No es casualidad ni mucho menos un accidente histórico que quien actualmente ejerce el cargo de Presidente Encargado de la República Bolivariana de Venezuela sea un cuadro político proveniente de la clase obrera y que haya trabajado como chofer de autobús en el Metro de Caracas. Mientras que en EEUU y potencias europeas los ciudadanos sólo pueden optar por uno u otro partido político de la burguesía, en Venezuela la clase popular elige, es elegida y ejerce directamente su soberanía en el marco de un nuevo Estado Democrático y Social, de Derecho y de Justicia, vale decir, la obra histórica del recordado Comandante Hugo Chávez.
Desdichada es la realidad del autodenominado Primer Mundo, donde son los empresarios, industriales, banqueros, terratenientes y demás señores del capitalismo quienes quitan y ponen presidentes, ministros, gobernadores y dirigen el Estado de acuerdo con sus intereses de élite neoliberal explotadora. En contraste, nuestro socialismo ha consolidado una alianza cívico militar (dirección política colectiva) que actúa con independencia frente a factores capitalistas e imperialistas; y garantiza un Estado revolucionario donde la riqueza petrolera se distribuye en misiones sociales para los sectores más necesitados.
En la Venezuela de antes existieron líderes de origen popular que se vendieron a la burguesía y llegaron al poder con el patrocinio de la Casa Blanca, Fedecámaras y entidades transnacionales. Una vez electos, estos traidores se quitaron la máscara y arremetieron brutalmente contra el pueblo como en aquel 27 de febrero de 1989. No obstante ahora que tenemos Patria gracias al Libertador del siglo XXI, Hugo Chávez, nunca más volverán a imponerse la traición y el populismo.
Si algo puede darnos consuelo en estos días de profundo dolor por la trágica desaparición física de nuestro legendario camarada Presidente, es que sea un obrero del transporte humilde, honesto y fiel, quien ha asumido las riendas de la Venezuela independiente y soberana que hoy tenemos. Maduro claramente se perfila a garantizar la supervivencia de la Revolución Bolivariana con un categórico triunfo electoral el venidero 14 de abril de 2013, fecha ya oficializada por el CNE para la elección presidencial sobrevenida.
El mundo sufriría menos desigualdades si más hijos del pueblo como El Autobusero fueran Presidentes.
Constitucionalista. Profesor de estudios políticos e internacionales UCV.
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