Los atajos de la oposición

La oposición al proceso bolivariano no es un bloque homogéneo sino todo lo  contrario, en ella confluyen sectores de la extrema derecha (fascistas), de la centro derecha, de la socialdemocracia (devenida en peón imperialista) y unos grupos de psuedo izquierda y esta diversidad de factores y concepciones políticas se expresa en la zigzageante línea seguida por este sector en su obsesiva y frustrada carrera por la restauración puntofijista.

Ahora bien, tampoco es cierto que lo único que une a la oposición sea su odio a Hugo Chávez, en la oposición, con distintos matices según las expresiones políticas que conforman ese variopinto universo, hay coincidencia en torno al objetivo estratégico de la derecha mundial:  dominación de economía por los monopolios (fase imperialista del capitalismo), fortalecimiento de la división internacional del trabajo como expresión del dominio mencionado y minimización de la crisis del capital haciendo descansar sobres los hombros del pueblo trabajador el costo de esa crisis a través de los “paquetazos”.

Además en nuestro caso la oposición, que agrupa a todas las expresiones de la derecha y a ciertos grupitos oportunistas de “izquierda”, es operadora política de la burguesía tradicional venezolana históricamente vividora parasitaria de nuestra renta petrolera y por tanto también coinciden en la necesidad de la subordinación de los intereses económicos nacionales al sistema imperialista especialmente a las transnacionales norteamericanas, entendemos que los matices políticos de esta oposición obedecen a los matices económicos de los grupos e intereses que cada uno representan, pero el análisis de esa especificidad no es parte del objeto de este artículo.

De lo anterior se desprende la principal premisa por la cual los comunistas acompañamos al proceso bolivariano y respaldamos a Hugo Chávez como indiscutible candidato de las fuerzas patrióticas y revolucionarias: porque su programa y ejecutoria apunta a la resolución de la contradicción Nación-Imperialismo a favor de los intereses nacionales lo cual podría permitir un avance cualitativo apuntando a la liquidación definitiva del capitalismo en nuestro continente.

Si entonces es evidente que la oposición venezolana no es monolítica y que de eso se deriva sus distintas posiciones frente al que hacer nacional, hoy, a pocos días de las elecciones presidenciales y ante la realidad evidente que nos anuncian todas las encuestas, la misma oposición desmiente su consigna publicitaria de campaña, porque en esta coyuntura concreta no tienen un camino, tiene al menos tres: evitar las elecciones, aceptar la derrota o cantar fraude.

Opciones que frente a la dura realidad de la MUD son atajos que obligan a las fuerzas de la revolución a redoblar esfuerzos y vigilancia.

Lo que reflejan las encuestas

Cuando nos referimos a lo que todas, absolutamente todas, las encuestas han arrojado durante esta casi finalizada campaña electoral: el triunfo indiscutible del candidato de la Patria Hugo Chávez en la próxima contienda electoral del 7 de octubre, es necesario recalcar que estos instrumentos estadísticos de medición de opinión indican tendencias a través de lo que se denomina “intención de voto”, pero esa intención debe materializarse el domingo de la elección; es decir, no basta con enrostrarle las encuestas a la derecha, para que ello se haga realidad en las maquinas de votación debemos todos y todas movilizarnos desde bien temprano ese día y votar por la opción antiimperialista; es decir, por Hugo Chávez, en mi caso lo haré en correspondencia a mi convicción y militancia en la tarjeta del histórico y combativo Gallo Rojo.

edgarml79@gmail.com

Militante del PCV

@edgarmelendez79



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Edgar Meléndez


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