El socialismo según Don Vito Corleone

(Crónica de la corrupción pintarrajeada de rojo)

NADA QUE PERDER

A mi edad no tengo nada que perder: Crié a mis hijas, sobreviví a la persecución de la cuarta república, tengo buena salud y sé trabajar, por lo cual casi no he pasado hambre a pesar de que no tengo empleo ni con la empresa privada ni con instituciones gubernamentales, no tengo pensión y no recibo ningún beneficio del Estado. Y lo peor: Soy escritora de ficción, cuando este gobierno sólo publica ensayo político, dejándole el lomito de la ficción a las corporaciones extranjeras, que no quieren nada con el “tercer mundo”. Hace cuatro años le entregué un manuscrito de mi novela El Hijo de los Dioses a Carlos Noguera, de Monteávila, y todavía estoy esperando la respuesta, aunque sea negativa. No tengo padrino.

Así que no tengo nada que perder salvo las cadenas, y puedo decir las verdades.

CORRUPTOS DE AYER Y HOY

En mi juventud (hace muuucho tiempo), la corrupción era una metástasis que lo abarcaba todo. Todos eran corruptos, desde el presidente de la república hasta el portero, y los que no lo fuesen tenían que disimularlo muy bien, guardar un silencio cómplice frente a las vagabunderías, para conservar el puesto.

Hoy la situación ha cambiado. Una puede conseguirse dentro del gobierno personas honestas que están haciendo su trabajo, aunque pocas veces con altos cargos ni tomando decisiones importantes. Betty La Fea, después de los regaños del Presidente, es contratada prolíficamente y Miraflores recibe unos informes que se leen en cadena nacional y hacen que una por momentos se sienta en un país de ensueño, donde toooodos los viejitos reciben pensión, donde naaaadie vende con sobreprecio (je, je), donde el socialismo existe (recuerden la etiqueta “hecho en socialismo”) y, sobre todo, donde existen consejos comunales ¡y comunas! En abundancia, ejerciendo el poder popular.

No es necesario que diga que la realidad se adorna con mentiras burdas. Un inmenso mundo virtual creado por los corruptos, los burócratas y los camaleones se cubre bajo éxitos como Barrio Adentro, Cero Analfabetismo, el gran esfuerzo con la Gran Misión Vivienda Venezuela y las numerosas obras de infraestructura que ni Pérez Jiménez hizo. Así logran indulgencias con escapulario ajeno.

Me han ofrecido el privilegio de salir en las listas de pensionados a cambio de algunos millones, que no tengo, por supuesto, y he sido testigo y víctima de cuántas trapacerías. Así es como funcionan aún las cosas. Muchas personas que me quieren me dan palmadas en el hombro, suspiran y dicen -mientras me miran compasivos:

_¡Y tú todavía crees en este gobierno!

Demás está decir que si todo el entorno de Chávez fuera corrupto, él ya estaría muerto y tendríamos a los “marines” hasta en la sopa. Así que, en justicia, sí hay ministros “buenos” y altos funcionarios trabajadores, aunque por desgracia no son la mayoría. No he perdido la esperanza, aunque es lo único que tengo.

A QUIÉN BENEFICIA LA COOPTACIÓN

_¿Qué tiene que ver la “cooptación” con la corrupción?

_¡Todo!

La cooptación, la elección de funcionarios o candidatos a dedo, sin consultar con nadie, es el método que utilizan los patronos capitalistas para elegir a sus empleados, supervisores y ejecutivos, por lo cual no se sienten obligados a consultar a los pata en el suelo que les producen las riquezas y se calan la explotación para poder montar la olla en sus casas. Es un método “normal” cuando se trata de los burgueses y era el método que utilizaba el Padrino Don Vito Corleone para elegir a sus colaboradores.

