No se debe celebrar el 23 de enero, la fecha correcta es el 27-F

Existen fechas en la historia, aunque despertaron grandes expectativas, no arrancaron, se quedaron allí en el vacío, esas son lamentables fechas que en nuestro país en los últimos 200 años, tenemos, el 20 de febrero de 1.859 (El grito de “Federación” en Coro), 22 de octubre de 1.859 (Entrada triunfante de los Andinos en Caracas con Cipriano Castro), 18 de octubre de 1945 (“Revolución” de octubre), y por supuesto, la última de ellas, a la que aquí me refiero, el 23 de enero de 1958, la cual tiene varias aristas que pronosticaban su fracaso, como inicio de la tan anhelada, ansiada y postergada reivindicación nacional y social.

LA ARISTAS HISTORICAS QUE CONTRIBUYERON AL FRACASO DEL 23 DE ENERO DE 1958 COMO PROYECTO DE REIVINDICACION SOCIAL Y NACIONAL

A pesar de la madurez del pueblo venezolano en los 50, en específico de una juventud que conformó una generación muy valiosa y heroica, aunque lamentablemente “no logró sus objetivos”, pero de no haber luchado como lo hizo, con ahínco y tesón, aun habiendo perdido, hoy estuviésemos peor, y aunque en Venezuela pareciera que su esfuerzo fue infructuoso en el resto del continente contribuyó al avance del proceso Nuestroamericano, hoy bastante maduro y de vanguardia mundial, y en algunos fue exitosa como los casos de Nicaragua, El Salvador y la misma Colombia con Marulanda y en el cono sur y Brasil, Washington tuvo que implementar verdaderas dictaduras fascistas y de exterminio selectivo para mermar su influencia, que al final, se ha visto que retardó el proceso pero no logró detenerlo y mucho menos aniquilarlo. A pesar de la lucha heroica de la juventud venezolana en los 50, muy poca posibilidades de ver colmado sus sueños había y conspiraban en contra de ellas, las siguientes aristas.

La Guerra Fría: A raíz de la fase imperial, congénita al capitalismo como lo describió Lenin, y producto de la guerra imperial que definió el penúltimo reparto mundial (Hoy China de una forma tardía  y anti-histórica revive la guerra inter-imperialista-capitalista, en vez de seguir el pensamiento de Mao de guerra total y prolongada a USA), como es la denominada por los historiadores “segunda guerra mundial”, en donde la parte americana, que incluye a Sur y Centro América, el Caribe y México, le quedó a USA, reparto en el cual intervino la propia URSS de Stalin, en Yalta. Cualquier gobierno que surgiese en Nuestramérica en disenso con Washington, tenía muy pocas posibilidades de éxito, esas eran las reglas de la post-guerra y por ello al 23 de enero “se lo tragó” la guerra fría.

La traición de Stalin-URSS, en Yalta: En Yalta, Stalin conjuntamente con Churchill y Roosevelt, al igual como lo hicieron los imperialistas en Versalles, después de la I guerra mundial, se repartieron el mundo, y a Nuestramérica, en el tablero del ajedrez mundial, le correspondió como “patrón” Washington, de esto hay evidencia en Europa (Grecia, Italia y la misma Francia, en donde quedaron fuertes partidos comunistas exterminados por la OTAN, con la aquiescencia del Kremlin), igual paso con Tito en la antigua Yugoslavia, en donde la OTAN, una vez muerto Tito y caído el socialismo real, les pasó factura de la forma más ruin y miserable con la venganza de sangre (70 veces 7) y el mismo Mao, aunque no denunció a Stalin, con furia, porque le debía favores (Gracias a él se armó el ejército rojo chino, cuando se luchaba en contra del imperialismo fascista Japonés), no obstante manifestó que se opuso a que derrotaran a Chiang Kai Chek e instaurase el socialismo en el gigante amarillo asiático. Cuba, al parecer, fue una respuesta de Krushev a unas bases gringas en Turquía, que una vez negociada, la URSS le quitó el apoyo militar e impidió que siguiera apoyando activamente la revolución Latino-Americana y a ello obedeció la salida del Che. Todos estos elementos  anteriores demuestran que hubo un nuevo Versalles en Yalta de febrero de 1945. En conclusión a este punto podemos decir, que cualquier gobierno que surgiese en Nuestramérica no alineado con Washington, no contaría con el respaldo ni de la URSS ni con el movimiento socialista mundial de corte soviético; esta situación mundial, atentaba en contra de cualquier gobierno progresista que insurgiere a raíz del 23-E.

