Una carta bien firmada como aval de fe de vida

La oposición debe estar ofuscada y fúrica y congestionada de remordimientos diversos sembrados de caprichos malsanos que se agrupan con luz intermitente en el portal de sus desfasadas políticas que recrea a la MUD, y a quien ellos se dieron a la escabrosa tarea unitaria de matarlo más de una vez sin resucitarlo: éste se hizo presente, en La Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), reunida en Chile, mediante una carta que salió de su mapamundi de cultura y política regional y, que textualmente fue leída por Maduro como representante del gobierno de Venezuela.

Todavía no han explotado las reacciones que arrojará la lectura de su contenido que será revisado con lupa crítica foránea que después de su análisis vendrán las trastocadas conclusiones con lo que tratarán de destrozarán a su modo lo que allí se dice y, que a lo mejor también dudarán de su emisor por no haber salido desde Cuba autenticándola y eso posiblemente será su soporte para sembrar las dudas que más temprano que tarde los especialistas y grafólogos de su corrientes habrán de subrayar en rojo con toda la perversidad de sus encogidas ideas sobre la misma –ya lo verán.

El intenso desarrollo de pensamientos y la pulcritud de sus citas los deben tener sobrevolando en el vacío de su tormentoso vía crucis que habrá de dejar la histórica carta que el presidente Chávez con lujo de detalles se preció en redactar, para dejar constancia de su amor y lealtad por la integración de nuestros pueblos latinoamericanos y caribeños, por los que no dejó de sustentar su esperanza en llevar adelante su grandeza en todos los órdenes, pero unidos, respetando las diferencias políticas que no es motivo para conformar alianzas de desarrollo de cooperación y justicia social y, haciéndonos respetar en el mundo.

En su carta Chávez se afianza en Bolívar para enfrentar el futuro y aquél nos magnifica dentro de la geopolítica que no nos debe mantener desunidos, sino por el contrario: más hermanados y prestos a contribuir cada uno con la armónica tarea del fortalecimiento de nuestras culturas y procesos económicos que nos dé presencia con respeto en la comunidad europea.

Escritores, poetas, pensadores que han marcado espacios importantes en todas las dimensiones que marcaron un pasado que ahora nos pertenece y nos llena de orgullo y que nos hace conformar una sociedad libre sin tener que copiar políticas injerencistas de tipo imperial que nos condena en desatinos que complican nuestro quehacer cotidiano y, Chávez se afinca en ellos como pueblos libres que somos con toda la esperanza de siglos de seguir adelante por nuestra emancipación sin copiar modelos neoliberales que mantienen a muchos países del mundo sumidos en la miseria y, en toda suerte de hechos que empobrecen más a los pueblos.

El presidente Chávez como líder fundador de La Celac, no podía dejar pasar ese momento de la reunión, aun saliendo de una convalecencia que todavía lo mantiene privado de su libertad física de movimientos públicos en que la oposición venezolana y la canalla mundial han hecho de su enfermedad un mar de complicaciones sujetas a su capricho que reflejan intereses de toda clase con la intención de perjudicar su liderazgo mundial, la que en esta nueva cumbre, ha quedado demostrado su solidez democrática de unión entre nosotros y, que él saldrá adelante como el pueblo venezolano lo espera y cuenta los días de su retorno.

Chávez con Latinoamérica y el Caribe y, esas regiones corriendo en sus pensamientos como un río que fluye con todo el esplendor de su corriente que refresca y baña de emoción un ideal que viene de nuestros libertadores y que hoy en día está más cerca de considerarlo en paz sin enredarnos en complicaciones que fueron subterfugios de intrigas del pasado.

Hay un Chávez soñador que hoy roncó como nacido de nuevo como un evolucionista que lo pone a las puertas de la fraternidad de pobres y ricos y, que no deja atrás nuestra independencia social, dentro de la libertad a que cada pueblo Latinoamericano y caribeño tiene derecho de recibir gratuitamente el ser alfabetizado, erradicación del hambre, así como también cuidar su salud y darle educación plena.

Y, el presidente Chávez, se encumbró cuando puntualizó en su carta que, “La Celac es el proyecto de unión más importante de nuestra historia contemporánea”.

estebanrr2008@hotmail.com


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Esteban Rojas


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