Las jineteras le regalan un silencio a Guillén

El Beisbol sigue siendo el deporte nacional, lo ha sido desde su aparición, aupado e impulsado por la presencia física y espíritual norteamericana en nuestro suelo. Influencia que sin duda contribuyó decididamente al auge y desarrollo de esa disciplina deportiva en Venezuela. Y siempre la gran carpa del beisbol de grandes ligas era el sueño dorado de todos nuestros peloteros. Era como llenarse del mismo ánimo de Micky Mantle, de D'Mayo, de Yogui Berra, de Clemente, y de tantos otros miembros del salón de la fama en Coopertaund, Todo el encono y la gloria beisbolera venían de allá del norte, allá donde el deporte del bate y la pelota es una pasión que ensorbece a todo el pueblo de los EEUU.

Lo curioso de todo esto es que la oposición y sus Jineteras, han querido utilizar a la pasión beisbolera nacional, para torpedear, sabotear y conspirar en contra del proceso revolucionario bolivariano. Todos recordamos (porque el pueblo ha comenzado a tener memoria) que el señor Aveledo, quien era, y inexplicablemente aún sigue siéndolo, el presidente de la asociación nacional de la actividad beisbolera, arbitrariamente paralizó el campeonato nacional de pelota para sumarse al paro criminal de diciembre del 2002. Creyendo este señor marchito que ya nos habíamos olvidado de ese triste y vergonzo
episodio,ahora arremete otra vez manipulando toda la estrategia publicitaria del campeonato nacional de Beisbol. A través de trucos y mensajes subliminales en los planos profundos de la propaganda, sigue conspirando en contra del legítimo proceso revolucionario venezolano.

La tapa del frasco: Oswaldo Guillén quien ha sido un extraordinario campo corto del beisbol de grandes ligas, uniéndose a una pléyade de grandes jugadores de esa misma posición en la pelota de la llamada gran carpa, como Luis Aparicio, Alfonso Chico Carrasquel, David Concepción, y Virgil. Ese mismo, Guillén, quien quizás atreviese el momento más importante de su vida deportiva, ha incursionado victoriosamente en el destacado rol de piloto de novena del denominado mejor beisbol del mundo. Muchos pensaron que nuestro compatriota se había metido en camisa de trece varas, pero Guillén ha venido dando demostraciones de una pericia, de una maestría poco comunes. Cuando venía de una racha adversa, casi diez juegos sin ganar, recibe una llamada de Chávez, el indiscutido comandante en jefe de nuestra revolución bolivariana. De inmediato salieron a la atmósfera las voces agoreras de la oposición apátrida, gritando que Chávez iba a empavar al joven manager venezolano que dirigía el equipo de Las Medias Blancas de Chicago que disputaría la serie Mundial, nada más ni nada menos que al equipo de las preferencias de la familia Bush, los Astros de Huston. Pero la cosa fue exactamente al revés, después de la llamada del Presidente, nuestro compatriota Guillén no ha hecho sino ganar. Ha dirigido magistralmente al equipo de Chicago a una victoria categórica en la Serie Mundial del 2005.

Lo descarado de esta situación, es que un hecho tan importante para la historia del Beisbol venezolano, haya sido practicamente ignorado por las Jineteras de la telvisión privada. Todo a consecuencia de la llamada de Chávez a Guillén. Sin esta circunstancia, y sin la presencia de la familia Bush en el Estadio de la Derrota, las jineteras se hubiesen desbocado resaltando los detalles, la profusión de la noticia y de la entrevista: "Guillén, el primer manager latinoamericano en ganar una Serie Mundial", Guillén para acá, Guillén para allá, pitos y flautas, ¿dónde te pongo para que no te pase nada? Bláblablablablablablablablablablablabla.

Las jineteras del apocalipsis han condenado a Guillén por el delito (según ellas) de simpatizar y de hablar con el "señor Chávez", como ellas se empecinan en seguir llamando al Presidente de todos los venezolanos. Por esa culpa, ellas (las jineteras) le han regalado un silencio a Guillén. Menos mal que los silencios de las jineteras es inocuos, valen menos que tres cueros de sapo seco. El silencio de las Jineteras no se siente, es musicalizado por las voces de nuestro pueblo,y por las declaraciones del mismo Guillén, a quien le oimos gritar: ¡Viva Venezuela! como también se escucharon vivas a Chávez. Todo eso , ahora se escucha por Telesur, por Vive, por VTV, por radio Nacional y por los medios alternativos. Nuestro Pueblo, movilizado como está, puede hacerle a Guillén el recibimiento mas multitudinario de su vida,allá en Caracas o en su natal Miranda.

Guillén ha dado muestras fehacientes de un gran amor por su país, y así lo ha expresado después de su triunfo. Triunfo que constituye la más grande alegría para una ciudad emblemática de los EEUU. La humildad de Guillén es una de las cosas que más le respetamos. ¡Qué nunca se le quite la pava de Chávez!

La Victoria de Guillén pertenece a la gloria del deporte venezolano. No será nunca objeto de la manipulación mediática de la Jineteras. No obstante, sin proponérselo Guillén ha ganado una batalla simbólica a la familia imperial, presente en el estadio de pelota.Ha sido un triunfo inesperado,triunfo de la retórica beisbolística,pero triunfo al fin, de nuestra patria querida, que ha iniciado una lucha larga y escabroza por la salvación de la especie humana.

El silencio ya no podrá jamás arropar a Guillén, su nombre está siendo anunciado por las trompetas de la fama, trompetas que ningun poder humano ha podido acallar a lo largo de la historia del mundo.

Eduardo Mármol


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Eduardo Mármol


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