia y, sobre todo, a los derechos humanos.

Algunos de estos hechos los he narrado en alguno de mis artículos, pero hay otros que jamás he mencionado y aunque sólo he sido un observador de ellos, sus resultados han lacerado mis sentimientos y no quiero que mi silencio me haga cómplice de tales acontecimientos.

PRIMERO: El más lejano e importante porque toca nuestra historia contemporánea. El 01 de enero del año 1958 se suscitó un golpe de estado en contra de Pérez Jiménez, golpe este que fue liderado por el general de la Fuerza Aérea Venezolana Castro León, en este golpe estuvieron involucrados todos los comandos de dicha Fuerza, el cual culminó con la huída del Presidente el día 23 de enero de dicho año. La noche antes un grupo de pilotos de la FAV fuimos ordenados a dirigirnos al Aeropuerto de Maiquetía a unirnos a la Infantería de Marina en la toma de dicho aeropuerto, acción que logramos exitosamente y a las 05:00 horas estábamos volando sobre las más importantes ciudades del País, que era la señal convenida para señalar que el Dictador estaba abandonando nuestra Nación. Pero los puntofijistas modificaron nuestra historia para alegar que fueron los grupos clandestinos de sus partidos los que sacaron al dictador; eso es totalmente falso, a Pérez Jiménez lo derrocó el golpe de estado de la Fuerza Aérea Venezolana al frente del cual se encontraba el general FAV Castro León, para quien pido sea reivindicado frente a la historia; y, un grupo de valientes oficiales de la Aviación y de la Armada Venezolana.

 

SEGUNDO: En el año de 1959, siendo apenas teniente pude observar desde la ventana de mi casa que daba hacia el garaje, descubierto, de mi vecino, quien era el enlace con la guerrilla, cómo trasegaban desde un vehículo militar lotes de fisiles y de municiones al interior del vehículo de mi vecino; pero lo grave es que quienes trajeron estas armas fueran: un alto oficial de la Fuerza Aérea, que luego fue Ministro de la Defensa y el Jefe de los paracaidistas. Ante un hecho tan grave, me vi obligado a narrarlo a mi superior inmediato. Este viajó de inmediato a Caracas y a su regreso me dijo estás en un problema, porque arriba dicen que eso es mentira, dejándome incomunicado en la Base. Al día siguiente el propio Comandante General de la Aviación se traslado a Maracay y me citó al despacho del comandante de la Base Mariscal Sucre y, apenas traspasé la puerta se me vino encima y con rostro descompuesto me gritó, que si yo quería seguir viviendo no debía repetir nada de lo que vi. O sea, me amenazó de muerte si revelaba tales hechos, lo que me induce a pensar que la guerrilla venezolana no nació como una organización independiente, sino que fue creada directamente por el Gobierno del Presidente, para el momento, Rómulo Betancourt. A partir de ese momento comenzó el hostigamiento a mi persona. Ahora bien, la conclusión obligada es que Betancourt creó la guerrilla para ir eliminando a la Fuerza Armada y sustituirla por la guerrilla, pero apareció nuevamente el imperio y le impuso que destruyera a esas fuerzas guerrilleras y estableciera un régimen de derecha en el País. A partir de ese momento Betancourt se aparta de la Revolución Cubana y pide la expulsión de Cuba de la OEA.

TERCERO: Siendo, para el momento el Jefe de Operaciones del Escuadrón de caza N°36, el mismo Oficial que trasegó las armas para la guerrilla, me llamo y me ordenó que formara una escuadrilla de aviones F-86 y bombardeara a los rebeldes que se alzaron en Puerto Cabello, el llamado “Porteñazo”, y yo me negué rotundamente a hacerlo, argumentándole que la Fuerza Armada no nació, ni mucho menos tenía en sus planes matar al pueblo venezolano; él guardó silencio, porque sabía que yo tenía razón y ordenó a otros de sus seguidores que lo hicieran, como en efecto así sucedió; o sea, la vida humana para ellos no valía nada, mandaban desde arriba, desde la Presidencia, a que se asesinara a cualquiera que se revelara contra el régimen puntofijista. ¿Cuántos civiles y militares fueron masacrados en esta ocasión? y la justicia aún sigue ciega y sorda. La historia fue nuevamente borrada; y lo peor fue que estos asesinatos fueron tomados en cuenta como hechos positivos y determinantes para el ascenso de sus participantes.

CUARTO: Muchos golpes e intentonas tuvieron lugar en cadena, no había oficial patriota que no se viera envuelto en ellos, sólo los espías del Servicio de Inteligencia de la FAN (SIFA) se mantenían fieles a estos gobiernos ávidos de sangre. Yo, particularmente, me vi envuelto en uno de estos tantísimos golpes, siendo ya capitán y fui a dar con mis huesos al SIFA, debo decir que sus celdas estaban abarrotadas de presos políticos, una noche fui escogido para abordar una camioneta de ellos y cuando fui a coger mis pocas pertenencias, un oficial del Ejército me dijo “deje eso allí que para el sitio donde usted va a ir no necesita de nada de eso”. La camioneta estaba llena de soldados apuntándome con sus fusiles, toda la madrugada estuvieron ruleteándome por distintos barrios de Caracas, y, algunos de ellos decían no encontramos un sitio adecuado para fusilarlo; por fin, a golpe de las tres de la madrugada me depositaron en el Cuartel San Carlos y me colocaron a un soldado con una ametralladora .30 al frente de mi celda, apuntándome las 24 del día. Debo decir que dicho cuartel estaba hasta el ojo de oficiales de nuestra FAN presos, algunos solo por reclamar una alimentación en buen estado; la comida la colocaban en el suelo frente a cada celda y cuando ya estaba fría y llena de moscas, entonces la empujaban con el pié por debajo de la reja. ¿Cómo se violaban los derechos más elementales del ser humano en ese nefasto cuartel?. De allí me sacaron, con un tercio de mi paga, a un exilio forzado de más de cuatro años a España, en contra de la propia Constitución de 1961 que lo prohibía expresamente. Debo decir, que en ningún momento fui sometido a juicio, ni se me llamó aunque sea para preguntarme mi nombre. Todos mis derechos constitucionales y legales fueron conculcados. Cuando regresé se me pidió disculpas y se me reintegró a mis funciones dentro de la FAN.

