Central Socialista de Trabajadores y medidas cambiarias capitalistas

 

A medida que se ha venido desarrollando el debate sobre las medidas cambiarias, recientemente anunciadas por el vicepresidente ejecutivo, el camarada Nicolás Maduro, las actuaciones de los diversos actores políticos se han venido desplazando en sus roles, en la tarima del teatro de la lucha de clases que se intensifica en nuestra Patria. Nicolás, quien se adjudicó en los inicios del debate, la autoría de las mismas, se ha ido como quitando de encima ese paquetico que le colocara sobre sus espaldas, el gabinete económico y, ahora, en una de “mea culpa”, con Chávez en nuestra Patria, proclama a los cuatro vientos, después de reunirse con el Jefe de Estado, el camarada Hugo Chávez Frías quien, según Maduro: "está reflexionando un conjunto de medidas económicas que van a poner al pueblo muy feliz en la calle". Mientras, otros voceros del aparato político gubernamental, han dejado colar cuáles serían dichas medidas: “El presidente de la Comisión Permanente de Desarrollo Social del parlamento, Oswaldo Vera, sugiere esperar por el anuncio del aumento salarial.” Esas son decisiones del Ejecutivo, vamos a esperar pacientemente las decisiones que toma el Gobierno, hemos venido revisando y trabajando en conjunto con los trabajadores, hemos presentado propuesta, pero vamos a esperar los anuncios”.(…) “No basta única y exclusivamente con la actualización del aumento de salario, sino avanzar en otra materia y tampoco es cierto que repercuta de manera directa en lo que ha sido la política de ajuste cambiario con el índice inflacionario. El elemento fundamental donde estamos haciendo mayor énfasis es en la lucha contra la especulación“. (Unión Radio, 25-02-2013). Cuáles serían, esos trabajadores con los cuáles viene “revisando y trabajando” el diputado Vera y cuáles sus propuestas?

  En todo caso, lo previsible en los anuncios por venir del camarada Chávez, es que serán en la línea de lo que ha sido su característica de gobierno, en primer lugar el Pueblo, en segundo lugar el Pueblo, y en último lugar el Pueblo. Ese, que fue obviado por Giordani, Merentes y Maduro, cuando anunciaron esas medidas que, indudablemente, llevan el sello de la autoría de Jorge Giordani. Quien, por cierto, se ha dedicado en estos días a la defensa de las mismas. Así, en entrevista con José Vicente, enfatizaba: “La inflación en Venezuela es un problema de producción nacional, manifestó este domingo el ministro del Poder Popular para Planificación y Finanzas, Jorge Giordani.(…) Las personas tienen recursos y los emplean de mano a la boca: la alimentación. Eso hay que controlarlo con pocos productos. Lo hemos analizado en el Banco Central de Venezuela. Si hay una demanda por los ingresos que tiene el venezolano, hay que producir más para satisfacerla”, explicó…” (AVN, 24-02-2013). Cada vez, que un miembro del gabinete económico, le oímos hablar en defensa de las medidas cambiarias, nos percatamos más y más, cuán alejados están de la realidad, en pequeño, que vive el pueblo venezolano. Evidentemente que, la inflación en parte se debe a un problema de producción, oferta y demanda; pero, en nuestra Patria, camarada Giordani, como bien nos lo ha enseñado el Presidente y camarada Chávez, la inflación es más política que económica: “El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, denunció este sábado durante un Consejo de Ministros, efectuado en el Palacio de Miraflores, que los últimos índices inflacionarios registrados en el país contienen un alto componente especulativo y político. “No tengo dudas de que allí hay un alto componente especulativo y político. Hay una conspiración. La burguesía tiene mucho que ver en el manejo económico, yo le advierto a la burguesía: No nos vamos a dejar acorralar”, acotó. Chávez dijo que está esperando recibir de parte del gabinete ejecutivo un informe con pruebas de la especulación que llevan a cabo algunos sectores empresariales del país, para luego aplicar la ley en donde sea necesario y así proteger la población de los altos costos que imponen los grupos capitalistas.” (…) “Nosotros hacemos un esfuerzo de hacer un incremento de salario mínimo, que implica un impacto fiscal de 10 mil millones de bolívares, entonces inmediatamente los capitalistas aumentan todo: los alimentos, el pasaje, la ropa. Están tratando de generar problemas y no lo vamos a permitir”, agregó.(…) “El salto del dólar paralelo (…) hay un alto componente especulativo igual, porque Cadivi ha flexibilizado, ha estado pagando deudas del último trimestre del año pasado, miles de millones de dólares, el Banco Central ha estado quemando reservas, interviniendo en el mercado y el dólar paralelo para arriba y arriba, hay que golpear la especulación no hay otra alternativa, es el capitalismo”, manifestó Chávez. Sobre este punto, agregó que así el Banco Central de Venezuela, “quemara todas sus reservas internacionales, no vamos a bajar ese dólar paralelo, porque sencillamente la burguesía y los que manejan las bolsas de valores, los bancos privados y todos sus derivados, que se las saben todas, porque tienen toda su vida en eso, y sus conexiones internacionales, (…) no obedecen a llamados a conciencia”.(…) “¡Hay que pararlo ya! Esta burguesía no obedece a llamados de conciencia, no. Actuemos con mano firme, más nada, eso es lo que tenemos que hacer, aquí está esta Constitución, y hay un pueblo, y nosotros tenemos la obligación”, afirmó el Mandatario Nacional.” (AVN, 09-05-2010). Qué diferencia entre ese discurso de hace apenas dos años atrás  y el que pretendieron adjudicarle Maduro, Giordani y Merentes, este 2013. La mentira tiene pies cortos, y ahora tenemos al camarada Chávez, quien siempre ha tenido claro el diagnóstico del problema económico. Por eso, tenía que dejar su reposo en Cuba y regresar, para palpar la verdadera realidad. No, la que le transmitían sus asesores más inmediatos, una realidad inexistente.