El PCV, la fuerza consciente de la izquierda, presente en el 23-E, aparte de Yalta, planteaba el etapismo revolucionario Staliniano, es decir, que los países de capitalismo dependiente, cuál era el caso de Venezuela, no estaban maduro para una revolución socialista por lo tanto había que esperar el desarrollo de las fuerzas productivas hacia el capitalismo, por intermedio de una democracia de corte burgués, para que se desarrollase un capitalismo y, luego plantearse el socialismo como meta. Esta tesis etapista, mecánica anti-histórica y anti-científica le hizo un gravísimo daño a la revolución comunista mundial, de no haber sido por estas tesis peregrinas y retardatarias, en combinación con la traición de Stalin y la URSS,  a lo mejor ya estuviésemos en el séptimo día, en el comunismo libertario en su plena vigencia.

El principal liderazgo anti-perezjimenista AD-Rómulo Betancourt, de origen comunista, ya se había convertido en capitalista-imperialista y acababa de firmar un pacto en el Hotel Waldorf Astoria de New York con el jefe de la CIA y hermano del Secretario de Estado de Eisenhower, John Foster Dulles, al igual que lo habían hecho Jovito Villalba de URD, la otra fuerza importante de masas y Rafael Caldera de Copei, que representaba la derecha. Ese pacto, acordado primeramente en New York, en el hotel Waldorf Astoria, después “nacionalizado” con el alias de Punto Fijo; implicaba, en primer lugar, el aislamiento del comunismo y de toda izquierda afín a aquellos, en un gobierno “democrático” al estilo USA (Anti-comunista, corporativo y bipartidista) y en segundo lugar, la presidencia y la conducción del país, solo  debían ser por líderes “democráticos”, es decir, con el visto bueno de Washington, previa constatación, el establecimiento de un sistema economico de libre empresa, con predominio del capital yanqui, y por supuesto el chorro de petróleo garantizado permanentemente y a bajo costo hacia USA, la existencia de solo dos partidos, con opción de éxito, execrando a cualquier tercero así fuese una “izquierda light”, y la libertad de Washington intervenir en cualquier momento cuando pensase que el país correría el peligro de caer en el comunismo o de una fuerza “filo-comunista”, ello implicaba una misión militar permanente del poderosos ejército imperial gringo en Venezuela.

Hasta cierto punto, USA, tuvo mucho que ver el 23-E, Pérez Jiménez era un anti-comunista torpe y desubicado, era nacionalista, ejemplo; el ferrocarril nacional, SIDOR,           el desarrollo nuclear autónomo (Pipe en Miranda y Macagua I en Guayana) chocaba con los intereses gringos; algo parecido le pasó a Isaías Medina Angarita con el petróleo. La rebelión del 23-E, más que todo fue un golpe militar (Dicho por el mismo Pérez Jiménez en varias oportunidades, “me fui cuando vi que perdí el control del ejército”) con alzamiento más que todo de la juventud (PCV y de AD, lo que luego fue el MIR, los altos dirigentes adecos estaban en “exilio dorado”), ahora que hizo que el mismo ejercito, a quien Pérez Jiménez tenia de “contemplado” y privilegiado se le volteara; no se descarta la “mano peluda gringa” y de factores de derecha empresariales. El General hizo la siderúrgica de Guayana (SIDOR), primero, con una empresa Italiana, y el fin primario de SIDOR, era hacer rieles para el ferrocarril nacional, esto atentaba en contra del capitalismo petrolero de “andar sobre ruedas”, golpeaba los intereses de la General Motors y la Ford y las gasolineras, aparte, pensaba desarrollar una tecnología nuclear propia para “salir del subdesarrollo y la dependencia”, en si “el general” estaba desubicado con respecto a cómo discurrían las cosas en el mundo bi-polar de la guerra fría.

A guisa de conclusión, en este sub-punto, podemos decir, que la fecha del 23 de enero, tal y como surgió, en el tiempo y en el espacio, tenía muy pocas probabilidades de éxito como gesta de independencia nacional y social, era una fecha más apta, para que pasara lo que pasó, que se encumbraran y “se llenaran” los vividores de siempre, la vieja oligarquía que Herrera Luque, acertadamente llamó “ Los Amos del Valle”; y para que, también, surgieran “nuevos ricos” que fueron los adecos y copeyanos, su entorno y afines; y para que Venezuela definitivamente entrara al siglo americano, que implicó el siglo XX, que definitivamente si fue un siglo gringo, podemos concluir también como axioma, que Venezuela entra al siglo XX americano, definitivamente, no en 1909 con Gómez, cuando le quita la silla a su compadre Cipriano Castro, sino el 23-E con los adecos y copeyanos.

