Latinoamérica, el imperio infame, el neoliberalismo i la clase media desorientada o ignara (Parte II)

“El socialismo deja de ser un sueño humanitario

  o un divertimiento literario para convertirse en

  una doctrina científica y en la esperanza de una clase”

 Jean Touchard

“La historia de todas las sociedades

que han existido hasta nuestros días

es la historia de la lucha de clases”

 Karl  Marx

      En el comienzo de esta segunda parte, en relación al tema propuesto, encontramos estas dos manifestaciones del pensamiento político; una, puede no ser del todo absolutamente cierta, como dice Jean Touchard, de ser sueño humanístico o divertimiento literario; pero la otra, la expresión de Karl Marx, creo que resulta un paradigma de la historia, sin tomar en cuenta la diversidad de pueblos u hombres que habitan el planeta i forman países i comunidades. En todos, la lucha de clases está presente i resulta inevitable, proceso dialéctico que en la filosofía alemana, en la obra especialmente de Hegel, era un ascenso dialéctico hacia un ignoto Absoluto, i que Marx, trajo de esas alturas incomprensibles, hacia la tierra; mundanizó los preceptos del llamado idealismo alemán. O como expresan algunos autores: Marx, mundanizó a Hegel.

     De lo dicho se desprende que, si el mundo ecológico es tan variable, especialmente cuando la obra perturbadora o desorganizadora del hombre, ha trastornado la naturaleza i empezamos a sufrir solamente con el cambio climático (lo estamos viendo ampliamente en la reunión en Río de Janeiro); i en cuanto a la organización social, la transformación en gran parte disgregada i negativa, nos muestra que, si en las entidades por pequeñas que sean, los hombre jamás lograrán crear una sociedad tal como la pintan soñando, los sociólogos, psicólogos i biólogos con sus afanes de humanismo. Desde hace muchos años, cuando hice mi única novela con prólogo, una nivola como las llamaba Unamuno, hablé –i repito ahora− que así como no se puede hablar en singular de sociedad humana, sino sociedades humanas, pensé que sucede lo mismo con la humanidad, i que por lo tanto lo correcto es referirnos a las humanidades, no a la humanidad en singular. Nos cercioramos de ello en la vida de los pueblos, de las ciudades, de los países i de los continentes...¡Qué de humanidades distintas, pueblan este minúsculo punto azul pálido que nos hizo ver Carl Sagan! Lo podemos constatar en un ejemplo histórico que toda persona culta debe conocer, LA COMUNA DE PARÍS, un acontecimiento que fue, en apenas unos dos meses, la primera revolución de la clase obrera de la historia, i que recientemente, en un compacto i bien redactado artículo por Aporrea i por la prensa, Roberto Hernández Wohnsledler, les mostró como en la París, posiblemente cabeza de Europa en lo cultural i artístico, el comportamiento de los hombres es terrible, en cuanto atienden más a sus intereses particulares, que al sentimiento de amor a una patria. Es un tema fascinante para mí que, desde hace años, lo he leído en distintos autores, i actualmente estoi en las páginas de una obra que tiene 731, i está escrita por un hombre de aquella época; se trata de La Comuna de París de H.Prosper-Olivier Lissagaray  (París 1838-1911), en edición de la editorial Monte Ávila, por iniciativa del Gobierno Bolivariano de Venezuela. En la exposición de Roberto Hernández W., solamente le faltó decir en orden cronológico, cómo el presidente Louis Adolphe Thiers, no solamente fue un traidor que pactó con el enemigo prusiano que estaban invadiendo a París, para sacrificar a los comuneros (más de 300.000 muertos, la mayoría fusilados) sino que con los problemas de esa guerra  franco-prusiana, i los de la Comuna, huyó a Versalles, robándose todo el dinero del Banco de Francia. Es un santo patrón, para tantos presidentes de América i el mundo, que traicionan al pueblo i se apropian de lo que no es de ellos.