  En el fondo, como lo ha venido proclamando el PCV, las posturas que reflejan las distintas posiciones  políticas sobre la materia, vienen a constituir su orientación sobre el carácter que debe seguir la Revolución Bolivariana en su tránsito al Socialismo. “Nosotros no estamos proponiendo, ni vamos a proponer medidas que puedan considerarse socialistas, porque si no hemos creados la base material, ni hemos transformado la base material de carácter capitalista, es muy difícil ahora proponer medidas de carácter socialistas», señaló. El Partido Comunista desarrollo el pasado fin de semana una jornada de análisis de la economía venezolana; en su carácter capitalista dependiente, rentista, mono-exportadora y multi-importadora, muy ineficiente y poco productiva; las distorsiones que presenta su desarrollo y la necesidad de desarrollar medidas, que no solamente estén dirigidas a resolver situaciones puntuales que se presenten en la macroeconomía, sino que puedan apuntar en la profundización de las transformaciones de la economía. «Que permitan de verdad, verdad, abrirle perspectiva a un proceso que trascienda el marco del capitalismo y avanzar en la fase de transición al socialismo», destacó Figuera.” (Tribuna Popular, 25-02-2013). He allí la concepción menchevista (etapista) de la revolución venezolana que, tanto les cuestionara, en su oportunidad, el camarada J. R. Núñez Tenorio (QEPD): “La autocrítica del movimiento revolucionario después del 23 de enero tiene que levantar tanto los elementos positivos como los negativos de aquella gesta.(…) En la práctica, a lo largo del año 58, la izquierda revolucionaria desarrolló una práctica reformista, políticamente sometida al seguidismo burgués (…) La base de los errores tacticistas fue, evidentemente, la formación empirista de las fuerzas revolucionarias, incapaces el 58 de llegar a aplicar –aunque fuese empíricamente- las conocidas Tesis de Abril de Lenin.(…) La idea principal de las tesis de las fuerzas populares y revolucionarias es que la democracia reformista no es capaz, en las condiciones venezolanas presentes, de resolver, ni a corto ni a largo plazo, los grandes problemas acumulados por nuestra patria (…) Todo el esfuerzo ideológico de los demagogos reformistas se contenta con fingir ante la opinión pública: la marcha de la “revolución pacífica democrática y nacionalista”. Todo aquel que se oponga honestamente a semejante ardid es motejado de extremista o golpista, de desesperado y aventurero, de anárquico y terrorista, que “no comprende que todo se realiza en su debida oportunidad”. Y todo esto acontece, mientras todo el país, a borbotones, grita a los cuatro vientos que estamos estancados, que la república no puede seguir como va, que la nación exige en su conducción un cambio sustancial de timón…” (En Defensa de la Rebelión, J.R. Núñez Tenorio).