Pero cuando se trata de un partido socialista, que se supone trabaja para construir el poder popular, en un país cuya constitución dice que “la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo”, la cooptación es un contrasentido, porque está indicando que “el partido” se está manejando como una empresa privada, cuyo fin es beneficiar a una persona, su familia y sus amigos.

No hay que negar que, en contadas ocasiones muy especiales, se hace necesario proponer temporalmente a alguien, para cubrir una situación concreta, pero lo que está ocurriendo en el PSUV hace que a uno le dé vergüenza que, después de toda una vida luchando por la libertad, por la autodeterminación, por el socialismo; con victorias como las que se han logrado bajo el mando de Chávez, terminemos militando en un partido que nos pone la pata en el pescuezo.

Para combatir la corrupción hay que combatir la cooptación, que es un caldo de cultivo para apuntalar el poder de las camarillas, además de un desprecio público hacia el pueblo.

UNA EXPERIENCIA PARA MEDITAR

Cuando comencé a trabajar en el FUS en Valencia, en el año 2000, yo lucía orgullosa la franela roja que decía “Gobierno de Hugo Chávez”, antes de darme cuenta de que aún quedaba mucho camino por andar. Después del golpe de Estado del 2002, comprendí con mayor claridad que el proceso revolucionario apenas comenzaba, y eso iba a ser más duro aún porque, aunque el pueblo estaba (y está) dispuesto a rifarse el pellejo por la revolución, el capitalismo se reproduce en todas partes, incluso dentro del PSUV y del gobierno, y procura ahogar los injertos de socialismo que Chávez cultiva con tanto cariño. Y es que para el capitalismo acabar con los embriones del poder popular, es asunto de vida o muerte.

Han pasado catorce años y hemos podido observar que, a la par de muchas conquistas del pueblo que por fin se han logrado, a pesar de los esfuerzos de Chávez y de ese puñado de revolucionarios y revolucionarias a veces anónimos, pero imprescindibles, la derecha endógena ¡que sí existe! Cada día tiene más y más poder, hasta el punto que corremos el riesgo de que, con el tiempo, los intentos de socialismo se vayan diluyendo como sal en agua, a menos que hagamos algo al respecto. El PSUV ha ido adequizándose con el tiempo, hasta el punto que muchos hemos querido renunciar, pero en los estatutos no aparece la manera, a menos que nos boten. Muy al estilo de La Familia Corleone, se entra, pero no se sale.

_¿Y nosotros, el pueblo chavista?

¿Qué habría ocurrido si hubiese ganado Capriles las elecciones? ¿Estaríamos aquí? ¡Si a mi hija la agredió un escuálido el mismo día de las elecciones, en el centro electoral, por ser hija de una chavista! Y muchos camaradas tienen la misma experiencia. ¡preguntaban dónde nos íbamos a esconder el día 8!

Así que debemos definirnos, comprender que la revolución no la estamos viendo en una película, que las amenazas son tan reales como las esperanzas y que si se nos va la revolución se nos va la vida.

En cuanto a “El partido”, a pesar de que Chávez ha intentado de muchas maneras construirlo como un soporte fundamental del proceso revolucionario, hoy no sólo se refleja la ideología y los métodos de la burguesía (cooptación, camarillas, padrinos), sino que el pueblo está completamente excluido de todo poder de decisión. Y nadie puede dar lo que no tiene. El PSUV ha devenido en un partido electoralista por el que se vota, cuando se vota, para mantener una esperanza y para evitar males mayores. Y sobre todo, para sostener un voto de confianza a Chávez, cada vez más solo en medio de la multitud de expertos y elaboradores de informes de perfección, con un foso de distancia burocrática que lo separa de su verdadero poder, que somos nosotros, el pueblo. Se nota que una cosa piensa Chávez y otra los que negocian por debajo de la mesa.

SI QUEREMOS LA REVOLUCIÓN, DEBEMOS DERROTAR LA CORRUPCIÓN

andrea.coa@gmail.com


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Andrea Coa


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