¡Ah Radio! Alma incomprendida

El historiador y filósofo Vladimir Acosta, al hacer una comparación entre la radio y la televisión en referencia al discurso y la narración política, me expresaba que él prefería la radio porque ésta daba a la palabra mayor credibilidad.


Además, -agrega el filósofo- “la radio es un espacio en el que se pueden decir las cosas con mayor libertad y objetividad”.



Mi amiga Lesbia del 23 de Enero en Caracas -productora de TV-, me confesaba: “en mi casa oigo más radio que televisión, tengo tres radios en diferentes ambientes, por donde me muevo está la radio, para no perderme ni un instante mis programas favoritos -y agrega-¡más fiel imposible!”



El internacionalista Sergio Rodríguez Gelfenstein prefiere la radio porque: “presta más atención a las ideas, contenidos y cómo se organizan en el discurso”.



El presidente Hugo Chávez Frías es un hombre de radio, tiene una experiencia vivencial con este medio; muchas veces ha hecho referencia a las transmisiones deportivas, radionovelas y a la penetración radial en las áreas geográficas o poblaciones donde no llegaban ni la prensa ni la televisión; allí llegaba la palabra, la oralidad.



La radio no exige letras, ni alfabeto, forma parte del “paisaje sonoro” de los hogares, lugares de trabajos del campo y la ciudad, es enciclopedia; Lenin la catalogó como: “un periódico sin letras y sin fronteras”.



La radio es el medio más existencial e íntimo. Un taxista me dijo: “un carro sin radio, es un carro sin alma”.



¡Ah Radio! Alma incomprendida.


Nota: Artículo escrito en el diario Correo del Orinoco el viernes 20 de julio de 2012, No 1031, con el título: Radioescucha

oliva2021@gmail.com


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Alfredo Oliva

Conductor del programa ?Construyendo la utopía? en YVKE Mundial 550 am y 94.5 FM.

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