  He allí el punto nodal de las medidas y su carácter marcadamente capitalista, encajada en la concepción menchevista (etapista) del curso a seguir por la Revolución Bolivariana en su tránsito indefinido hacia el Socialismo. La actual dirigencia del aparato de Estado y política, concibe que debemos transitar por el capitalismo de Estado, fortalecer la burguesía, como preámbulo al desarrollo del nuevo modelo societario: el Socialismo. Propuesta de transición, que solo conduce al mismo punto de partida, el capitalismo; como bien enseña la historia de todas las revoluciones que optaron por esa concepción mecanicista. El Che, en su momento, pudo percibirlo así: “Por otra parte las burguesías autóctonas han perdido toda su capacidad de oposición al imperialismo –si alguna vez la tuvieron- y sólo forman su furgón de cola. No hay más cambios que hacer; o revolución socialista o caricatura de revolución”. (“Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental”, Ernesto Guevara). Separando, aún más, las posiciones propias de las preconizadas por el etapismo, Guevara agrega más adelante, en sus Apuntes críticos a la Economía Política: “La lucha contra la burguesía es condición indispensable de la lucha de liberación, si se quiere arribar a un final irreversiblemente exitoso”. Lucha a la cual, se han negado asumir Maduro, Giordani y Merentes, y más recientemente, la Central Socialista de Trabajadores, la CBST, al plegarse, a las posturas de Giordani y Merentes.

  Las recientes declaraciones de destacados miembros de esa Central de Trabajadores y Trabajadoras, deja al descubierto las costuras posicionales en el curso de la Revolución Bolivariana; en la dirección de la cual, pareciera haber consenso sobre su curso menchevista (etapista), lo cual nos llevaría inevitablemente a un reforzamiento de su marcado carácter capitalista de Estado. “La Central Bolivariana Socialista de Trabajadores y Trabajadoras respaldan el ajuste cambiario adoptado por el Gobierno Nacional, ya que garantiza las prestaciones sociales de los trabajadores. Así lo afirmó este miércoles el presidente del ente nacional, Wills Rangel, durante una entrevista realizada en el programa D’Frente, transmitido por Venezolana de Televisión.” (Correo del Orinoco, 20-02-2013). Más extenso en su defensa, Carlos López, vicepresidente de dicha central de trabajadores, expresó: “Durante su participación en el programa Mesa Informativa, que transmite Venezolana de Televisión (VTV), el dirigente señaló que si el Gobierno logra las metas de aumentar la productividad y hacer que las exportaciones superen las importaciones, la moneda nacional se verá robustecida. Recordó que el incremento de las exportaciones de rubros es uno de los principales objetivos en la transición hacia el socialismo, ya que con ello se incrementaría el valor del bolívar. “Si a esa burguesía parásita y especuladora que es importadora logramos acorralarla, logramos que deje de chupar dólares que tumban el valor real de nuestra moneda, si logramos eso, obviamente no va a hacer falta aumentos exorbitantes de salario, porque se va a mantener un nivel de ingresos”, enfatizó. Por último, estimó que lo importante es que el pueblo venezolano continúe teniendo el acceso a todos los derechos, los cuales son garantizados por el Gobierno Bolivariano. “En un Estado socialista el salario es secundario porque se tiene derecho a todo, sin ningún tipo de restricciones”, puntualizó.” (Correo del Orinoco, 22-02-2013). Nos imaginamos a cada trabajador/trabajadora en su casa, “no me defienda compadre, con amigos como usted, pa `que necesito enemigos”.

  En el capitalismo no hay, ni habrá, como bien lo ha señalado el camarada Presidente Chávez: “hay que golpear la especulación no hay otra alternativa, es el capitalismo”, solución a estos problemas propios de la naturaleza del sistema capitalista. La Unión Nacional de Trabajadores y Trabajadoras (Únete), ha lanzado una propuesta que, bien debiera analizarse: Escala Móvil de Salarios. En tal sentido, uno de sus dirigentes, el camarada Alonso Padrón nos señala: “En este sentido, solicitaron al gobierno nacional la implementación de una escala móvil de salarios, que se ajuste conforme aumente la inflación. Así lo explicó Alonso Padrón, Directivo del SINATRAUCV. “Si la inflación se mueve cinco puntos, los salarios se deberán mover en la misma medida”.  Manifestó la urgencia de aplicar esta alternativa, puesto que los trabajadores universitarios “no tienen porqué pagar las consecuencias de una mala política económica, como fue la reciente devaluación de 46,5%”. Adicionalmente, exigieron que el “Bono de Alimentación” se cancele en el máximo del 0,50% de la unidad tributaria a treinta días para  todos los trabajadores. “Se trata de proteger el salario de los trabajadores, más aún cuando el gobierno nacional afirma que no puede controlar la inflación. Y es allí cuando cobra valor las bondades de la escala móvil de salario, la cual actúa sobre los empresarios o productores que quieran elevar los precios de manera inflacionaria”. (http://ucvnoticias.ucv.ve/wordpress/?p=14630).