      Es indudable que en Venezuela, la pionera en la libertad en Iberoamérica, pese a que se han hecho las fases o etapas de una revolución, de la manera más lógica, empezando por una Constitución hecha i refrendada por el pueblo, i luego convertir la nación en un país sin analfabetismo para poder aprender un nuevo socialismo, en gran parte bolivariano –aunque con raíces en el verdadero socialismo i no en el estalinismo que pereció en la URSS− i consiguientemente todo lo que ha venido después,  pueblo venezolano que había padecido como una nación engañada i maltratada,  durante 40 años de la dictadura de partidos (AD-Copei),  para ver salir, un 4 de febrero, como un sol de esperanza i amor, el liderazgo de Hugo Chávez Frías i sus más fieles colaboradores; tiene entonces, necesariamente que deshacerse de los antiguos carnetes que los convertían en fichas o votos, para pasar a ser ciudadanos de una patria soberana, incluyendo a las etnias antes ignoradas i sin rango de ciudadanos, de  un suelo que los vio nacer i fue siempre suyo, pero enajenado. Aquí, empieza el conflicto, entre los privilegiados de ayer, aunque fueran lacayos del sistema capitalista i se conformaran con mendrugos de la riqueza petrolera que, traicioneramente ponían en manos de las transnacionales, fibra i alma del Imperio infame, que pone un presidente como títere, para simular ser una democracia, sin democracia. Sería demasiado extenso, referirme, entonces, a la evolución que han tenido las humanidades –coincidentes en algunas cosas i mui diferentes en otras− para llegar a ver o intentar comprender lo que sucede en la Venezuela revolucionaria, porque aunque una gran mayoría del pueblo ha demostrado suficiente inteligencia para saber que hemos tenido, no un cambio de gobierno como sucedía en el pasado, un quítate tú para ponerme yo, en nombre de apenas dos partidos, sino un cambio radical que incluye fundamentalmente, el abandonar un sistema capitalista, opresor, injusto i hasta asesino, por una nueva forma de encarar la vida política del pueblo venezolano. Eso lo observé, hasta en la misma Asamblea Nacional Constituyente. Muchos fuimos a ella, con el fervor i la alegría de un cambio radical en lo económico, en lo político i en lo ético; otros, fueron en búsqueda de un cargo, de un ministerio, una gobernación, una alcaldía, una dirección bancaria, etc., i no con una intención sana i noble, de lograr una patria grande, soberana i justa. Un señor que no quiero nombrar, buscaba ser Canciller, varios ambiciosos, ser gobernadores o alcaldes. Pablo Medina o Froilán Barrios aspiraba presidir la CTV, Hiram Gaviria una embajada (consiguió por un tiempo la de Francia), Franceschi por escaso de inteligencia no atinaba a qué pero aspiraba, David de Lima, Henry Falcón, Liborio Guarulla una gobernación igual que muchos; Alfredo Peña una gran Secretaría (se coló al lado de Chávez),  Vladimir  Villegas, cualquier cosa así no tuviera credenciales para eso, en fin, fueron bastantes los que pensaron primero en ellos que en la patria, no así hombres valiosos como Isaías Rodríguez, Aristóbulo Istúriz, Gastón Parra Luzardo, José León Tapia, Vielma Mora, Tarek William Saab,  Ronald Blanco La Cruz, Freddy Bernal, Elías Jaua, William Lara, Gustavo Pereira, insigne poeta margariteño, etc., que si bien entraron en cargos principales, fue por su inteligencia, competencia i lealtad, aunado a una visión ética de la vida i la política que, se diferenciaron en mucho, de los politiqueros de la IV República que dieron la razón a Voltaire, cuando expresó que la política es el arte de mentir a propósito. La misma inteligencia i lealtad hubo en muchas damas, como Desireé Santos Amaral, Cilia Flores, Blanca Nieves Portocarrero, Victoria Mata, Sol Musset de Primera, Nohelí Pocaterra, María de Queipo, Atala Uriana, o ejemplos terribles como el de Ángela Zago, la ex guerrillera, casada con el sonrisa aguada que anunció gozoso el 12 de abril ¡Tenemos nuevo presidente! Con quien jamás tuve la menor simpatía i me pareció siempre un hombre inculto, sindicalista rico, fatuo, que inspiraba desconfianza, fue ese lamentable presidente de la ANC, Luis Miquilena que con el tiempo se convertiría en el Traidor Mayor (así, con ese título hice un Escalio Político, porque planificaba nombrando secuaces en ciertos cargos judiciales i desde el principio, conspiraba) i de quien el mismo presidente Chávez, que ciertas veces anunció que era su padre político, debió sentir reserva o desconfianza, puesto que nunca lo puso de Vicepresidente, i fíjense que si es él quien hubiese estado en el lugar de Diosdado Cabello, otro consecuente i leal, cuando el Golpe de Estado, el asalto al poder hubiera triunfado, porque le correspondía asumir la presidencia al Vice, i era el momento ideal para saltar la talanquera i entregar la revolución fenecida, al Imperio i sus lacayos.

     Como vemos, si entre los propios constituyente que, aun siendo de oposición quedaron comprometidos intelectual i espiritualmente con la nueva Constitución Bolivariana, hubo corredores de salto largo i de talanqueras entre los mismos revolucionarios, o fuera de la ANC, partidarios casi enamorados de Chávez, como el “emblemático” Ismael García  −perdonen la expresión: una mediocridad entre los mediocres− que hoy es una fiera insolente, pedante i casi un delincuente, cuya única capacidad es para mentir i conspirar. Por eso, me explico que la llamada clase media venezolana, esté tan desorientada e ignara, o sea falta de información. Inconcebible que una clase de universitarios, profesionales diversos, empresarios i comerciantes honestos, no pertenecientes a mafias o emporios capitalistas, sean capaz de seguir o perder su voto, apoyando a un hombre tan carente de personalidad, conocimientos i eticidad política, cómo Herique Capriles Radonsky que de verlo actuar i medio hablar como un escolar bruto i de mala conducta, decepciona i avergüenza. Como dice Nietzsche, defenderlo con los peores argumentos, es hacerle el peor daño. ¿Cómo podría este candidato, siquiera debatir unos minutos sobre la lucha de clases, los cambios climáticos i la necesidad imperiosa de la paz en el mundo?

     Finalmente, es el próximo artículo, me referiré a la ignorancia ignara, de la clase media.

  Continuará.

robertojjm@hotmail.com



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Roberto Jiménez Maggiolo


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