Chávez ha partido al infinito y ahora se ha hecho inmortal. Ha pasado a la vida eterna. La figura de Chávez quedará como un gran estímulo para su pueblo, quién contará por siempre con su visión, con sus ideas, con su acción y con su pensamiento liberador. El comandante será recordado en tiempo presente por su pueblo y de ahora en adelante se convierte en el guía político y espiritual de la revolución bolivariana.
Además de haber sembrado en Venezuela los principios de la igualdad y la equidad socialista, otro de los resultados de la revolución bolivariana, es el gran número de líderes políticos formados en todos los rincones del país, quienes luego de la ausencia física del líder, debemos iniciar un progresivo camino por “operacionalizar” la “participación protagónica”, la cual es una de las bases políticas de la revolución.
Por otra parte los oponentes a la revolución se muestran desencontrados, con un alto grado de dependencia de los lineamientos enviados de la extrema derecha estadounidense o del imperio globalizador.
Si caracterizáramos a los oponentes del gobierno en el transcurso de los veinte meses que duró la enfermedad del presidente Chávez, lo definiríamos con dos palabras: morbo e irrespeto: es difícil que una oposición odiosa, rencorosa y generadora de violencia, pueda conducir acertadamente los destinos de una patria. Una oposición desubicada y sin liderazgo propio, no puede aspirar a conducir los destinos de una nación. La actual oposición es desatinada, carece de pensamiento político y se muestra distanciada del sentimiento colectivo del país.
Hasta el último momento Chávez se entregó en alma vida y corazón a su pueblo. Se despidió de todos el pasado 8 de diciembre. Durante su convalecencia jamás cedió ante las presiones del imperio. Regresó amoroso en febrero para entregar -cual atleta da el testigo a su relevo, que eres tú, que somos todos- un gran instrumento de defensa: la estrategia integral del poder, la cual está ahora en tus manos y espera convertirse en acción. ¡¡Que gran reto nos ha dejado hermano¡¡.
Chávez está en el agua, en los ríos, en el campo, en la ciudad.
Ahora más que nunca, unidad, lucha, batalla y victoria