  En la misma orientación, el profesor y economista Manuel Sutherland en trabajo compartido con el también economista Juan Villegas, han lanzado al ruedo de la confrontación de ideas, su propuesta de Central Estatal Única de Importaciones, nos explican: “La devaluación ha servido para dejar en evidencia el oportunismo que caracteriza a la oposición derechista (MUD) quienes hasta hace poco pedían a gritos devaluar la moneda y ahora rasgan sus farisaicas vestiduras, denunciando la existencia de un “paquetazo rojo”, “olvidando” que ellos hicieron lo mismo cuando gobernaron en el pasado. Del otro lado, en el campo de la “izquierda” oficialista, se observa como aquellos que negaron toda posibilidad de devaluación, ahora realizan toda clase de maromas discursivas para justificar y defender la “patriótica” medida. Ante ese panorama, es menester establecer una postura de clase con respecto a esta temática, colocando sobre relieve los efectos que esto genera para la clase que vive de la venta de su fuerza de trabajo.(…) La acumulación de Capital a través de capitalismo rentístico-petrolero ha colapsado desde hace 30 años, con lo cual se evidencia, que la renta diferencial captada por intermedio de la exportación de hidrocarburos es insuficiente para sostener el crecimiento de la economía y el funcionamiento de la principal institución empleadora: El Estado. Con ello, desde 1982 hasta la fecha, cada vez que el ingreso petrolero se torna insuficiente, se ha recurrido a la misma fórmula: devaluar la moneda para aumentar los ingresos en bolívares del Estado.(…) El carácter rentístico-petrolero del capitalismo en Venezuela, implica la existencia de un solo rubro de exportación (el 95% de las exportaciones son petróleo) de resto, casi todo lo demás, no se produce o se produce en cantidades insuficientes para abastecer al mercado nacional. La burguesía local haciendo gala de su carácter parasitario, se ha dedicado a importar bienes manufacturados o semifacturados para revenderlos en el mercado interno, o en el mejor de los casos, ensamblarlos para su posterior comercialización. La existencia de un tipo de cambio en la práctica subsidiado por el Estado venezolano, ha permitido a esta burguesía de ámbito de acumulación nacional, importar barato y vender caro. Gran parte de los productos que se consumen en el mercado interno son importados, y por ende, cada vez que se devalúa la moneda, esos productos se hacen más caros en términos de moneda nacional. El resultado es en la práctica una disminución del salario real (poder de compra) y el empobrecimiento de la clase trabajadora. Mientras ello ocurre, la burguesía traslada al precio final de los productos que revende, el aumento en los precios que origina la devaluación del tipo de cambio.(…) Es imposible industrializar y esquivar el ciclo devaluación-inflación que acaece en el país, mientras se sigan llevando a cabo las mismas políticas de “ayuda” con dólares baratos al importador-especulador.(…) La forma básica de frenar el desangre de divisas y la espiral dramática: devaluación-inflación, es crear una CENTRAL ESTATAL ÚNICA de IMPORTACIONES (CEUI), que arrebate el ámbito especulativo a la parásita burguesía-especuladora-importadora venezolana. El gobierno, con su control de cambio y asignación de divisas preferenciales (a precio 4 veces menor que el que indica el mercado paralelo de divisas) ha creado un mecanismo fabuloso para transferir renta petrolera a la burguesía: la importación de mercancías con tipo de cambio sobrevaluado y su reventa a precios de oligopolio (porque le es imposible a ciudadanos naturales importar mercancías). Con este mecanismo, se han hecho fortunas enormes y el país se ha sumido en la más profunda miseria improductiva.(…) La propuesta de la CEUI, es una alternativa marxista ante la ideología que dice: “hay que devaluar, aumentar el IVA, colocar impuestos como el IDB, el ITF y etc.” Basta de políticas neoliberales, devaluacionistas. Si hay alternativas.” (Devaluación, inflación y crisis. Alternativa: Central Estatal Única de Importaciones (CEUI), Economistas Juan Villegas y Manuel Sutherland).

  En todo caso, decimos, mejor seguir el consejo de Carlos Marx a la dirección sindical: “no debe olvidar que lucha contra los efectos, pero no contra las causas de estos efectos; que lo que hace es contener el movimiento descendente, pero no cambiar su dirección; que aplica paliativos pero que no cura la enfermedad. No debe, por tanto, entregarse por entero a esta inevitable guerra de guerrillas, continuamente provocada por los abusos incesantes del capital o por las fluctuaciones del mercado. Debe comprender que el sistema actual, aun con todas las miserias que vuelve sobre ella, engendra simultáneamente las condiciones materiales y las formas sociales necesarias para la reconstrucción económica de la sociedad. En vez del lema conservador de “¡un salario justo, por una jornada de trabajo justa!”, deberán inscribir en su bandera esta consigna revolucionaria: “¡Abolición del sistema de trabajo asalariado!”, ¡Que muera el capitalismo!, ¡Viva el Socialismo!

henryesc@yahoo.es



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Henry Escalante


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