2014: año de victorias

Este año no hay ninguna elección ni regional ni nacional, de manera tal que cuando el camarada Presidente Maduro dice que este año será de victorias, los venezolanos esperamos que se trate de victorias para derrotar los problemas que aquejan a la Patria. Es decir victorias sobre la delincuencia, la inflación, la corrupción, la burocracia, la ineficiencia, la improductividad, el acaparamiento, la escasez, la especulación y la guerra económica.

El país entero vió con agrado el diálogo presidencial con los Alcaldes y Gobernadores electos por la oposición; el sólo reconocimiento del otro y el no cuestionamiento de la legitimidad electoral son unas de las principales ganancias de este inédito encuentro después de años sin diálogo. Sin duda la contundente victoria electoral del Gran Polo Patriótico y del gobierno en las elecciones municipales le permiten al camarada presidente Maduro consolidar su liderazgo para propiciar los encuentros y los cambios que deberán ser asumidos en amplias consultas y en debate con nuestro pueblo.

Tenemos un serio problema de desequilibrios macroeconómicos que se expresa en un déficit fiscal que llega al 15% del PIB, una inflación general que casi llega al 60%, escasez en productos como leche, azúcar ,harina, mantequilla y papel que ya amenaza en convertirse en crónica, una inflación de casi el 70% en el renglón de alimentos, sumado a un descenso o estancamiento en la producción de casi todo el aparato productivo del país que abarca desde empresas Polar en el sector privado, hasta PDVSA en el sector público. Que el país ni siquiera haya llegado a un 2% de crecimiento económico y con una inflación tan alta, no son indicadores muy alentadores.

Crear las condiciones para generar inversión y crecimiento de la producción en el país son desafíos fundamentales, controlar el gasto público, y reducir el endeudamiento no son tareas fáciles si no se disciplina y controla la administración pública, la lucha contra la usura y las ganancias exorbitantes no debe ser asumida como una lucha contra el emprendimiento y de ataque a la empresa privada, la regularización de los precios finales de ventas en la industria de la construcción debe ser cuidadosa sino se quiere generar una paralización en este importante sector empleador de mano de obra que ya está muy amenazado con las mafias sindicales y la escasez de insumos que dependen en su mayoría del Estado.

Además el gobierno está obligado a corregir el precio rezagado de la gasolina que existe desde hace décadas y que debería cubrir por lo menos los gastos de producción, y de las tarifas eléctricas que comprometen la operatividad del sector. Si a esos desafíos le sumamos los retos que imponen construir nuestro propio modelo socialista democrático, ético y productivo comprenderemos que la tarea no es fácil. El alto gobierno deberá asumir el diálogo con los más diversos sectores del país para propiciar un clima de entendimiento y de compromisos mutuos que fortalezcan esta nueva etapa de la Revolución Bolivariana. Por la Patria Socialista Ética Y Productiva.



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Willian Rodríguez


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