QUINTO: Realizando el Curso de Comando y Estado Mayor en la Escuela Superior de la FAV, curso este donde se establecía el orden de mérito de cada promoción de acuerdo a las calificaciones de cada uno, se me presentó una situación en donde siendo el oficial con las calificaciones más altas, el propio Director del Instituto me llamó y me dijo: “por ordenes del partido Acción Democrática, usted no puede ser el primero de su promoción, por tanto se instruyó al Departamento Académico para que le rebaje su calificación en el último ejercicio y usted pase al quinto lugar. Dígame alguien, si esto no es una grosera violación de mis derechos fundamentales. Tomen nota quienes no vivieron estos horrendos regímenes de Acción Democrática y Copey, si acaso hay algún punto de comparación con la verdadera democracia que se vive hoy en Venezuela. Pero esto no sucedía sólo en la FAN, cuando culminé mis estudios de derecho en la Universidad Santa María, año 1.975, me gradué cum laude y el Secretario de la Universidad, un abogado del partido Acción Democrática, me dijo que mientras él fuera secretario jamás me otorgaría los honores de graduarme cum laude, pero como yo tenía mis notas certificadas que así lo demostraban, le dije que hiciera lo que él quisiera con su cum laude. La persecución de adecos y copeyanos era implacable, luchaban entre sí para ver quién era más cruel e injusto con quienes no compartíamos su modo de pensar.

SEXTO: A fin de evitar cualquier discrepancia al no ascenderme a general cuando me correspondía, me enviaron a mi segundo exilio, esta vez en Washington. Allí me nació un hijo con mi legítima esposa, hoy fallecido, nació prematuro y se avecinaba el más crudo invierno del siglo y los médicos tratantes me aconsejaron que lo trajera a Venezuela, recabé todas las pruebas médicas y solicité se me permitiera regresar al País para que mi hijo sobreviviera. La respuesta fue tan descompuesta como inhumana: “no puede regresar al País, lo que le pase a su hijo es cosa suya”. Era Presidente de la República y comandante en jefe de la FAN, el más cruel y corrupto de todos los presidentes del puntofijismo el Sr. Carlos Andrés Pérez- año 1979. Ese mismo año llega al poder el Presidente Luis Herrera Campins, quien ordena se me traiga nuevamente al País, solicité audiencia para hablar con él, quien me recibió en su despacho, le conté todo lo que Acción Democrática me había hecho y me dijo que no me preocupara que él iba a ordenar mi ascenso a general; mi sorpresa fue que, al igual que los adecos me mintió, obligándome a incoar un juicio de nulidad de los ascensos, porque siendo el primero en la lista se me sacó para incluir a un amigo del Ministro de la Defensa, de inmediato se ordenó mi captura y fui recluido, por segunda vez, en el cuartel San Carlos. Dicho juicio debió adelantarse dado que un amigo de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM), me alertó de que habían ordenado matarme, y, para frustrar este atentado contra mi vida, mi esposa acudió a la prensa y ordenó se publicara el libelo de demanda, pues aunque no lo crean, también ordenaron su detención, pero gracias a lo diligente que fue mi abogado el Dr. Luis Ibarra Riverol, por cierto asesinado por la DIM por ordenes de Herrera Campins, esta acción contra ella fracasó. Ese juicio ante la Corte Suprema de Justicia, duró 17 años y fue sentenciado el mismo mes de las elecciones de 1998, con una dispositiva que decía que no había nada sobre que juzgar dado el paso del tiempo. Esto demuestra que la única justicia que existía era la que ordenaba el partido en el poder, y se llenan la boca algunos de sus dirigentes de que hoy en día no existe la división de poderes; como decía Chávez miran la paja en el ojo ajeno y no miran la viga que tienen en los suyos.

CONCLUSIÓN: como quiera que hay una juventud que ni siquiera se imagina la crueldad, la injusticia, la violación de los derechos humanos, inclusive los más elementales, que existió en los regímenes del puntofijismo, donde no sólo se violaban las Leyes ordinarias, sino las orgánicas y la propia Constitución de ellos, o sea la de 1961, es entonces fundamental que se establezca un parangón entre ambas épocas, para que surja conscientemente una razón para defender con más ahínco la bella democracia que estamos viviendo en esta revolución chavista. Aprovecho la oportunidad para pedir, de todo corazón, un homenaje póstumo a ese grupo de muchachos, en su mayoría imberbes, que fueron lanzados a la guerrilla y que luego no se les avisara que hubo un cambio de órdenes emanadas del imperio yankee para que fueran masacrados por los seguidores del mal llamado padre de la democracia, que más bien debía pasar a la historia como el padre de la muerte. Para concluir, sigo clamando justicia, el que me la niegue, estando obligado a procurarla, se verá conmigo ante la Corte Celestial por denegación de justicia.

Independencia y Patria socialista.



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Braulio Martínez Zerpa

Coronel en retiro de la Aviación Militar Bolivariana y abogado del pueblo. Independencia y Patria Socialista.

 brauliomartinez@cantv.net

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