Para que el 23-E hubiese podido haber tenido un poco de suerte, por el contexto histórico en que se desarrollo, ha debido haber existido, primero, un fuerte movimiento comunista libertario mundial, que apoyase inclusive con armas y recursos  (Tal y como lo hace el imperio Nor-atlántico u OTAN, hoy en Libia, Siria, Irán), a los revolucionarios venezolanos del momento, en segundo orden, que dentro del país hubiese existido un partido comunista libertario bien ubicado y bien plantado (El PCV lo era, el problema fue la preclaridad), y por supuesto bien ubicado o preclaro, que en vez de estarle haciendo llamados de “unidad nacional” a adecos y uerredistas, empresarios, para conformar una “democracia”; ha debido irse a los barrios de Caracas y del resto del país a conformar los consejos de soldados, obreros y campesinos con los militares alzados que aparecieron junto al pueblo en Caracas y desde allí haber establecido la Republica Socialista o Bolivariana de Venezuela: pero se hizo algo bastante distinto a esto.

Hay una fecha que si fue una rebelión, aunque sin dirección política, pero genuina expresión del rechazo hacia el imperialismo de la globalización neoliberal y su gobierno títere local que imponía un paquetazo fondomonetarista, y esa jornada, junto con los movimientos guerrilleros de los años 60, algunos sobrevivieron hasta principio de los 70, fueron las primeras claras expresiones y directas en contra del imperialismo yanqui en Venezuela. Estamos hablando del Caracazo del 27 de febrero de 1989, el centro generador de este proceso revolucionario del cual todavía estamos disfrutando, a pesar de la traición de la burocracia chavista que cada día se empeña en detener y desviar.

EL CARACAZO UNA REBELIÓN EN CONTRA DEL IMPERIO DE LA GLOBALIZACION NEOLIBERAL DIRECTAMENTE.

Si los Venezolanos queremos celebrar una fecha histórica que es punto de partida para la verdadera liberación nacional y social de nuestro país, esa fecha la tenemos el 27 de febrero de 1989, en el caracazo, no existe un termómetro o indicador mejor de lo que fue la Venezuela del puntofijismo, que representó la lucha del pueblo venezolano en contra de la centuria americana que implicó el siglo XX, que ella, el solo hecho de haber sido una manifestación espontanea, implicaba que no había dirección política revolucionaria o de izquierda real, de izquierda al capitalismo neoliberal, verdadera expresión de derechas.

Hubo acciones de saqueo popular espontaneas y otras no tan espontaneas tanto en Brasil como en Argentina, antes del Caracazo, pero el nuestro, tuvo la facultad de haber sido la primera relativamente exitosa o semi-triunfante. A raíz del Caracazo, aunque la partidocracia adeco-copeyana y la burguesía compradora (Como la llamo Mao) o “vendedora”, logró quitarse el susto con Ítalo Del Valle Alliegro de Ministro de Defensa del momento, masacrando al pueblo de Caracas en una acción de guerra de exterminio en contra de su misma población, a la que dice defender, la gesta febreriana hizo que CAP II redujera la intensidad del paquetazo que  era de shock, e impulsara planes sociales de amortiguación y hasta hizo aumento general de sueldos, lo que fue una victoria directa del caracazo; aunque también debemos reconocer, que fue producto de la “democracia petrolera” o renta petrolera, que es un factor muy venezolano.

EL ESPÍRITU DEL 27-F-89 O CARACAZO

Aunque adecos-copeyanos y derechistas le han querido negar el elemento político al caracazo tildándolo de expresión de violencia y “pillaje” del pueblo, aunque al principio, el mismo CAP II, para justificar la masacre, le adjudicaba una autoría a la guerrilla comunista y a la subversión; el caracazo lleva implícito un componente político, expresión del sentir profundo del pueblo bolivariano; tiene por dentro un espíritu latente, que es la reivindicación o el programa de transformación de la Venezuela actual, cuya continuidad y expresión más consciente o racional de ella fue el 4-F-92, que es contiguo al liderazgo nacional de Hugo Chavez Frías, y por ello el Comandante encarnó, en un momento determinado el espíritu del 27-F, pero esa encarnación se ha venido desfasando y desligando mas una de otra, lo que es el espíritu del 27-F o Caracazo y el gobernar de Hugo Chavez Frías, falta muy poco, “un pelito” muy pequeño, para denunciar traición, queremos al Comandante ejerciendo el mando en Caracas, para hacer una series de criticas exigir un liderazgo colectivo y un cambio de rumbo, al rumbo derechista y bastante desviado que lleva este proceso bolivariano.

Por lo anterior, sobretodo lo último, la fecha que se deben celebrar aquí son las fechas febrerianas, especialmente el 27-F; el 23 de enero debe pasar a ser una fecha de “lo que pudo ser y no fue”, una fecha mas que debe pasar al olvido, puesto que “no arranco” la burguesía y la guerra fría se lo tragó.

 

franciscosierracorrales@yahoo.com.ar



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Francisco Sierra Corrales


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